Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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El Libro que mata a la Muerte Don Mario Roso de Luna los portaantorchas se prosternaban, exclamando: "¡Devil ¡Devi!...", al comenzar su ferviente puja u oración en honor de la invisible diosa de las cuevas." y después de describimos la grandiosidad de aquella nave central, de 84 pies de largo por 16 de anchura, especie de prehistórica Mezquita de Córdoba, H. P. B. continúa: "Fronteriza con la entrada se abre otra puerta que conduce a una estancia ovalada, con diosas y dioses tallados y de gran estatura. Más dentro viene una tercera estancia, tallada en la viva roca, y a la que está prohibida la entrada a todo profano no iniciado en los misterios de aquel verdadero Adytum (o camarín secreto). En torno de dicha estancia se abren hasta veinte celdillas, en una de las cuales el coronel Olcott halló un pasadizo secreto, por donde, por su angustiosísima estrechez, penetró a duras penas, y donde los supersticiosos portaantorchas se negaron a subir, aterrorizados. Una piedra movible, perfectamente disimulada en el muro de viva roca, nos permitió seguir el pasadizo secreto hasta remontar así, de cavidad en cavidad, hasta una cámara de aire tan enrarecido y mefítico que perdí el sentido, y tuvieron que sacarme, mal que bien, a punto de perecer. . ." "Semejantes cámaras de irrespirable atmósfera de anhídrido carbónico, como aquella que nos refiere la Maestra, no faltan casi nunca en tales cuevas, aunque sólo sea por el fenómeno natural. ¡Son tan naturales e históricas todas estas cosas! Una de tales cámaras es la célebre "Oreja de Dionisio" italiana, Pero el que ello se deba a causas naturales no quiere decir que semejante circunstancia no fuese aprovechada, como la de la tierra y la del agua, para la tremebunda prueba que nos ocupa, y acaso en ella, o en otra subsiguiente, "la del fuego", el candidato perdía al fin el sentido, quedando en la adecuada situación de colapso y de pérdida de conciencia, al punto utilizada en la ceremonia ulterior, que era quizá la de más peligro psíquico, y que está descrita por un célebre viajero en hermoso pasaje de Isis sin Velo, relativo a "Las actuales iniciaciones entre los drusos del Líbano", que nos describe con vivos colores el capítulo VII, tomo II de dicha obra y en el capítulo "Kultur und liebe" de nuestro Árbol de las Hespérides, Y aquí entra quizá toda la parte relativa a las debatidas "pinturas rupestres", sobre la quetan a ciegas caminan, como de costumbre, nuestros doctos, por apartarse de la idea de continuidad religiosa, que debiera ser básica en semejantes investigaciones, En efecto, no hay sino examinar imparcialmente los célebres "bisontes" de la cueva de Altamira para convencerse de que tales animales no significan nada de lo que aquellos doctos han creído ser "representaciones de magia de caza", ni tampoco uno como emboutement hechiceril, o "trampa para cazar espíritus" 173 , según la peregrina frase de cierto profesor extranjero y sacerdote católico, muy bienquisto de los altos poderes con ocasión de otra de estas cosas; 173 Aquella manifestación artística -dice el Catálogo de la Exposición- demuestra la potencia de visión y la frescura de la memoria visual de los cazadores.., Hoy los sabios están contestes en atribuir sentido supersticioso al dibujo paleolítico, y se tiene como magia de caza, manera mágica, pintando animales y dando en el blanco imaginario, de cazar animales y dar en el blanco realmente, y de procurar su mayor producción y multiplicación. El velo del misterio supersticioso comporta bien la circunstancia de que en la Cantabria española, y Aquitania francesa las maravillosas pinturas de animales están puestas en lugares absolutamente obscuros, sólo y definitivamente visibles con una luz artificial (que usó el pintor por fuerza), en los recovecos de cavernas, a veces tan hondas, que una, la de Niaux, en Francia, tiene 800 metros