Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
El Libro que mata a la Muerte Don Mario Roso de Luna CAPÍTULO XXIII. LOS "JINAS" Y ROMA Leibnitz y su sistema "teosófico" de investigación histórica. - Los fundadores de la Ciudad Eterna trajeron consigo una gran civilización oriental o aria. Esta civilización fué típicamente jina. - Alba-longa, la blanca ciudad de los lagos iniciáticos, y Numitor, su rey. - Gentes quirites, solares o jainas, según los clásicos. - Jano y su Janiculo patricio. - Los himnos de los Hermanos Arvales. - A la edad de oro de Jano-Saturno sucede la de plata de Numitor . - la de cobre de Amulio. - Cuándo y por qué el cerrado templo de Jano se abría. - Rea, Rafa o Aretia y Marte-Wotan. - Los gemelos Remo y Rómulo amamantados por la loba del Aventino, bajo la higuera de Rama o Ruma. - Fástulo, el Rey-Pastor educador, y Acca-Laurentia, la Gran Nodriza o la Madre-Tierra. - Conexiones sin fin con el mito wagneriano de los Eddas. - Akas, Accadia, el país de la Luna, y sus inacabables derivaciones. - Los la. rarios de los calcas. - Las aves del Palatino. - Cómo la magia blanca ario-latina se vió sustituida por la necromancia de Roma. - Cancellieri y su obra Las siete cosas fatales de la Roma antigua. - Augures y arúspices. - La "formosa juvenca" o Ternera de Parvadi-Isis. - Roma tuvo siempre un nombre secreto. - Nous- Eneas-Júpiter-Gra-Bovi, el conductor de la Vaca. - Las sibilas y sus libros ante la historia y la filosofía. Leibnitz, ese Iniciado occidental que nos dió el Cálculo infinitesimal, la mejor teoría de las ideas innatas aportadas por nuestro Ego superior de sus vidas anteriores, y su pasmosa Monadología, fué el primero, según Cantú, a quien se le ocurrió buscar la historia en el estudio comparado o "teosófico" de las lenguas. Siguiendo, pues, la huella de tal maestro, natural es que, para rastrear lo que en la historia de Grecia y Roma haya quedado respecto de los jinas, debe apelarse al estudio de palabras y tradiciones grecolatinas que, cual joyas preciadas, se conservan. "Es un hecho innegable -dice Pastor y Alvira en su Historia del Derecho romano- que en el idioma común y en el lenguaje jurídico romano se hallan a cada paso reminiscencias de una gran civilización muy anterior a Roma, y que los fundadores de esta ciudad debieron forzosamente llevar consigo. El estudio de semejante civilización debe ser la base de la historia jurídica romana, puesto que contiene los gérmenes de sus instituciones... Suele presentarse a los fundadores de la Ciudad Eterna como unos hombres aventureros, criminales, en estado de completa barbarie, sin tener idea de la religión ni de la sociedad política, y que, dotados, sin embargo, de un talento sui géneris, concibieron momentáneamente un gobierno perfecto; improvisaron su religión; establecieron jerarquías; en una palabra, que, como genios extraordinarios, comenzaron por donde acaban las sociedades cultas. El resultado de este concepto tan inverosímil es que se ignora la verdadera base de la Historia, y se pierde la afición hacia un 'estudio que se inicia con tan repugnantes hipótesis... La crítica moderna ha excogitado un nuevo procedimiento para conocer los tiempos prehistóricos con el análisis de los idiomas, sobre todo del sánscrito, que está llamado a producir inmensos resultados en la ciencia, y que parece demostrar que las razas indogermánicas se separaron un día de la patria común, o sea de la región occidental del centro del Asia, estableciéndose unas en la India y otras en Europa, siendo una de estas razas la antepasada común de griegos e itálicos, quienes más tarde constituyeron pueblos distintos. Pero es que esa civilización indogermánica troncal a que el finado catedrático de la Universidad de Madrid alude, fué en sus orígenes, como la civilización inca y todas las otras, una civilización típicamente jina, según revelan sus más conocidas tradiciones, por ejemplo: la relativa a la Ciudad Eterna, que vamos a inquirir. Cuentan, en efecto, los clásicos 174 que en Alba-lanka (que no Albalonga) , o sea en "la 174 Virgilio, Eglogas, VIII, 358; Ovidio, Fastos, I, 579; Cicerón, De república (II, 7 y 8); Tito Livio (Historia, I, 13); Varrón, De lingua latina (IV, 8 y V, 46); Dionisio de Halicarnaso (II, 36); Festo Avieno, Luconedi, y, en general, todos los demás, como iniciados que eran, casi sin excepción, en los Misterios menores en que estas cosas y otras tales así eran Instituto Cultural Quetzalcoatl (Gnosis) 238 www.samaelgnosis.net
