Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />
Don Mario Roso de Luna<br />
astral <strong>que</strong> permite ver, mediante <strong>la</strong> glándu<strong>la</strong> pineal, al decir de los ocultistas, cosas <strong>que</strong> son<br />
invisibles bajo nuestra luz física, pero <strong>que</strong> están, sin embargo, por bajo a su vez de esotra luz<br />
intelectual y espiritual, a <strong>la</strong> <strong>que</strong> se refieren a<strong>que</strong>l<strong>la</strong>s mal comprendidas frases de "lumen de<br />
lumine de Deo vera" y "lux perpetua lucente ad eis", <strong>que</strong> juegan en ciertos cantos<br />
eclesiásticos.<br />
Procedente del referido tomo tropezaremos con <strong>la</strong> is<strong>la</strong> jina de San Brandán, probada "hasta<br />
con acta notarial" 202 , <strong>que</strong> diría un jurista (VI, c. 13) ; con <strong>la</strong> cueva jina de San Saturio, y su<br />
leyenda So<strong>la</strong>r del jorobadito (Conf. teosóf., I, capítulo de Religión, Leyenda y Mito); con<br />
varias otras "mansiones" jinas en diversas partes de Andalucía (II, c. 10) ; en toda Asturias (I,<br />
c. VII y VIII de <strong>la</strong> parte primera), o por mejor decir, en España entera, como país<br />
genuinamente jina en sus toponimias, en sus leyendas, en su historia y hasta en muchas de<br />
sus costumbres, cosa evidenciada en mil páginas anteriores de los tomos a<strong>que</strong>llos.<br />
No <strong>que</strong>remos dejar de consignar, sin embargo, otro "hecho jina" <strong>que</strong> leemos en un<br />
hermoso manuscrito con el ex libris de don Feliciano Ramírez de Arel<strong>la</strong>no, marqués de <strong>la</strong><br />
Fuensanta del Valle, y <strong>que</strong> lleva el título de: Memorias y antigüedades de <strong>la</strong> M. N. y A.<br />
Ciudad de Tude<strong>la</strong> de Navarra; en <strong>la</strong>s páginas 138 a 201 se dice: "El año 1564, a 17 de<br />
noviembre, se tañó mi<strong>la</strong>grosamente <strong>la</strong> campana de <strong>la</strong> iglesia del lugar de Fontel<strong>la</strong>s, teniendo<br />
atada <strong>la</strong> cuerda y haciendo un día muy sereno de aire. Tañóse estando <strong>la</strong> iglesia cerrada,<br />
cuyo prodigio repitió <strong>la</strong> campana en distintos tiempos, pues <strong>la</strong> primera vez se tañó a <strong>la</strong>s doce<br />
del día, dando tres campanadas. En <strong>la</strong> segunda <strong>la</strong> vieron ocu<strong>la</strong>rmente, estando registrando y<br />
atando <strong>la</strong> soga de <strong>la</strong> dicha campana, y a éstas y muchas diligencias más <strong>que</strong> hizo el Lugar<br />
superó <strong>la</strong> novedad, por<strong>que</strong> continuó tañéndose varias veces. Esta noticia es extraída del<br />
proceso e información de testigos, <strong>que</strong> recibió don Miguel de Lerma, vicario general, con su<br />
fiscal don Diego de Ca<strong>la</strong>horra, y está en el Archivo Decanal de esta Ciudad bajo <strong>la</strong> letra I<br />
(fenómeno idéntico al de <strong>la</strong>s campanas de Velil<strong>la</strong>)" (V, pág. 132).<br />
También en un manuscrito de varias apuntaciones y noticias, <strong>que</strong> conforme sucedían <strong>la</strong>s<br />
asentaba don Jerónimo de Cavañas, vecino de esta Ciudad, está sacada <strong>la</strong> siguiente:<br />
"Domingo a 10 de enero de 1588, entre dos y tres de <strong>la</strong> tarde, a legua y media de <strong>la</strong> Barca<br />
de Castejón, yendo a Corel<strong>la</strong>, hacia <strong>la</strong> mano izquierda, en el monte <strong>que</strong> l<strong>la</strong>man del Cierzo, se<br />
aparecieron cuatro escuadrones de hombres muy grandes, <strong>que</strong> salían de <strong>la</strong> tierra vestidos de<br />
negro. Se aparecieron tres veces. La primera salieron como cuarenta o cincuenta hombres y<br />
se volvieron a sumir bajo de tierra. La segunda vez de allí a poco, hacia <strong>la</strong> misma parte,<br />
volvió a salir otro escuadrón de gente tres veces mayor <strong>que</strong> el primero, y en medio se vió un<br />
hombre mayor <strong>que</strong> los otros, <strong>que</strong> era b<strong>la</strong>nco y caminaba hacia el Ebro por espacio de un<br />
credo, y después desaparecieron, pareciendo a los <strong>que</strong> tan espantosa visión estaban<br />
mirando <strong>que</strong> tragaba <strong>la</strong> tierra. De allí a poco se apareció otro ejército de gente, mucho mayor<br />
<strong>que</strong> el primero y segundo, a <strong>la</strong> misma parte y dividido en dos partes, con una bandera muy<br />
grande y azul, y estándolos mirando se volvieron a sumir bajo de tierra. Y de allí a poco rato,<br />
hacia <strong>la</strong> misma parte, a trecho de dos tiros de ballesta, de donde se mostraron los otros<br />
exércitos y gente, se vió salir de improviso de <strong>la</strong> tierra otro exército y multitud de gentes sin<br />
número, cosa espantosa y mayor gente <strong>que</strong> los demás <strong>que</strong> habían visto antes, y caminando<br />
hacia <strong>la</strong> misma mano izquierda, a <strong>la</strong> vuelta del río Ebro, anduvieron por espacio de un cuarto<br />
de hora, y después desaparecieron como los demás. Todo esto vieron Prudencio de San<br />
Pedro, vecino de Tude<strong>la</strong> y teniente de Justicia, y su cuñado Jerónimo de Aybar, vecino de<br />
202 Por donosa "coincidencia" son varias <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s reales, de nombre, sin embargo, jina, <strong>que</strong> pueden encontrarse haciendo<br />
una minuciosa excursión por el mapa, tales como <strong>la</strong> is<strong>la</strong> fina frente a Mérida del Yucatán, en México. Pero estas<br />
"coincidencias" nos llevarían hoy demasiado lejos.<br />
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