Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

samaelgnosis.net
from samaelgnosis.net More from this publisher
21.06.2014 Views

El Libro que mata a la Muerte Don Mario Roso de Luna nuestros, y escalando los inaccesibles peñascos de Machmas sorprendamos por allí a los filisteos". Así lo hicieron con enormes dificultades, deslizándose por el precipicio de entre los dos picos de Boses y de Sene, o "del abismo cenagoso y del punzante espino", como rezan las etimologías de los dos émulos de Scila y el Caribdis de la Odisea, y cayendo amo y criado sobre los enemigos hicieron en ellos increíbles destrozos, viendo lo cual los israelitas, a quienes tenía escondidos en las cuevas del monte su propio miedo, salieron entonces a completar la matanza, y el propio Saúl, para que nada les distrajese a los suyos de tamaño estrago en las filas enemigas, les dijo: "Maldito sea quien vuelva a probar bocado hasta que mi venganza sobre mis enemigos sea definitiva". Pero Jonathás, ignorante de semejante orden, habiendo llegado a un extraño bosque cuyo ámbito manaba literalmente mieles, alargó la punta de su traza y mojándola en un panal de miel la llevó a su boca, "aclarándosele, entonces, dice el texto, sus ojos"; es decir, adquiriendo como Gwión el don de la clarividencia y hasta. de la profecía. Terminada la carnicería de filisteos, el Señor no dlÓ respuesta aquel día a sus sacerdotes -indignado, sin duda, contra Jonathás de igual modo que contra Adán y Eva, al temer que llegasen ellos a igualarse a los dioses, probando también, después de haber mmido del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, del Árbol de la Vida (Génesis, 111, 22) -. Preocupado con ello el rey Saúl, convocó a los principales del pueblo para averiguar por parte de quién había venido el pecado causante de las iras del Señor, añadiendo que, aunque éste fuese el propio Jonathás, le haría morir. Echadas, pues, suertes adivinatorias (las célebres Sortes Sacerdotarum o Juicio de Dios por los dados, tan características de la Magia Negra), entre el pueblo, de un lado, y el rey y su hijo, de otro, la suerte acusó primero a éstos y finalmente al hijo. El dolorido rey, ni más ni menos que en tantas otras tragedias griegas, hebreas y ulteriores, se decide a inmolar a Jonathás, pero el pueblo agradecido se amotinó y logró salvarle. En resumen de todo esto, y aun de lo que vendrá en el próximo capítulo, nos le hace la Maestra con estas, palabras: "El dicho de Josefo de que (Antiquities, IX, 2) está escrito en los libros sagrados que Elías y Enoch desaparecieron, pero "de tal modo que nadie supo que habían muerto", significa sencillamente que habían muerto en sus personalidades, como aún hoy día mueren para el mundo los yoguis hindúes y hasta algunos monjes cristianos. Ellos, en efecto, desaparecieron de la vista de los hombres y murieron en el plano terrestre hasta para ellos mismos. Esto parece un modo figurado de hablar; pero es, sin embargo, literalmente verdadero.” Instituto Cultural Quetzalcoatl (Gnosis) 146 www.samaelgnosis.net