El Libro que mata a la Muerte Don Mario Roso de Luna ciudad blanca de los lagos" oscos, vascos o tosca nos, reinaba el gran Numitor (cuyo nombre, como el de Numa, segundo de los reyes romanos sus sucesores, es una alusión clarísima a su iniciática espiritualidad, al provenir él de la consabida palabra nous, noumeno, numen o espíritu). Durante este espiritual reinado, como durante el de sus obscuros antecesores, imperaba exclusiva en todo el territorio del Lacio (otra alusión a los lagos iniciáticos, de los que hablamos en anterior capítulo) la primitiva religión de Jano o Jaino, es decir, la áurea, solar, quiritaria y superhumana religión de los jinas 175 , cosa conservada opacamente por la tradición actual, cuando dice que durante la Edad de Oro del Lacio y de la Liguria (otra alusión a los lagos, con su puerto de Luna y todo) , el rey divino lana o Saturno (IAO, Baco, Jehovah) imperó sobre aquellas santas gentes, tribus arias todas, aunque de muy diversas épocas y orígenes. Entonces, como en igual época del pueblo hebreo, podía decirse que convivían felices jinas y hombres. Mas como nada es durable en este bajo mundo de dualidad y de lucha, a la edad de oro aquella sucedió la de plata, y luego la de cobre, representadas por la raza de A-man-l-io o Amulio, enemiga de los hombres, al tenor de su partícula a privativa, especie de raza de Las aves de Aristófanes, que, interponiéndose entre jinas y hombres como se interpone entre nosotros y el rayo de sol la nube, implantó una nueva religión de antropolatría o adoración de héroes divinizados: Júpiter, Neptuno, Plutón, etc., que es la que, más o menos, fué luego tratadas sin velos, o sea, en forma aproximada a como hoy las interpreta la Teosofía en su doble carácter de Ciencia de las Religiones y Religión de las Ciencias. 175 En la imposibilidad de desarrollar aquí extremos importantísimos de la Religión, Sabiduría o Kainismo (que no debe ser confundida con la actual religión jaina, anterior, no ya al buddhismo, sino al brahmanismo). puede el lector consultar las páginas 57 y siguientes del tomo IV de esta Biblioteca; y en cuanto al dios Jano y la derivación de su nombre del jeroglífico de IO o ISIS y del signo lingual védico o To, véase el capítulo IX del tomo II. Séanos permitido, sin embargo, transcribir, como algo muy relacionado con lo presente, el pasaje del mismo que dice: "Del jeroglífico de IO puesto en forma de cuadrado con una de sus diagonales, o sea □, se forma, por descomposición, este otro IAV, que es de IAN, Juan o Jano, al tenor de la vieja forma griega de la nu o N." El diccionario de Calepinus, al darnos la significación de esta augusta palabra, nos dice: "Jano, Giano, Ι’άνος, Apollo, es el Sol, del cual la Luna, antes lana, recibió el nombre." Se le llama también Eanus (Henoch, Eneas) , porque es en sí el Movimiento Perpetuo, el Peregrino errante (Macrobio, I, I, Saturnus, cap. IX, ex Nigidio. Muchos le consideran (Cicerón, 2, De Natura Deorum) , como el Chaos-Theos, el Seno de donde salen todas las cosas y adonde han de volver, porque esto es lo que quiere decir su nombre, como dios del Tiempo y del Año, razón por la cual ha sido también asimilado al nombre de EO (IO). Ovidio dice de él (I Fastos) que, según la historia, fué un antiquísimo rey divino del Lacio, que ocupó en el campo de Roma el monte que, por él, se llamó Janículo. Otros aseguran que reinó en Etruria, y otros en Umbría. El primer templo que se alzó en Italia le fué consagrado. Macrobio dice de él que fué el propio dios Saturno, quien, desterrado del cielo por su hijo Júpiter, bajó a vivir entre los hombres, y, expulsado de Creta, recibió hospitalidad en Italia, donde enseñó la agricultura, artes y ciencias. Fundó también la ciudad Saturniana (o más bien el culto de Saturno) en el monte Tarpeyo, o sea en el Capitolio. Vossio, en sus Etimologías, Gallicano y Lactancio, dicen que allí donde combatió Jano fué llamado Noé (variante de Enos o Enoch). Por la palabra Jano, se entendió indistintamente el Sol, el Año y el Theos-Chaos. Se le creyó siempre por los romanos a Jano el custodio del mundo (padre o jina) , y si bien se le solía representar bifronte, o con dos caras, en épocas más primitivas se le consideró, como al Brahmâ hindú, como provisto de cuatro, mirando a los cuatro puntos cardinales, y de aquí janua, la puerta, ya del mundo, ya del Año (Januarius, Enero). Es conocedor, por sus dos caras, del pasado y del futuro. Cuando los sabinos cercaron a la Ciudad Eterna, salió del templo de Jano una corriente de agua hirviendo que los ahuyentó Era, en fin, este dios el mediador eterno entre los dioses y los hombres. La Jana, Yana, Gnana o Gnosis, no es sino "la ciencia de Jano", o sea la ciencia del Conocimiento Iniciático; la ciencia de Enoichion, o del Vidente, y las variantes de su nombre son tales que hay una en cada lengua, tales como las de Jan, Chhan o Kan, Dan, Dzan, D'jan, Jain, Jian, Joan, Kwan, Swan, Thanos, Thoan, Chohan, todas equivalentes a la más sublime concepción de "un Espíritu Planetario", un Nazada, un Cabír, etc., etc. Los Cantos Arvales, de los que hablamos también en Wágner, mitólogo, páginas 34-35, no son sino himnos iniciáticos, en los que siempre se cantaban las excelencias de Jano el redentor: Enos lares juvate... Enos marmor juvato. Las sibilas posteriores conservaron de ellos no pocos recuerdos, tales como los de aquellos versos que Terencio Scanzo no pudo traducir. Los Libros deltoideos ("que hablan de la ∆, sagrada y de los tres mundos") y los en tela o pita del templo de Juno (lana), que es fama inspiraron a Tito Livio, no son sino una de tantas supervivencias jinas que han quedado por el mundo. Instituto Cultural Quetzalcoatl (Gnosis) 239 www.samaelgnosis.net
