INTERPRETACION MARXISTA DE LA HISTORIA ... - Salvador Allende

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trabajador hayan llegado a tener conciencia clara de su servidumbre y menos aún la mujer, porque está colocada a nivel más bajo que el obrero; porque ha sido y es aún considerada y tratada por éste como un ser inferior... tiene que aspirar a ser en la sociedad un miembro investido de iguales derechos que el hombre; su igual en todos los conceptos" 222 . Como muestra de su fervorosa adhesión al feminismo, Recabarren llegó a componer la letra del Himno de los Centros Femeninos "Belén de Sárraga", cantada con la música del coro de la ópera "Norma", además de escribir la obra de teatro "Desdicha Obrera", donde escenifica la explotación tanto del obrero como de la mujer. Su compañera, Teresa Flores, junto con Juana A. de Guzmán, María Castro y otras fueron animadoras de esos Centros Femeninos que germinaron en plena pampa salitrera. El 10 de abril de 1913,Teresa Flores escribía en "El Despertar de los Trabajadores": "hago saber a las lectoras de Iquique que en el vecino puerto de Antofagasta se ha organizado el viernes último un centro de mujeres libre-pensadoras. Invito a mis amigas y compañeras de ideas a organizar aquí en Iquique un centro análogo al de Antofagasta". Teresa llegó en 1923 a ser elegida en el consejo ejecutivo de la FOCH, constituyéndose en la primera mujer dirigenta nacional de una central sindical chilena y también a latinoarnericana junto con la colombiana María Cano, antes que las europeas. Allí se gestaron las "huelgas de las cocinas apagadas". Virginia Vidal -en una entrevista hecha por Luisa Werth- recuerda que cuando no había alimento en las pulperías de las oficinas salitreras "surgía el contlicto de las cocinas apagadas. Los comités de dueñas de casa iniciaban la movilización hacia el sindicato. Los hombres llegaban a almorzar. Al no encontrar a las mujeres, viendo que no había qué comer, también se iban al sindicato. Nos ibamos a la línea por donde venía el vagón con los hombres -traídos como animales-, nos cruzábamos por delante haciéndolos bajar y obligándolos a ir al sindicato. Las directivas obreras y de dueñas de casa partían a la oficina central, al Bienestar, a tratar el asunto con los patrones. Llegaban carabineros, pero tenían miedo porque las mujeres les agarraban el trasero, lo que los ofendía mucho" 223 . El Partido Cívico Femenino Un hecho relevante fue la creación en 1919 del Partido Cívico Femenino, orientado por Esther La Rivera, Berta Recabarren, Graciela Mandujano y Graciela Lacoste. Rápidamente se extendió a Quilpué, Concepción y otras regiones del país. Tuvo un nutrido intercambio con sus hermanas latinoamericanas. Sus estatutos -sostiene Julieta Kirkwood- "fueron elaborados después de un interesante intercambio epistolar con todos los movimientos feministas de habla hispana de la época, los que, en singular espíritu de internacionacionalismo feminista, facilitan la tarea a sus hermanas chilenas. Así, se reciben estatutos del Consejo de Mujeres Feministas de Montevideo (1916-1919); estatutos del Consejo Supremo Feminista de Mujeres Españolas y ejemplares de la revista Redención, además de los estatutos de la Liga Española para el Progreso de la Mujer, primera entidad feminista creada en España. De la Argentina se reciben los aportes de la Liga de Derechos de la Mujer de la Secretaría General del Partido Feminista Nacional. Con todos estos aportes en 1922 se plasman los estatutos del Partido Cívico Femenino, que en síntesis propone: conseguir reformas legales para que la mujer pueda obtener los derechos que por tanto tiempo se le han negado (voto y derechos civiles), autonomía e independencia de toda agrupación política o religiosa; abolición de todas las disposiciones legales y constitucionales que colocan a la mujer en una inferioridad indigna. Este partido editó durante más de 10 años la revista Acción Femenina, llegando al inusitado tiraje de 10.000 ejemplares, donde entre otras cosas se propone el voto municipal, a modo de ensayoaprendizaje para el voto total. Debido a ello, el Partido se lanza en campaña y movilización pro voto municipal, en el entendido de que la administración comunal edilicia se halla más cerca del ámbito femenino (la economía del hogar) que del masculino que lo desvía a politiquería... Esta publicación también critica el dogma de que la única escuela de la mujer es el matrimonio, inercia que ha deformado su cerebro. Se pregona la coeducación en los colegios y se denuncia la enseñanza dada a las mujeres pobres por las damas de caridad. Acción Femenina combate los prejuicios en relación al trabajo femenino, presentando estadísticas del número creciente de mujeres en las fábricas, comercios, campos y otras empresas. El Partido Cívico Femenino da conferencias en 78

