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Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />

Don Mario Roso de Luna<br />

especial encargo de reducir a a<strong>que</strong>l<strong>la</strong>s desdichadas gentes at<strong>la</strong>ntes <strong>que</strong> sobrevivieron a <strong>la</strong><br />

gran catástrofe, a <strong>la</strong>s sencil<strong>la</strong>s creencias primitivas, sin sacrificios humanos, ido<strong>la</strong>trías y<br />

demás horrores y miserias <strong>que</strong> dice Garci<strong>la</strong>so en el párrafo transcrito. Con ello no se hizo, en<br />

efecto, otra cosa <strong>que</strong> restaurar el culto caldeo, o kaicas mogólico del Sol, de <strong>la</strong> Luna; en<br />

suma, <strong>la</strong> Religión de <strong>la</strong> Naturaleza, por otro nombre "Ciencia de los dioses" o Teosofía. Los<br />

dos "barrios" famosos, el "alto" y el "bajo", en <strong>que</strong>, simbólica, al par <strong>que</strong> efectivamente, hubo<br />

de dividirse <strong>la</strong> ciudad, no fué sino el restablecimiento de los dos cultos del Sol (Hanan, Irán) y<br />

de <strong>la</strong> Luna (Hurin, Turin), prototipo de todas <strong>la</strong>s fuerzas animadoras del Cosmos, bajo <strong>la</strong><br />

acción suprema de ese Dios Desconocido y sin Nombre, <strong>que</strong> lo mismo en Gades y en Grecia<br />

(San Pablo, Hechos, XVII) <strong>que</strong> entre los arios y los Incas, tuvo y tendrá eternamente su<br />

templo druídico en <strong>la</strong> majestuosa bóveda de los cielos <strong>que</strong> cubre y protege a nuestro mísero<br />

p<strong>la</strong>neta, Divinidad Abstracta a <strong>la</strong> <strong>que</strong> el Inca-cronista <strong>que</strong> nos guía en este trabajo consagra<br />

estos sugestivos párrafos:<br />

"Los reyes Incas y sus Amautas o filósofos rastrearon con lumbre natural al verdadero<br />

Dios, al cual l<strong>la</strong>maron Pachacamac, nombre compuesto de pacha, universo, y de camac,<br />

participio de presente del verbo cama, animar, significando, por tanto, "el <strong>que</strong> anima al<br />

universo", o sea el <strong>que</strong> hace con el universo lo <strong>que</strong> el alma con el cuerpo. Por eso sólo se<br />

reverenciaba al Pachacamac, al Sol y al Rey, pero mientras <strong>que</strong> al Sol le nombraban a cada<br />

paso, no nombraban a Pachacamac ni le hacían templos ni sacrificios, sino <strong>que</strong> le adoraban<br />

mentalmente en su corazón, teniéndole por el Dios Desconocido, tanto <strong>que</strong> si a mí, <strong>que</strong> soy<br />

indio cristiano católico por <strong>la</strong> infinita misericordia, me preguntasen cómo se l<strong>la</strong>ma Dios en mi<br />

lengua, diría <strong>que</strong> Pachacamac... 86 . Tuviéronle en más veneración <strong>que</strong> al Sol; no le ofrecieron<br />

sacrificios ni le hicieron templos, salvo el famoso y riquísimo del valle de Pachacamac,<br />

dedicado a este Dios Desconocido e Invisible. Así, Incas y Amautas (filósofos), imitando a los<br />

caldeos, dispusieron <strong>que</strong> no se adorase sino a este Supremo Señor; al Sol, por el bien <strong>que</strong><br />

nos hace, y a su hermana <strong>la</strong> Luna, y a <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s, en fin."<br />

"Tuvieron los Incas Amautas <strong>la</strong> creencia de <strong>que</strong> el hombre era un compuesto de cuerpo y<br />

alma, y <strong>que</strong> mientras ésta era espíritu inmortal, el cuerpo estaba formado de tierra, y así le<br />

l<strong>la</strong>maban allpacamasca, <strong>que</strong> quiere decir "tierra animada". Al hombre, pues, para<br />

diferenciarle de los brutos, le l<strong>la</strong>maron runa, o sea "hombre dotado de razón", y a <strong>la</strong>s bestias<br />

<strong>la</strong>s denominaron l<strong>la</strong>ma. Creían en otra vida, después de <strong>la</strong> presente, con penas para los<br />

malos y descanso para los buenos. Así, dividían el universo en tres mundos: el cielo o hanan<br />

pacha, equivalente a "mundo muy alto"; el mundo de <strong>la</strong> generación y de <strong>la</strong> corrupción, o hurin<br />

pacha, y el mundo inferior, ucu pacha, o sea el centro de <strong>la</strong> Tierra, el infierno, <strong>la</strong> casa del<br />

demonio o cupaypa huacin 87 . De manera <strong>que</strong>, tras esta vida presente, los buenos gozaban<br />

86 La torcida metafísica eclesiástica fué adulterando este inefable e indescriptible concepto de Lo Incognoscible no-<br />

Creador -pues el crear es en sí un acto inferior-, con el de Pachayachacher o Pacharurac, "hacedor del cielo" para así pasar<br />

de <strong>la</strong> doctrina filosófica primitiva, purísima y gnóstica de <strong>la</strong> Emanación, a <strong>la</strong> grosera y antropomórfica de un Dios Personal<br />

<strong>que</strong> crea con "sus manos" a un Cosmos <strong>que</strong> es en sí Eterno.<br />

87 Todo un mundo hay en estas pa<strong>la</strong>bras <strong>que</strong>chúas, o sea de <strong>la</strong> lengua real de los incas. Si pacha es universo, pachd, en<br />

lenguas finesas tales como el turco, equivale a señor: si camac en quichúa es "animar, dar pasión y vida", kamas es el<br />

mundo de <strong>la</strong> pasión en sánscrito, y cameloc o kama-loca es también el terrible mundo astral o "de <strong>la</strong> Bestia Bramadora" de<br />

<strong>la</strong>s leyendas caballerescas; si a Pachacamac (sea como Dios Incognoscible o como Logos) no se le nombraba por los Incas,<br />

tampoco a ]ehovah se le nombraba por los hebreos. En fin. si al hombre racional, o <strong>que</strong> piensa, se le l<strong>la</strong>mó runa, también se<br />

l<strong>la</strong>ma TUnas por los pueblos nórdicos a todas <strong>la</strong>s inscripciones, o "productos del humano pensamiento". Así sucede con<br />

todas <strong>la</strong>s demás pa<strong>la</strong>bras quichúas, por ejemplo, <strong>la</strong> del ucu, o centro de <strong>la</strong> Tierra, <strong>que</strong> es el orco <strong>la</strong>tino (... "et anima il<strong>la</strong><br />

evocat orcus" <strong>que</strong> dice Pausanias hab<strong>la</strong>ndo de Herman, Hermes o el Dios Mercurio); <strong>la</strong> del valle vasco del Osco, Cosco o<br />

Cuzco, en <strong>que</strong> hubo de ser fundada <strong>la</strong> ciudad, por<strong>que</strong> cuantas pa<strong>la</strong>bras llevan <strong>la</strong> radical ask son vascas, y designan a <strong>la</strong><br />

Tierra, lo mismo en Europa occidental <strong>que</strong> en América (Nebrasca, A<strong>la</strong>ska, etc.; ascos, Heteroscos, Etruscos, o de "otra<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 120 www.samaelgnosis.net

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