El Libro que mata a la Muerte Don Mario Roso de Luna CAPÍTULO XIV. ELÍAS EL "JINA" La misión profética de Ellas. - Los Helias, Helios, Eliu o Elías de las teogonías antiguas. - Sus resurrecciones de muertos. - Juicios de Dios y Fuegos Encantados. - El Maestro es arrebatado en "carro de fuego" al mundo de los jinas. - Eliseo pasa en seco el Jordán, como tantos otros "dioses". - Simeón Ben Iocai y su Zohar o Libro del Esplendor. - Más prodigios de Elías y de Eliseo. - El mundo de los "protectores invisibles" hebreo. - El Libro de Tobias. - El famoso "pez" de las aguas del Tigris, o sea la leyenda hebrea de Dagón. - Recuerdos de Las mil y una noches. - El Génesis es ley jina o superhumana, y el Deuteronomio ley humana o segunda ley. - El Libro de Job y sus enseñanzas jinas. - El eterno tema jina de "La justificación". - La leyenda europea de Helias, Elías, "El Caballero del Cisne" o "Lohengrin"."El Santo Grial" es el mundo de los jinas, eternos protectores de la humanidad. Después de habernos ocupado tan extensamente de la transfiguración del patriarca Enoch y de su maravilloso libro, continuemos nuestra investigación acerca de otros excelsos personajes bíblicos que se nos muestran también transfigurados al modo jina, y muy especialmente el sublime profeta Elías el Thesbita, cuya historia se halla incidentalmente referida en el Libro III de los Reyes. El profeta Elías aparece en el capítulo XVII del Libro Primero y Segundo de Samuel, es decir, del gran Adepto hebreo, que fué el nexo entre el régimen primitivo de los Jueces y el degenerado de los Reyes 105 , como "uno de los moradores de Galaad", o sea "de la altura física y moral, adonde no llegan las ciegas pasiones de los hombres". Por eso los comentaristas, como Scío, dicen de él que la misión profética de Elías y el primer acto de su elevado ministerio cerca del impío Achab, rey de Israel, tiene un carácter muy extraño. La misma Escritura nos le presenta en escena de repente cual otro Melchisedech -o sacerdote cainita de los melchas o bárbaros occidentales, al tenor de la frase oriental-. En efecto: nada se nos dice acerca de su familia ni de su tribu, ni menos de dónde venía al presentarse al rey, ni cómo se le desarrolló su vocación profética o fué llamado a ella, sino que el Señor le saca repentinamente de la obscuridad, haciéndole ir a la corte de un rey impío, para anunciarle los juicios e iras de aquél y el terrible azote kármico con el que va a castigar a su pueblo. Elías, por su parte -añade el comentarista-, no declara la causa de esto al rey, ni le da en rostro con delito alguno, dejándole en duda hasta sobre la duración de aquel castigo, que no había de cesar sino al mágico conjuro de su palabra excelsa. Luego, el Maestro de Israel desaparece durante tres años y medio, cuando pueblo y rey habían ya tenido tiempo suficiente de experimentar los tristes efectos de la plaga anunciada por aquél. El mismo nombre de este Profeta de profetas, primero de la serie de los terribles conminadores del pueblo de la "dura cerviz", tan semejante en todo a nuestros cultos pueblos occidentales, trasciende a "fortaleza", a "soberanía", al tenor de su etimología hebrea, o más bien 105 Es cosa singular la de que todos los grandes pueblos del pasado ario, antes de gobernarse por reyes, como los atlantes, se gobernasen por jueces, es decir, las más de las veces, por jinas o Maestros. 'Tal aconteció con Israel, con Cartago (los Sufis), con los celtas e iberos (Sacrovires, Viriatos), con la Roma consular, etc. Esta es una de las características mayores de los pueblos arios primitivos, hasta de los que más habían adulterado ya su carácter ario, como el pueblo hebreo. Por supuesto, estas cosas escandalizarán a los etnólogos que siguen al pie de la letra la falsa clasificación de los pueblos troncales en arios, semitas y turanios. A partir de la catástrofe atlante, en efecto, todos los pueblos son arios, pero no todos conservan con igual pureza este su carácter, y algunos, como los llamados semitas, casi le han perdido ya por completo a causa de su materialismo. Instituto Cultural Quetzalcoatl (Gnosis) 147 www.samaelgnosis.net

El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />

Don Mario Roso de Luna<br />

CAPÍTULO XIV. ELÍAS EL "JINA"<br />

La misión profética de El<strong>la</strong>s. - Los Helias, Helios, Eliu o Elías de <strong>la</strong>s teogonías antiguas. - Sus resurrecciones de<br />

muertos. - Juicios de Dios y Fuegos Encantados. - El Maestro es arrebatado en "carro de fuego" al mundo de<br />

los jinas. - Eliseo pasa en seco el Jordán, como tantos otros "dioses". - Simeón Ben Iocai y su Zohar o <strong>Libro</strong> del<br />

Esplendor. - Más prodigios de Elías y de Eliseo. - El mundo de los "protectores invisibles" hebreo. - El <strong>Libro</strong> de<br />

Tobias. - El famoso "pez" de <strong>la</strong>s aguas del Tigris, o sea <strong>la</strong> leyenda hebrea de Dagón. - Recuerdos de Las mil y<br />

una noches. - El Génesis es ley jina o superhumana, y el Deuteronomio ley humana o segunda ley. - El <strong>Libro</strong> de<br />

Job y sus enseñanzas jinas. - El eterno tema jina de "La justificación". - La leyenda europea de Helias, Elías, "El<br />