lineales de desarrollo, En estas obras de Arte, en fin, obsérvese la circunstancia de que se concibieron aisladas todas y cada una de las figuras, nunca formando grupos, y, a veces (con frecuencia), pintadas una encima de otra o de otras. Falta la figura humana, salvo unas siluetas confusas, antropoides, cuyo parecido con los hombres es lejano, interpretadas como enmascarados (acaso en ardid para cazar) o como seres diabólicos, quiméricos, acaso genios. En las cavernas se ven, además, impresiones de manos al natural, en "negativo" o en "positivo".", y también puntuaciones y dibujos que se ha pensado representan techos (tectiformes); otros, cual peines (pectiniformes) , cual escudos (escutiformes), etc. El estilo llamado naturalista en los animales pintados, lo único admirable, es el mismo y único en el norte de España y en el sur de Francia. Es un solo arte, una sola escuela", Instituto Cultural Quetzalcoatl (Gnosis) 234 www.samaelgnosis.net
El Libro que mata a la Muerte Don Mario Roso de Luna profesor tan bienquisto que se le acaba de otorgar, de Real orden, una cátedra universitaria, mientras que se les niega a hombres como nosotros, "¡por ser buddhistasl" -dicen-. ¡La fértil fantasía de esos sabios, que rechazan precisamente como fantástico todo cuanto no cuadra a sus propios y sectarios prejuicios, les ha llevado a pensar que los primitivos paleolíticos y neolíticos soñaban así, por procedimientos mágicos de dentro de las cuevas, con "hechizar", "sugestionar" cándidamente a aquellos animales de su época para que tuvieran a bien el ser cazados! . . . No. El "bisonte" de Altamira, ni es tal bisonte ni representa magia de caza alguna; como que es sencillamente uno de tantos símbolos arcaicos de la sagrada Vaca religiosa, símbolo que luego pasó al jainismo, al parsismo, al brahmanismo, al judaísmo y al mahometismo; la Vaca nutridora, la diosa Isis, en fin, o sea la Luna; mejor dicho, la ternera sagrada, su hija, es decir, la Madre Tierra que nos sustenta a todos con su ubérrima fecundidad de virgen impoluta, y aun, si se quiere, una variante anticipada del hipo-cántaro aristofanesco, aquel ser mitad caballo, mitad escarabajo que con su bolita de basura y todo -¡la bola de basura de la Tierral- admiramos en la comedia La Paz del clásico griego... Para convencerse de ello no hay sino contemplar la enorme, la simbólica y redondeada giba que llevan las pinturas de todos esos animales sagrados. Al modo mismo que los pueblos greco-latinos representaron al gigante Atlas -es decir, al símbolo de la raza atlante, precursora de la aria- llevando el globo terráqueo sobre sus espaldas, los paleolíticos representaron la esférica masa del globo terráqueo cargando sobre los lomos o espaldas de la dicha Vaca. Con ello nos daban simbólicamente dos cosas, a cual más sugestiva: Una, la redondez de la Tierra, que era uno de los secretos del santuario, secreto por cuya revelación se vieron castigados en Grecia Anaximandro, Esquilo y quizá Sócrates mismo. Otra, la del carácter "animal" de la Tierra misma, como uno de tantos "seres vivos" de la gran familia celeste, esa excelsa "familia" que tenía otros doce animales sagrados en el Zodíaco -Aries, el cordero; Tauro, el toro; etc.-, y cien más en las restantes constelaciones del cielo: la Serpiente, el Lobo, el Centauro, el Cisne. . . Si para corroboración de estos asertos fuésemos a consignar cuantos millares de testimonios nos aporta el estudio de las religiones comparadas, tendríamos que empezar reproduciendo aquí el texto entero de nuestro libro De gentes del otro mundo, todo él a la Sagrada Vaca consagrado, y cuyo resumen, en lo que afecta al detalle que nos ocupa, está dado en el párrafo que dice: "Hay que repetido una y mil veces. La contraposición entre la idea religiosa de los primitivos arios, que se dice eran de raza solar, y los arios degenerados (brahmanes y semitas, tanto asiáticos como europeos) , que son la raza lunar o inferior y la de la despreciable