Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />
Don Mario Roso de Luna<br />
constantemente por <strong>la</strong> Naturaleza, <strong>que</strong> hace nacer el tres o el hijo, de esta unión ilusoria,<br />
perpetuándose así <strong>la</strong> Humanidad sobre <strong>la</strong> Tierra para acabar dominando en el<strong>la</strong>.<br />
La misma Ilíada hab<strong>la</strong> de esta divina ave -el Ave de <strong>la</strong> Selva o de Sigfredo, <strong>que</strong> Wágner<br />
diría-, <strong>que</strong>, horrorizada ante <strong>la</strong> guerra de Troya, se ocultó entre <strong>la</strong>s ramas de un abeto, el<br />
árbol sagrado de los ogams o de <strong>la</strong> numeración, como veremos pronto. La propia diosa<br />
Minerva, Io, Isis o <strong>la</strong> Luna, se l<strong>la</strong>mó Calcidia o Calcídica en todo el Mediterráneo, y por eso<br />
Augusto cuidó de erigirle en honor de su metalúrgico abolengo redentor un templo todo de<br />
bronce. En bronces sagrados también, de los <strong>que</strong> aún <strong>que</strong>dan admirables ejemp<strong>la</strong>res en<br />
nuestros Museos, se ental<strong>la</strong>ron primorosamente <strong>la</strong>s leyes fundamentales de los Municipios,<br />
especie de Cartas Magnas de todos los derechos, bajo <strong>la</strong> égida o salvaguardia protectora de<br />
<strong>la</strong> primitiva diosa calcídica o Io.<br />
En todos los templos de Io o Isis, es decir, de <strong>la</strong> Minerva Calcídica, se enseñaban los<br />
Misterios iniciáticos importados del remoto país tibetano de Khalkhas, centro eterno de <strong>la</strong><br />
gran Logia B<strong>la</strong>nca <strong>que</strong> reina secretamente en el mundo, y de aquí <strong>que</strong> en los primitivos<br />
templos hubiese un recóndito retiro, adythia, o Sa<strong>la</strong> Calcídica, recinto sagrado e invio<strong>la</strong>ble de<br />
grandes dimensiones, donde se dijo luego <strong>que</strong> se reunían los dioses en misteriosos ágapes u<br />
orgías, a <strong>la</strong>s <strong>que</strong> quiso aludir, sin duda, P<strong>la</strong>tón en el Ban<strong>que</strong>te.<br />
Todavía, en nuestra perfecta ignorancia acerca de los tales Misterios, conservamos un eco<br />
perdido de ellos en el crucero, o p<strong>la</strong>nta transversal de <strong>la</strong>s iglesias más gloriosas, tales como<br />
San Pablo de Roma, en vez de <strong>la</strong> primitiva forma de nave -<strong>la</strong> nave o Arca salvadora del<br />
Diluvio o catástrofe at<strong>la</strong>nte, en <strong>la</strong> <strong>que</strong> arribaron a los actuales continentes todos los Noés,<br />
<strong>Quetzalcoatl</strong>es, Xixuthros y Deucaliones-. Y por eso también, como lugar sagrado en el<br />
hogar, se l<strong>la</strong>mó Calcídico al corredor interior <strong>que</strong> separaba de <strong>la</strong>s demás en <strong>la</strong> casa griega<br />
<strong>la</strong>s habitaciones consagradas a los huéspedes, como puede verse en Vitrubio, en Procopio<br />
(De Aedificationem), en Becchi (Del calcidio e del<strong>la</strong> cripta di Eumachia), y en los demás<br />
tratados de construcción donde se haga historia de este crucero o efectiva y simbólica Tau<br />
de los deberes <strong>que</strong> <strong>la</strong> hospitalidad imponía entre los hombres, hasta el punto de ser sagrado<br />
en todas <strong>la</strong>s naciones de ario abolengo el peregrino, una vez <strong>que</strong> con él compartíamos<br />
hospita<strong>la</strong>rios el pan, <strong>la</strong> sal, el fuego y el techo.<br />
Una de <strong>la</strong>s ramas celtas o calcas más importantes de cuantas irradiaron del Khalkhas<br />
tibetano por todo el ámbito del mundo, se estableció en el famosísimo Valle de Bikara (¿valle<br />
de los Kabira o Kabires?), entre el Líbano y el Ante-Líbano. .<br />
Ya en otra ocasión hemos comentado <strong>la</strong> excepcional importancia ocultista de este histórico<br />
valle o anfiteatro, en cuyo centro se alzó en tiempos <strong>la</strong> Ciudad So<strong>la</strong>r de Baalbek o Heliópolis,<br />
en <strong>la</strong> divisoria exacta de <strong>la</strong>s aguas del Orontes y el Lita. La primitiva Chalcis de <strong>la</strong> Celesiria<br />
<strong>que</strong> aquéllos fundaron un poco más abajo en este último río, <strong>que</strong> luego vierte sus aguas en el<br />
Mediterráneo, entre Sidón y Tiro, venía así a constituir <strong>la</strong> mitad del camino entre Baalbek y<br />
Damasco, y <strong>que</strong>daba a igual distancia casi de Sidón y de Biblos, aun<strong>que</strong> separada de ellos<br />
por lo más fragoso del Líbano. De aquí <strong>que</strong> en todo tiempo haya sido este caleidio sitio una<br />
comarca iniciática, como tuvieron ocasión de comprobar los cruzados al conocer en ellos al<br />
célebre Viejo de <strong>la</strong> Montaña, y tomar de sus mágicas ceremonias <strong>la</strong> base originaria para <strong>la</strong><br />
temible Orden del Temple, <strong>que</strong> durante unos lustros fué <strong>la</strong> dueña y señora de <strong>la</strong> Europa<br />
entera, como es sabido.<br />
A esta celeste Chalcis del Lita correspondió junto al Orontes, muchas leguas más abajo, al<br />
sudeste de Antioquía, <strong>la</strong> segunda Chalcis siria, a <strong>la</strong> cuarta parte del camino de caravanas<br />
<strong>que</strong> va desde esta histórica ciudad seléucida hasta <strong>la</strong> arruinada Tadmor o Palmyra, o sea en<br />
<strong>la</strong> entrada misma del desierto de Cedrosia, antecámara de <strong>la</strong> Arabia Desierta, y a <strong>la</strong> tercera<br />
parte de <strong>la</strong> senda de caravanas <strong>que</strong> va hacia <strong>la</strong> Hierapolis del alto Éufrates.<br />
La concatenada serie de Chalcis no se detiene aquí, sino <strong>que</strong> va demarcando ciudades,<br />
<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 260 www.samaelgnosis.net