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Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />

Don Mario Roso de Luna<br />

interpretación <strong>que</strong> se da a algunas alusiones bíblicas respecto de <strong>la</strong> edad de Enoch, "<strong>que</strong><br />

igua<strong>la</strong>rá a <strong>la</strong> del mundo", compartiendo con Jesús y Elías <strong>la</strong> dicha y los hombres del último<br />

Advenimiento, y de <strong>la</strong> destrucción del Antecristo, significa, en verdad, <strong>la</strong> corre<strong>la</strong>ción de Enoch<br />

con el año so<strong>la</strong>r de trescientos sesenta y cinco días, y esotéricamente, por otro <strong>la</strong>do, el<br />

hecho de <strong>que</strong> algunos de los Grandes Adeptos volverán en <strong>la</strong> Séptima Raza, una vez<br />

desvanecido todo error, para proc<strong>la</strong>mar como Shistas o santos "Hijos de Luz" <strong>que</strong> son ellos,<br />

el advenimiento de <strong>la</strong> Verdad, por tantos siglos obscurecida."<br />

"En otro de los aspectos, Enoch -continúa-, el patriarca celeste y padre de Methme<strong>la</strong>d, es<br />

también el Primer Adán o el Microprosopus. El Enoch espiritual, <strong>que</strong> no murió, sino <strong>que</strong> fué<br />

arrebatado por Dios, es el símbolo también de <strong>la</strong> humanidad, tan eterna en el espíritu como<br />

en <strong>la</strong> carne; si bien esta última perece siempre para siempre renacer. La muerte, en efecto,<br />

es tan sólo un nuevo nacimiento, pues <strong>que</strong> el espíritu es inmortal, y, por tanto, <strong>la</strong> humanidad<br />

no puede morir jamás, y el Destructor se convierte en Creador, Tipo, en fin, Enoch del<br />

hombre, espiritual y terrestre a <strong>la</strong> vez, ocupa por eso el centro de <strong>la</strong> Cruz Astronómica, base<br />

geométrica de todo el simbolismo religioso de los avatares hindúes: <strong>la</strong> manifestación de <strong>la</strong><br />

deidad o del Creador en su criatura el Hombre, es decir, de Dios en <strong>la</strong> humanidad y de <strong>la</strong><br />

humanidad en Dios como Espíritu. Así se forma el símbolo de <strong>la</strong> Mundana Cruz de los<br />

Cielos, repetida en <strong>la</strong> tierra por el hombre dual y hasta por <strong>la</strong>s coro<strong>la</strong>s de ciertas p<strong>la</strong>ntas, con<br />

arreglo a <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve de Hermes, de <strong>que</strong> lo <strong>que</strong> está arriba es como lo <strong>que</strong> está abajo. La figura,<br />

pues, del místico simbolismo de Libra-Hermes-Henoch permanece así en el centro o punto<br />

de unión de <strong>la</strong> Cruz del hombre dual, del hombre físico reemp<strong>la</strong>zando al "espiritual". La<br />

posición de una de sus manos seña<strong>la</strong>ndo al cielo está equilibrada por <strong>la</strong> otra indicando a <strong>la</strong><br />

tierra, es decir: infinitas generaciones arriba e infinitas generaciones abajo; un hombre de<br />

polvo <strong>que</strong> retorna al polvo y un hombre-espíritu <strong>que</strong> renace en espíritu; una humanidad finita,<br />

Hija del Dios Infinito.<br />

Vengamos ahora a <strong>la</strong> historia de un célebre libro <strong>que</strong> lleva el nombre del gran patriarca jina.<br />

Orígenes dice <strong>que</strong> Enoch -Co-en, Ca.-in o ]a-in- dejó escritos numerosos tratados de<br />

Astrología y otras ciencias ocultas, y <strong>que</strong> tales manuscritos fueron salvados del Diluvio -<strong>la</strong><br />

catástrofe at<strong>la</strong>nte, lepetimos- juntamente con otros preciados secretos. Tertuliano, San<br />

Agustín y San Jerónimo, dice el sabio don Benito F. Alonso en su Galicia prehistórica, hab<strong>la</strong>n<br />

de estos escritos, <strong>que</strong> Pico de <strong>la</strong> Mirándo<strong>la</strong> decía poseer.<br />

¿Qué es el <strong>Libro</strong> de Enoch, del cual el San Juan del Cuarto Evangelio y el del Apocalípsis<br />

ha hecho tantas citas? Sencil<strong>la</strong>mente un libro de Iniciación, <strong>que</strong>, entre velos y alegorías, da el<br />

programa de ciertos Antiguos Misterios de los Templos interiores. "El autor de los Sacred<br />

Mysteries among the Mayas and Quichés sugiere, con acierto, <strong>la</strong> idea de <strong>que</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas<br />

"visiones de Enoch" no son sino <strong>la</strong>s experiencias de éste en los Misterios Iniciáticos de <strong>que</strong><br />

participó, aun<strong>que</strong>, a renglón seguido, comete el gran error de creer <strong>que</strong> el libro fué escrito al<br />

principio de <strong>la</strong> Era Cristiana, siendo así <strong>que</strong> judas, en su Epísto<strong>la</strong> (v. 14), hace citas del <strong>Libro</strong><br />

de Enoch, y por tanto, según observa el arzobispo Laurencio, traductor de <strong>la</strong> versión etíope<br />

de este libro, no podía ser posterior, ni siquiera contemporáneo de los autores del Nuevo<br />

Testamento."<br />

Tal es <strong>la</strong> opinión de <strong>la</strong> Maestra, quien añade esta hermosa página de historia:<br />

"Cuando Ludolf, l<strong>la</strong>mado por nuestros eruditos nada menos <strong>que</strong> "el padre de <strong>la</strong> literatura<br />

etíope", examinó los diversos manuscritos etíopes re<strong>la</strong>tivos al <strong>Libro</strong> de Enoch presentados<br />

por el viajero Pereise a <strong>la</strong> Biblioteca Mazarina, dec<strong>la</strong>ró rotundamente <strong>que</strong> no podía haber<br />

ningún <strong>Libro</strong> de Enoch. Sin embargo, como todos saben, pronto <strong>que</strong>dó por tierra tan<br />

dogmática afirmación, pues <strong>que</strong> Bruce y Ruppel encontraron dicho libro en Abisinia, y<br />

trayéndolo a Europa unos años después, dieron margen a <strong>que</strong> el propio obispo Laurencio )0<br />

tradujese. Bruce, por supuesto, despreciaba su contenido y se bur<strong>la</strong>ba de él, como todos los<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 142 www.samaelgnosis.net

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