- Page 187 and 188: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 189 and 190: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 191 and 192: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 193 and 194: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 195 and 196: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 197 and 198: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 199 and 200: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 201 and 202: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 203 and 204: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 205 and 206: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 207 and 208: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 209 and 210: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 211 and 212: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 213 and 214: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 215 and 216: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 217 and 218: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 219 and 220: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 221 and 222: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 223 and 224: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 225 and 226: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 227 and 228: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 229 and 230: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 231 and 232: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 233 and 234: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 235 and 236: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 237: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 241 and 242: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 243 and 244: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 245 and 246: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 247 and 248: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 249 and 250: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 251 and 252: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 253 and 254: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 255 and 256: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 257 and 258: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 259 and 260: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 261 and 262: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 263 and 264: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 265 and 266: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 267 and 268: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 269 and 270: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 271 and 272: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 273 and 274: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 275 and 276: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 277 and 278: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 279 and 280: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 281 and 282: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 283 and 284: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 285 and 286: El Libro que mata a la Muerte Don M
- Page 287 and 288: El Libro que mata a la Muerte Don M
El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />
Don Mario Roso de Luna<br />
CAPÍTULO XXIII. LOS "JINAS" Y ROMA<br />
Leibnitz y su sistema "teosófico" de investigación histórica. - Los fundadores de <strong>la</strong> Ciudad Eterna trajeron consigo<br />
una gran civilización oriental o aria. Esta civilización fué típicamente jina. - Alba-longa, <strong>la</strong> b<strong>la</strong>nca ciudad de los<br />
<strong>la</strong>gos iniciáticos, y Numitor, su rey. - Gentes quirites, so<strong>la</strong>res o jainas, según los clásicos. - Jano y su Janiculo<br />
patricio. - Los himnos de los Hermanos Arvales. - A <strong>la</strong> edad de oro de Jano-Saturno sucede <strong>la</strong> de p<strong>la</strong>ta de<br />
Numitor . - <strong>la</strong> de cobre de Amulio. - Cuándo y por qué el cerrado templo de Jano se abría. - Rea, Rafa o Aretia y<br />
Marte-Wotan. - Los gemelos Remo y Rómulo amamantados por <strong>la</strong> loba del Aventino, bajo <strong>la</strong> higuera de Rama o<br />
Ruma. - Fástulo, el Rey-Pastor educador, y Acca-Laurentia, <strong>la</strong> Gran Nodriza o <strong>la</strong> Madre-Tierra. - Conexiones sin<br />
fin con el mito wagneriano de los Eddas. - Akas, Accadia, el país de <strong>la</strong> Luna, y sus inacabables derivaciones. -<br />
