Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />
Don Mario Roso de Luna<br />
aplicada.<br />
De harto diferente manera se procedió en <strong>la</strong> antigüedad en <strong>la</strong> administración del tesoro<br />
científico, cuya concesión u otorgamiento se hizo siempre de un modo "iniciático", esto es,<br />
previos <strong>la</strong>rgos y penosos aprendizajes de virtud, o sea tras una serie de duras pruebas<br />
iniciadoras l<strong>la</strong>madas a reve<strong>la</strong>r ante todo el valor moral de los candidatos para asegurarse<br />
desde el primer momento acerca del buen uso <strong>que</strong> habrían de hacer más tarde de los<br />
secretos científicos <strong>que</strong> se les confiasen para <strong>que</strong> dejaran de ser en sus manos armas de<br />
dos filos. El abuso técnico o profesional era así punto menos <strong>que</strong> imposible, y los<br />
conocimientos <strong>que</strong> hoy constituyen <strong>la</strong>s múltiples ramas de <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas "carreras" no podrían<br />
llegar a ser para sus recipendarios verdaderas patentes de comercio o de "corso social"<br />
como son hoy en manos de tantos "comerciantes" del ideal del <strong>que</strong> debieran ser abnegados<br />
sacerdotes. El propósito de lucro desaparecería así de todo conocimiento científicoprofesional,<br />
sustituído por el cultivo ideal de <strong>la</strong> ciencia por <strong>la</strong> ciencia misma. Las cabezas de<br />
los hombres no podían ser, pues, como hoy son <strong>la</strong>s de muchos, un campo de tinieb<strong>la</strong>s y de<br />
dudas, por cuanto diríase <strong>que</strong> en uno de sus hemisferios cerebrales se asienta una fe ciega,<br />
supersticiosa y dogmática <strong>que</strong> lo cree todo sin pararse a reflexionar acerca de <strong>la</strong> razón de<br />
ello, mientras <strong>que</strong> en el otro hemisferio campea una ciencia de "sólo hechos", es decir,<br />
cretina y positivista.<br />
No recarguemos más <strong>la</strong> pintura, y formulemos concretamente el dilema terrible en el <strong>que</strong><br />
se apoya toda <strong>la</strong> enseñanza teosófica; es a saber: <strong>que</strong> <strong>la</strong> Religión o no es nada o es una<br />
Ciencia, y <strong>que</strong> <strong>la</strong> Ciencia por sí so<strong>la</strong> es estéril si no <strong>la</strong> alimenta y protege un alto sentimiento<br />
trascendente, nacido de <strong>la</strong> consideración de <strong>que</strong> hay algo por encima de nuestros pobres<br />
conocimientos y de nuestro mísero mundo.<br />
Pero ¿qué es este algo? Algo <strong>que</strong>, al no ser de este mundo. sensible, de <strong>la</strong>s tres<br />
dimensiones, es de otro mundo superior, <strong>que</strong> no podemos, en nuestra estado actual de<br />
evolución, ni ver, ni oír, ni tocar; mundo de causas <strong>que</strong> sólo podemos apreciar merced a esa<br />
proyectiva de efectos <strong>que</strong> constituyen precisamente nuestro mundo.<br />
¿Hay nada más lógico, por otro <strong>la</strong>do, <strong>que</strong> <strong>la</strong> existencia de hecho de una proyectiva real, en<br />
estricta correspondencia con <strong>la</strong> antedicha proyectiva matemática de punto, línea, superficie,<br />
volumen e hipervolumen? No en vana se ha dicho por <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> pitagórica <strong>que</strong> el Verbo<br />
geometriza, y <strong>que</strong> para entrar en el Misterio del Templo es preciso conocer <strong>la</strong> Geometría, no<br />
<strong>la</strong> Geometría actual, sino <strong>la</strong> Geometría del Símbolo, Metageometría o Metafísica.<br />
Qué de realidades de vida y movimiento no pueden aperarse, en efecto, a lo <strong>la</strong>rgo de una<br />
línea, sin <strong>que</strong> cambie lo más mínima su proyección, <strong>que</strong> es el punto. Qué de figuras sin<br />
cuento no pueden trazarse en el campo de una superficie sin <strong>que</strong> el<strong>la</strong>s afecten a <strong>la</strong><br />
proyección de <strong>la</strong> superficie entera en <strong>la</strong> línea, y qué de creaciones no pueden realizarse en el<br />
ámbito de un volumen sin <strong>que</strong> el<strong>la</strong>s alteren a <strong>la</strong> superficie en <strong>que</strong> el tal volumen se proyecta<br />
por entero...<br />
Un ser sordo <strong>que</strong> de <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor del concertista de piano no pudiese apreciar sino el bajar y<br />
subir veloz de <strong>la</strong>s tec<strong>la</strong>s, definiría el concierto musical algo así como el paso de un viento<br />
impetuoso por el<strong>la</strong>s, haciéndo<strong>la</strong>s hundirse y alzarse por turno, como se inclinan y yerguen <strong>la</strong>s<br />
copas de los árboles bajo el huracán...<br />
Y, sin embargo., al así definir el tal concierto, no diría más <strong>que</strong> <strong>la</strong> pura verdad, por cuanto a<br />
su manera, habría visto, en efecto, al espíritu impulsador de <strong>la</strong>s manos del pianista pasando<br />
por sobre <strong>la</strong>s tec<strong>la</strong>s, cual el Creador por sobre <strong>la</strong>s Aguas Genesíacas, <strong>que</strong> no en vano todas<br />
<strong>la</strong>s lenguas clásicas hab<strong>la</strong>n del espíritu, como equivalente a soplo a viento, nous, anemon,<br />
ruach, spiritus, hálito, céfiro... 7<br />
7 Tan cierto es esto, <strong>que</strong> todos los sólidos geométricos podrían ser conocidos por seres de <strong>la</strong> segunda dimensión en función<br />
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