Caballero del Cisne" o "Lohengrin"."El Santo Grial" es el mundo de los jinas, eternos protectores de <strong>la</strong><br />

humanidad.<br />

Después de habernos ocupado tan extensamente de <strong>la</strong> transfiguración del patriarca Enoch<br />

y de su maravilloso libro, continuemos nuestra investigación acerca de otros excelsos<br />

personajes bíblicos <strong>que</strong> se nos muestran también transfigurados al modo jina, y muy<br />

especialmente el sublime profeta Elías el Thesbita, cuya historia se hal<strong>la</strong> incidentalmente<br />

referida en el <strong>Libro</strong> III de los Reyes.<br />

El profeta Elías aparece en el capítulo XVII del <strong>Libro</strong> Primero y Segundo de Samuel, es<br />

decir, del gran Adepto hebreo, <strong>que</strong> fué el nexo entre el régimen primitivo de los Jueces y el<br />

degenerado de los Reyes 105 , como "uno de los moradores de Ga<strong>la</strong>ad", o sea "de <strong>la</strong> altura<br />

física y moral, adonde no llegan <strong>la</strong>s ciegas pasiones de los hombres". Por eso los<br />

comentaristas, como Scío, dicen de él <strong>que</strong> <strong>la</strong> misión profética de Elías y el primer acto de su<br />

elevado ministerio cerca del impío Achab, rey de Israel, tiene un carácter muy extraño. La<br />

misma Escritura nos le presenta en escena de repente cual otro Melchisedech -o sacerdote<br />

cainita de los melchas o bárbaros occidentales, al tenor de <strong>la</strong> frase oriental-. En efecto: nada<br />

se nos dice acerca de su familia ni de su tribu, ni menos de dónde venía al presentarse al<br />

rey, ni cómo se le desarrolló su vocación profética o fué l<strong>la</strong>mado a el<strong>la</strong>, sino <strong>que</strong> el Señor le<br />

saca repentinamente de <strong>la</strong> obscuridad, haciéndole ir a <strong>la</strong> corte de un rey impío, para<br />

anunciarle los juicios e iras de aquél y el terrible azote kármico con el <strong>que</strong> va a castigar a su<br />

pueblo. Elías, por su parte -añade el comentarista-, no dec<strong>la</strong>ra <strong>la</strong> causa de esto al rey, ni le<br />

da en rostro con delito alguno, dejándole en duda hasta sobre <strong>la</strong> duración de a<strong>que</strong>l castigo,<br />

<strong>que</strong> no había de cesar sino al mágico conjuro de su pa<strong>la</strong>bra excelsa. Luego, el Maestro de<br />

Israel desaparece durante tres años y medio, cuando pueblo y rey habían ya tenido tiempo<br />

suficiente de experimentar los tristes efectos de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ga anunciada por aquél. El mismo<br />

nombre de este Profeta de profetas, primero de <strong>la</strong> serie de los terribles conminadores del<br />

pueblo de <strong>la</strong> "dura cerviz", tan semejante en todo a nuestros cultos pueblos occidentales,<br />

trasciende a "fortaleza", a "soberanía", al tenor de su etimología hebrea, o más bien<br />

105 Es cosa singu<strong>la</strong>r <strong>la</strong> de <strong>que</strong> todos los grandes pueblos del pasado ario, antes de gobernarse por reyes, como los<br />

at<strong>la</strong>ntes, se gobernasen por jueces, es decir, <strong>la</strong>s más de <strong>la</strong>s veces, por jinas o Maestros. 'Tal aconteció con Israel, con<br />

Cartago (los Sufis), con los celtas e iberos (Sacrovires, Viriatos), con <strong>la</strong> Roma consu<strong>la</strong>r, etc. Esta es una de <strong>la</strong>s<br />

características mayores de los pueblos arios primitivos, hasta de los <strong>que</strong> más habían adulterado ya su carácter ario, como el<br />

pueblo hebreo. Por supuesto, estas cosas escandalizarán a los etnólogos <strong>que</strong> siguen al pie de <strong>la</strong> letra <strong>la</strong> falsa c<strong>la</strong>sificación de<br />

los pueblos troncales en arios, semitas y turanios. A partir de <strong>la</strong> catástrofe at<strong>la</strong>nte, en efecto, todos los pueblos son arios,<br />

pero no todos conservan con igual pureza este su carácter, y algunos, como los l<strong>la</strong>mados semitas, casi le han perdido ya<br />

por completo a causa de su materialismo.<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 147 www.samaelgnosis.net

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!