raza terrestre (mlechas o "esclavos de sus pasiones") , estriba precisamente en todo lo relativo a la VACA SAGRADA; fuente extraña de altas revelaciones, para los primeros, y blanco luego de todo odio y de todo sacrificio cruento de la misma Vaca, para los segundos," Quien ignore esto, ignora de hecho la historia entera religiosa. Si no, que aquilate y apure estas sintéticas referencias: 1ª-, el dios jano-Saturno, greco-romano, baja a la tierra desterrado por su hijo Io-pithar, o júpiter, y con la domesticación del toro y de la Vaca, que unce a su arado Triptolemo, enseña a los hombres la agricultura; 2ª-, estos misterios de jano- Saturno son los mismos Misterios parsis del Toro de Mithra, de nuestros Taurobolios emeritenses y antes de aquella especie de "corrida de toros" con la que, según el Timeo de Platón, terminaban sus asambleas religioso-políticas los diez reyes de la Atlántida; 3ª.-, los mismos Misterios eran igualmente los del sagrado Buey Apis, egipcio, tanto que el "bisonte" altamirano no es sino un sucesor, o, si se quiere, un precursor del Buey Apis mismo; 4ª.-, el divino Siddharta Sakya-Muni, cuando se retiró al desierto antes de lanzarse a la predicación, vivió alejado del mundo durante dos años, según la leyenda sustentada "de la leche de la Instituto Cultural Quetzalcoatl (Gnosis) 235 www.samaelgnosis.net
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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />
Don Mario Roso de Luna<br />
los portaantorchas se prosternaban, exc<strong>la</strong>mando: "¡Devil ¡Devi!...", al comenzar su ferviente<br />
puja u oración en honor de <strong>la</strong> invisible diosa de <strong>la</strong>s cuevas."<br />
y después de describimos <strong>la</strong> grandiosidad de a<strong>que</strong>l<strong>la</strong> nave central, de 84 pies de <strong>la</strong>rgo por<br />
16 de anchura, especie de prehistórica Mezquita de Córdoba, H. P. B. continúa: "Fronteriza<br />
con <strong>la</strong> entrada se abre otra puerta <strong>que</strong> conduce a una estancia ova<strong>la</strong>da, con diosas y dioses<br />
tal<strong>la</strong>dos y de gran estatura. Más dentro viene una tercera estancia, tal<strong>la</strong>da en <strong>la</strong> viva roca, y a<br />
<strong>la</strong> <strong>que</strong> está prohibida <strong>la</strong> entrada a todo profano no iniciado en los misterios de a<strong>que</strong>l<br />
verdadero Adytum (o camarín secreto). En torno de dicha estancia se abren hasta veinte<br />
celdil<strong>la</strong>s, en una de <strong>la</strong>s cuales el coronel Olcott halló un pasadizo secreto, por donde, por su<br />
angustiosísima estrechez, penetró a duras penas, y donde los supersticiosos portaantorchas<br />
se negaron a subir, aterrorizados. Una piedra movible, perfectamente disimu<strong>la</strong>da en el muro<br />
de viva roca, nos permitió seguir el pasadizo secreto hasta remontar así, de cavidad en<br />
cavidad, hasta una cámara de aire tan enrarecido y mefítico <strong>que</strong> perdí el sentido, y tuvieron<br />
<strong>que</strong> sacarme, mal <strong>que</strong> bien, a punto de perecer. . ."<br />
"Semejantes cámaras de irrespirable atmósfera de anhídrido carbónico, como a<strong>que</strong>l<strong>la</strong> <strong>que</strong><br />
nos refiere <strong>la</strong> Maestra, no faltan casi nunca en tales cuevas, aun<strong>que</strong> sólo sea por el<br />
fenómeno natural. ¡Son tan naturales e históricas todas estas cosas! Una de tales cámaras<br />
es <strong>la</strong> célebre "Oreja de Dionisio" italiana, Pero el <strong>que</strong> ello se deba a causas naturales no<br />
quiere decir <strong>que</strong> semejante circunstancia no fuese aprovechada, como <strong>la</strong> de <strong>la</strong> tierra y <strong>la</strong> del<br />
agua, para <strong>la</strong> tremebunda prueba <strong>que</strong> nos ocupa, y acaso en el<strong>la</strong>, o en otra subsiguiente, "<strong>la</strong><br />