Los <strong>la</strong>. rarios de los calcas. - Las aves del Pa<strong>la</strong>tino. - Cómo <strong>la</strong> magia b<strong>la</strong>nca ario-<strong>la</strong>tina se vió sustituida por <strong>la</strong><br />
necromancia de Roma. - Cancellieri y su obra Las siete cosas fatales de <strong>la</strong> Roma antigua. - Augures y<br />
arúspices. - La "formosa juvenca" o Ternera de Parvadi-Isis. - Roma tuvo siempre un nombre secreto. - Nous-<br />
Eneas-Júpiter-Gra-Bovi, el conductor de <strong>la</strong> Vaca. - Las sibi<strong>la</strong>s y sus libros ante <strong>la</strong> historia y <strong>la</strong> filosofía.<br />
Leibnitz, ese Iniciado occidental <strong>que</strong> nos dió el Cálculo infinitesimal, <strong>la</strong> mejor teoría de <strong>la</strong>s<br />
ideas innatas aportadas por nuestro Ego superior de sus vidas anteriores, y su pasmosa<br />
Monadología, fué el primero, según Cantú, a quien se le ocurrió buscar <strong>la</strong> historia en el<br />
estudio comparado o "teosófico" de <strong>la</strong>s lenguas. Siguiendo, pues, <strong>la</strong> huel<strong>la</strong> de tal maestro,<br />
natural es <strong>que</strong>, para rastrear lo <strong>que</strong> en <strong>la</strong> historia de Grecia y Roma haya <strong>que</strong>dado respecto<br />
de los jinas, debe ape<strong>la</strong>rse al estudio de pa<strong>la</strong>bras y tradiciones greco<strong>la</strong>tinas <strong>que</strong>, cual joyas<br />
preciadas, se conservan.<br />
"Es un hecho innegable -dice Pastor y Alvira en su Historia del Derecho romano- <strong>que</strong> en el<br />
idioma común y en el lenguaje jurídico romano se hal<strong>la</strong>n a cada paso reminiscencias de una<br />
gran civilización muy anterior a Roma, y <strong>que</strong> los fundadores de esta ciudad debieron<br />
forzosamente llevar consigo. El estudio de semejante civilización debe ser <strong>la</strong> base de <strong>la</strong><br />
historia jurídica romana, puesto <strong>que</strong> contiene los gérmenes de sus instituciones... Suele<br />
presentarse a los fundadores de <strong>la</strong> Ciudad Eterna como unos hombres aventureros,<br />
criminales, en estado de completa barbarie, sin tener idea de <strong>la</strong> religión ni de <strong>la</strong> sociedad<br />
política, y <strong>que</strong>, dotados, sin embargo, de un talento sui géneris, concibieron<br />
momentáneamente un gobierno perfecto; improvisaron su religión; establecieron jerarquías;<br />
en una pa<strong>la</strong>bra, <strong>que</strong>, como genios extraordinarios, comenzaron por donde acaban <strong>la</strong>s<br />
sociedades cultas. El resultado de este concepto tan inverosímil es <strong>que</strong> se ignora <strong>la</strong><br />
verdadera base de <strong>la</strong> Historia, y se pierde <strong>la</strong> afición hacia un 'estudio <strong>que</strong> se inicia con tan<br />
repugnantes hipótesis... La crítica moderna ha excogitado un nuevo procedimiento para<br />
conocer los tiempos prehistóricos con el análisis de los idiomas, sobre todo del sánscrito, <strong>que</strong><br />
está l<strong>la</strong>mado a producir inmensos resultados en <strong>la</strong> ciencia, y <strong>que</strong> parece demostrar <strong>que</strong> <strong>la</strong>s<br />
razas indogermánicas se separaron un día de <strong>la</strong> patria común, o sea de <strong>la</strong> región occidental<br />
del centro del Asia, estableciéndose unas en <strong>la</strong> India y otras en Europa, siendo una de estas<br />
razas <strong>la</strong> antepasada común de griegos e itálicos, quienes más tarde constituyeron pueblos<br />
distintos.<br />
Pero es <strong>que</strong> esa civilización indogermánica troncal a <strong>que</strong> el finado catedrático de <strong>la</strong><br />
Universidad de Madrid alude, fué en sus orígenes, como <strong>la</strong> civilización inca y todas <strong>la</strong>s otras,<br />
una civilización típicamente jina, según reve<strong>la</strong>n sus más conocidas tradiciones, por ejemplo:<br />
<strong>la</strong> re<strong>la</strong>tiva a <strong>la</strong> Ciudad Eterna, <strong>que</strong> vamos a inquirir.<br />
Cuentan, en efecto, los clásicos 174 <strong>que</strong> en Alba-<strong>la</strong>nka (<strong>que</strong> no Albalonga) , o sea en "<strong>la</strong><br />
174 Virgilio, Eglogas, VIII, 358; Ovidio, Fastos, I, 579; Cicerón, De república (II, 7 y 8); Tito Livio (Historia, I, 13);<br />
Varrón, De lingua <strong>la</strong>tina (IV, 8 y V, 46); Dionisio de Halicarnaso (II, 36); Festo Avieno, Luconedi, y, en general, todos los<br />
demás, como iniciados <strong>que</strong> eran, casi sin excepción, en los Misterios menores en <strong>que</strong> estas cosas y otras tales así eran<br />
<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 238 www.samaelgnosis.net