Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />
Don Mario Roso de Luna<br />
mexicanos y peruanos; ¡un misterio, verdaderamente, para cuantos rehúsan sancionar <strong>la</strong><br />
"hipótesis" de un continente at<strong>la</strong>nte anterior <strong>que</strong> sirviese de puente a través de lo <strong>que</strong> es<br />
ahora mar! ¿Qué debemos pensar también del hecho de <strong>que</strong> mientras De Quatrefages<br />
seña<strong>la</strong> a esa "raza magnífica": los hombres de elevada estatura de <strong>la</strong>s cavernas de Cro-<br />
Magnon y guanches de Canarias, como representantes de un tipo, Virchow re<strong>la</strong>ciona de un<br />
modo semejante a estos últimos hombres con los vascos? Por su parte, Retzius prueba<br />
asimismo <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong>s tribus aborígenes americanas dolicocéfa<strong>la</strong>s con estos mismos<br />
guanches. De este modo se van estableciendo más y más conexiones.<br />
"En lo <strong>que</strong> respecta a <strong>la</strong>s tribus africanas -otro retoño at<strong>la</strong>nte modificado por el clima, etc.-,<br />
el<strong>la</strong>s hubieron de penetrar en Europa por <strong>la</strong> hoy zona hispano-marroquí <strong>que</strong> hacía del<br />
Mediterráneo un gran mar interior (como actualmente el Caspio). Muchos de estos europeos,<br />
hombres de <strong>la</strong>s cavernas, eran razas hermosas, cual <strong>la</strong> de Cro-Magnon; pero, como era de<br />
esperar, el progreso no existió casi en todo ese vasto período, atribuído por <strong>la</strong> ciencia a <strong>la</strong><br />
edad de <strong>la</strong> piedra <strong>la</strong>brada 168 . El impulso cíclico descendente de ellos pesaba enormemente<br />
sobre los troncos así trasp<strong>la</strong>ntados: los "íncubos" del karma at<strong>la</strong>nte gravitaban sobre ellos.<br />
Finalmente, el hombre paleolítico dejó su puesto a su sucesor, desapareciendo casi por<br />
completo de <strong>la</strong> escena. En cuanto a <strong>la</strong> habilidad artística desplegada por los antiguos<br />
hombres de <strong>la</strong>s cavernas, hace de <strong>la</strong> famosa hipótesis <strong>que</strong> los considera como<br />
aproximaciones del pithecanthropus a<strong>la</strong>lus, un absurdo tal <strong>que</strong> no necesita de ningún Huxley<br />
ni de ningún Schmidt para evidenciado. Su misma habilidad en grabar no es sino una<br />
vislumbre de <strong>la</strong> vieja cultura at<strong>la</strong>nte <strong>que</strong>, por atavismo, reaparece en ellos. No hay <strong>que</strong><br />
olvidar, en fin (At<strong>la</strong>ntis, págs. 237-264), <strong>que</strong> Donnelly considera a <strong>la</strong> civilización europea<br />
moderna como otro Renacimiento At<strong>la</strong>nte análogo, a distancia de luengos siglos. El profesor<br />
André Lefevre (Philosophie Historical and Critical, parte 2ª. pág. 504) se pregunta, respecto<br />
de todo esto: ¿Se operó el paso de <strong>la</strong> época paleolítica a <strong>la</strong> neolítica por una transición<br />
imperceptible, o fué el<strong>la</strong> debida a una invasión de celtas braquicéfalos? No hay <strong>que</strong> olvidar<br />
<strong>que</strong> a <strong>la</strong> sazón el lecho del Océano se ha levantado: está completamente formada Europa,<br />
168 Y no sólo no existió el progreso, sino <strong>que</strong> se presentó <strong>la</strong> más franca decadencia. El mismo catálogo guía de <strong>la</strong><br />
Exposición nos dice:<br />
"De <strong>la</strong>s más admirables pinturas prehistóricas, <strong>que</strong> son precisamente <strong>la</strong>s más antiguas, hay pruebas científicamente<br />
comprobadas e indubitables de <strong>que</strong> corresponden a <strong>la</strong>s varias edades del Paleolítico superior, siendo más difícil, mas no<br />
imposible, presuponer cuáles correspondan a cada una de <strong>la</strong>s etapas <strong>que</strong> lo constituyen: aurignaciense, solutrense y<br />
magdaleniense, principalmente a esta edad...<br />
"De todas suertes, los <strong>que</strong> pintaron o grabaron en <strong>la</strong>s cavernas de <strong>la</strong> Cantabria españo<strong>la</strong> o <strong>la</strong> Aquitania francesa, a veces<br />
con tal genial visión de <strong>la</strong> vida animal y con tanta libertad de estilo en <strong>la</strong> factura del dibujo, eran hombres tan primitivos <strong>que</strong><br />
no conocían otros instrumentos duros <strong>que</strong> <strong>la</strong> piedra tal<strong>la</strong>da. El pintor de el<strong>la</strong>s no tenía <strong>la</strong> menor idea tampoco de <strong>la</strong> cerámica,<br />
y entregado del todo a <strong>la</strong> caza para vivir, desconocía en absoluto <strong>la</strong> agricultura, <strong>la</strong> domesticación de los animales y <strong>la</strong> más<br />
elemental edificación de casas... La evidente sorpresa <strong>que</strong> a todos produce <strong>la</strong> contradicción entre el Arte y <strong>la</strong> vida de<br />
a<strong>que</strong>llos hombres, <strong>que</strong> vivían en España varios miles de años antes de <strong>que</strong> comenzaran <strong>la</strong>s más antiguas civilizaciones<br />
orientales del Egipto y <strong>la</strong> Mesopotamia, explica, si no justifica, <strong>la</strong> incredulidad de los sabios de España misma y de toda<br />
Europa, cuando el primer hal<strong>la</strong>zgo del Arte pictórico paleolítico por el incomprendido Santuo<strong>la</strong>".<br />
y adviértase a qué contradicciones no se .ven conducidos nuestros sabios por ese vano empeño de <strong>que</strong>rer hacer, sin pruebas,<br />
más antiguo a todo lo paleolítico <strong>que</strong> a <strong>la</strong>s antiquísimas civilizaciones de <strong>la</strong> Ariana y de <strong>la</strong> Atlántida. Así, cuando hab<strong>la</strong>ndo<br />
de los hipogeos jaínos, de Asia, muy anteriores a todo lo paleolítico europeo, también suelen decir, como se dice en <strong>la</strong><br />
reciente obra Las Maravil<strong>la</strong>s del Mundo y del Hombre. al damos los incomparables hipogeos-templos de los jaínos, de los<br />
<strong>que</strong> todo el arte "troglodita" y "rupestre" no es sino una posterior y miserable caricatura: "Los jaínos eran unas gentes<br />
salvajes, con un gusto exquisito para <strong>la</strong> ornamentación", <strong>que</strong> es como si dijéramos <strong>que</strong> <strong>la</strong> exquisitez del arte reside en el<br />
salvajismo, y <strong>la</strong> civilización, en <strong>que</strong>dar por bajo del salvajismo mismo. ¡A qué extraños absurdos no conducen siempre <strong>la</strong>s<br />
falsas promesas, cuya falsedad son precisamente nuestros científicos los últimos en comprender! Si de lo paleolítico a lo<br />
neolítico a<strong>que</strong>l arte decae, ¿por qué no ver en lo paleolítico mismo <strong>la</strong> at<strong>la</strong>nte decadencia?<br />
<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 230 www.samaelgnosis.net