21.06.2014 Views

Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />

Don Mario Roso de Luna<br />

suelto, le cubría hasta los pies, conduciendo, además, un animal desconocido (<strong>la</strong> consabida<br />

vaca pentápoda de dichos capítulos). El anciano me dijo: "Sobrino, yo soy Hijo del Sol y<br />

hermano del Inca Manco Capac y de <strong>la</strong> Coya Mama Oello Huaco, su mujer y hermana, y me<br />

l<strong>la</strong>mo Viracocha Inca. Vengo a ti de parte del Sol, nuestro padre, para <strong>que</strong> des aviso al rey de<br />

cómo <strong>la</strong>s provincias de Chinchasuyo y otras están reuniendo muchas gentes para derribarle<br />

de su trono y destruir nuestra imperial ciudad del Cuzco. Dile, pues, <strong>que</strong> se aperciba, y a ti,<br />

por tu parte, te digo <strong>que</strong> no temas adversidad alguna, pues <strong>que</strong> en todas te socorreré como a<br />

mi carne. No dejes, por tanto, de acometer cualquier hazaña <strong>que</strong> convenga a <strong>la</strong> majestad de<br />

tu sangre y grandeza de tu Imperio, <strong>que</strong> te ampararé." - En efecto, sigue el re<strong>la</strong>to Garci<strong>la</strong>so,<br />

los sublevados, cual torrente devastador, aso<strong>la</strong>ron de allí a poco todo el Imperio, haciendo al<br />

rey desamparar el templo, y <strong>la</strong> catástrofe anunciada por a<strong>que</strong>l Saint-Germain de América<br />

habría sobrevenido (como sobrevino años más tarde por los españoles), si el gal<strong>la</strong>rdo<br />

Parsifal andino, atendiendo a los consejos y fiado en <strong>la</strong> jinesca protección de a<strong>que</strong>l Kabir, no<br />

hubiese asumido el poder real, y deshecho en sangriento cho<strong>que</strong> a sus enemigos, tomando,<br />

finalmente, después, el augusto nombre de su protector Viracocha, y reinando <strong>la</strong>rgos años<br />

feliz bajo su égida. . .<br />

¿Qué pensar, pues, en buena filosofía, de estas repeticiones históricas <strong>que</strong> tienden el<br />

puente entre este nuestro mísero mundo y el mundo excelso de nuestros protectores LOS<br />

JINAS? No cabe, en efecto, otra cosa <strong>que</strong> admirar una vez más <strong>la</strong> universalidad con <strong>que</strong> <strong>la</strong><br />

tradición de estas "gentes del otro mundo" se hal<strong>la</strong> repartida por <strong>la</strong> Historia Universal, a poco<br />

<strong>que</strong> en el<strong>la</strong> se profundice, descartando el pobrísimo criterio positivista con <strong>que</strong> hasta aquí<br />

hemos seguido esta disciplina científica.<br />

Séanos permitido insistir en particu<strong>la</strong>r tan importantísimo <strong>que</strong> se re<strong>la</strong>ciona además con otro<br />

personaje no menos importante en <strong>la</strong> historia oculta de a<strong>que</strong>llos pueblos: el famoso jina<br />

Hancohuallu.<br />

"Tres meses después del sueño del desterrado príncipe -dice Garci<strong>la</strong>so al narrar lo<br />

antedicho (II, LIII) -, vino <strong>la</strong> nueva del levantamiento de los Hancohuallu y otras naciones<br />

circunvecinas, <strong>que</strong> veían al inca Yahuar Huacac tan poco belicoso y tan mucho acobardado<br />

con el mal agüero de su nombre de "el <strong>que</strong> llora sangre", y embarazado además con <strong>la</strong><br />

áspera condición de su hijo, quien, desde el suceso del sueño, había tomado el nombre de<br />

Vira cacha Inca, por <strong>la</strong> fantasma de este nombre <strong>que</strong> había visto. Los autores de tal<br />

levantamiento fueron tres indios curacas o jefes de tres grandes provincias de <strong>la</strong> nación<br />

Chanca, hermanos y deudos del gran Hancohuallu, <strong>que</strong> fué su general. Confuso el inca, y<br />

temiendo <strong>que</strong> el vaticinio de <strong>la</strong> fantasma se cumpliese, abandonó a <strong>la</strong> capital del Cozco,<br />

retirándose hacia Col<strong>la</strong>suyu. Todos los de <strong>la</strong> ciudad huyeron con él. Entonces, el príncipe<br />

Viracocha, con algunos pastores <strong>que</strong> consigo tenía, salió en persecución de su padre, y<br />

alcanzándole en <strong>la</strong> angostura de Muyna le arrancó cuantos vasallos quisieron recibir <strong>la</strong><br />

muerte en defensa de su ciudad sagrada, antes <strong>que</strong> veda en manos de sus enemigos. Todos<br />

los hombres de sangre real y casi todos los vasallos siguieron al príncipe, por manera <strong>que</strong> al<br />

<strong>la</strong>do de su padre sólo <strong>que</strong>daron los inútiles..."<br />

Y después de describir <strong>la</strong> ya dicha batal<strong>la</strong>, en <strong>la</strong> <strong>que</strong> el formidable poder del rebelde invasor<br />

Hancohuallu <strong>que</strong>dó por completo abatido, sigue diciéndonos Garci<strong>la</strong>so (III, XXVI) :<br />

"Sucedió, años más tarde, <strong>que</strong>, andando el inca por <strong>la</strong> provincia de los Chinchas, le<br />

llevaron nuevas de un caso extraño, <strong>que</strong> le causó mucha pena y dolor, y fué <strong>que</strong> el bravo<br />

Hancohuallu, rey <strong>que</strong> había sido de los Chancas, aun<strong>que</strong> había gozado diez y nueve años<br />

del suave gobierno de los incas, y aun<strong>que</strong> de sus Estados y jurisdicción no le habían quitado<br />

nada, sino <strong>que</strong> era tan gran señor como lo fuera antes, con todo eso, no podía su ánimo<br />

altivo y generoso sufrir ser súbdito y vasallo de otro, habiendo sido señor de tantos vasallos.<br />

Como, por otra parte, veía <strong>que</strong> el gobierno de los incas era tan bueno <strong>que</strong> bien merecía <strong>la</strong><br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 129 www.samaelgnosis.net

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!