del fuego", el candidato perdía al fin el sentido, <strong>que</strong>dando en <strong>la</strong> adecuada situación de<br />
co<strong>la</strong>pso y de pérdida de conciencia, al punto utilizada en <strong>la</strong> ceremonia ulterior, <strong>que</strong> era quizá<br />
<strong>la</strong> de más peligro psíquico, y <strong>que</strong> está descrita por un célebre viajero en hermoso pasaje de<br />
Isis sin Velo, re<strong>la</strong>tivo a "Las actuales iniciaciones entre los drusos del Líbano", <strong>que</strong> nos<br />
describe con vivos colores el capítulo VII, tomo II de dicha obra y en el capítulo "Kultur und<br />
liebe" de nuestro Árbol de <strong>la</strong>s Hespérides,<br />
Y aquí entra quizá toda <strong>la</strong> parte re<strong>la</strong>tiva a <strong>la</strong>s debatidas "pinturas rupestres", sobre <strong>la</strong> <strong>que</strong>tan<br />
a ciegas caminan, como de costumbre, nuestros doctos, por apartarse de <strong>la</strong> idea de<br />
continuidad religiosa, <strong>que</strong> debiera ser básica en semejantes investigaciones, En efecto, no<br />
hay sino examinar imparcialmente los célebres "bisontes" de <strong>la</strong> cueva de Altamira para<br />
convencerse de <strong>que</strong> tales animales no significan nada de lo <strong>que</strong> a<strong>que</strong>llos doctos han creído<br />
ser "representaciones de magia de caza", ni tampoco uno como emboutement hechiceril, o<br />
"trampa para cazar espíritus" 173 , según <strong>la</strong> peregrina frase de cierto profesor extranjero y<br />
sacerdote católico, muy bienquisto de los altos poderes con ocasión de otra de estas cosas;<br />
173 A<strong>que</strong>l<strong>la</strong> manifestación artística -dice el Catálogo de <strong>la</strong> Exposición- demuestra <strong>la</strong> potencia de visión y <strong>la</strong> frescura de <strong>la</strong><br />
memoria visual de los cazadores.., Hoy los sabios están contestes en atribuir sentido supersticioso al dibujo paleolítico, y se<br />
tiene como magia de caza, manera mágica, pintando animales y dando en el b<strong>la</strong>nco imaginario, de cazar animales y dar en<br />
el b<strong>la</strong>nco realmente, y de procurar su mayor producción y multiplicación. El velo del misterio supersticioso comporta bien<br />
<strong>la</strong> circunstancia de <strong>que</strong> en <strong>la</strong> Cantabria españo<strong>la</strong>, y Aquitania francesa <strong>la</strong>s maravillosas pinturas de animales están puestas en<br />
lugares absolutamente obscuros, sólo y definitivamente visibles con una luz artificial (<strong>que</strong> usó el pintor por fuerza), en los<br />
recovecos de cavernas, a veces tan hondas, <strong>que</strong> una, <strong>la</strong> de Niaux, en Francia, tiene 800 metros lineales de desarrollo, En<br />
estas obras de Arte, en fin, obsérvese <strong>la</strong> circunstancia de <strong>que</strong> se concibieron ais<strong>la</strong>das todas y cada una de <strong>la</strong>s figuras, nunca<br />
formando grupos, y, a veces (con frecuencia), pintadas una encima de otra o de otras. Falta <strong>la</strong> figura humana, salvo unas<br />
siluetas confusas, antropoides, cuyo parecido con los hombres es lejano, interpretadas como enmascarados (acaso en ardid<br />
para cazar) o como seres diabólicos, quiméricos, acaso genios. En <strong>la</strong>s cavernas se ven, además, impresiones de manos al<br />
natural, en "negativo" o en "positivo".", y también puntuaciones y dibujos <strong>que</strong> se ha pensado representan techos<br />
(tectiformes); otros, cual peines (pectiniformes) , cual escudos (escutiformes), etc. El estilo l<strong>la</strong>mado naturalista en los<br />
animales pintados, lo único admirable, es el mismo y único en el norte de España y en el sur de Francia. Es un solo arte, una<br />
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