centros obreros femeninos sobre higiene, conocimiento de cultura cívica y, en especial, sobre el inícuo sistema de explotación del trabajo de la mujer proletaria" 224 . El primer volante del Partido Cívico Femenino manifestaba: "Colectividad femenina en Chile que trabaja directamente por la obtención de los derechos civiles, judiciales y políticos de la mujer. Damas, pasad a inscribirse (en Santo Domingo 845) hoy mismo en los registros de este Partido". En 1923, otra Asamblea nombró una nueva directiva. En 1921, la campaña por la emancipación de la mujer fue reforzada por la publicación de "Evolución Ascendente", periódico nacional feminista, dirigido por Sofía de Ferrari Rojas. Ese mismo año se fundó la "Federación Unión Obrera Femenina". Otros intentos de organización política de las mujeres fueron el Partido Femenino Progresista Nacional (1921) y el Partido Demócrata Femenino (1924). Protagonismo Andrés Sabella relata: "En los movimientos sociales, las pampinas desempeñaron actividad y heroísmo. En la masacre de "San Gregorio" se encarceló a 3 mujeres. Doña Irene Vargas, durante los días acres de la matanza de "La Coruña", recorrió la Pampa de Tarapacá para "ayudar a bien morir a los "federados", desafiando sospechas, balas y amenazas. Esta actividad solidaria le valió un título de fuerza y dulzura: la abuela de la revolución. Doña Juana Barraza y doña Lucía Zajaya procedieron con igual entereza. En la Huelga del Tarro, las mujeres de Antofagasta, en 1919, demostraron una acción directa: era menester un acto contundente; se acostaron en la línea férrea y como la policía no pudo retirarlas, el tren se detuvo y la Huelga fue ganada" 225 . La mujer también comenzó a intervenir activamente en la Federación de Estudiantes de Chile (FECH). José Santos González Vera, en un relato autobiográfico titulado Cuando era muchacho, relata la actitud de los hombres ante la primera actividad de las mujeres universitarias en la FECH de 1920: "Los estudiantes, cuando ellas expresaron su deseo de colaborar, procedieron con prudencia. Hiciéronles arreglar el Club, ordenar la biblioteca y organizar tés en beneficio de la escuálida caja estudiantil" 226 . En el mismo libro, González Vera recuerda las representaciones que se hacían en el teatro obrero del centro "Francisco Ferrer", de tendencia anarquista. A ese local, "llegó un día una mujer que habló ante nosotros. Las demás, muy pocas, que acompañaban a sus maridos, toleraban nuestras ideas más por ser cónyuges de libertarios que por nacerles. La joven habló de la emancipación femenina" 227 . Desde principios de siglo las mujeres comenzaron a trabajar en los tranvías, en calidad de conductoras. "Llevaban una canotier sujeto al moño con largo alfiler -recuerda Joaquín Edwards Bello. Cuando regresé de mi larga estada en Europa, el año 1920, presencié una escena tranviaria que me llenó de asombro; dos borrachos subieron al tranvía eléctrico entonces y encararon a la conductora, chiquita y morena, de manera ofensiva. Tomó ésta a uno por uno del brazo y los hizo bajar mediando puñetes de añadidura" 228 . La norteamericana Marie Robinson Wright, de visita en Chile, comentaba en 1904: "las mujeres andan solas", juicio corroborado por Charles Pepper en su libro De Panamá a Patagonia, publicado en 1906: "Las Chilenas son menos limitadas por sus tradicionales formalidades españolas que las mujeres de otros países de América del Sur. Ellas emprenden ocupaciones por sí mismas y muchas están empleadas en los negocios y oficinas". Con criterio similar opinaba el escritor ingiés W.H. Koebel en 1913: "En la actualidad, su educación es tan liberal que el elemento femenino llega a tener opción a exhibir sus cualidades intelectuales" 229 . Joaquín Edwards Bello subraya el papel de las mujeres en el canto: "Cada vez que se trata de canto en la vida chilena aparecen mujeres. Las “Pan de Huevo”, en 1910, como su nombre lo indica, eran mujeres. Pocos eran los hombres que cantaban tonadas en mis tiempos... Las cuecas chilenas son cantos de mujeres, llevan nombre de mujeres: La llorona, Caramba las bolivianas, etc... En la cueca la mujer con poco esfuerzo lleva al hombre de las narices. El hombre es un pelele presuntuoso y al mismo tiempo atontado, que salta, que gira y patalea como si la mujer lo hubiera embrujado. Al fin el hombre cae fulminado y de rodillas" 230 . 79

centros obreros femeninos sobre higiene, conocimiento de cultura cívica y, en especial, sobre el<br />

inícuo sistema de explotación del trabajo de la mujer proletaria" 224 .<br />

El primer volante del Partido Cívico Femenino manifestaba: "Colectividad femenina en<br />

Chile que trabaja directamente por la obtención de los derechos civiles, judiciales y políticos de la<br />

mujer. Damas, pasad a inscribirse (en Santo Domingo 845) hoy mismo en los registros de este<br />

Partido". En 1923, otra Asamblea nombró una nueva directiva. En 1921, la campaña por la<br />

emancipación de la mujer fue reforzada por la publicación de "Evolución Ascendente", periódico<br />

nacional feminista, dirigido por Sofía de Ferrari Rojas. Ese mismo año se fundó la "Federación<br />

Unión Obrera Femenina". Otros intentos de organización política de las mujeres fueron el Partido<br />

Femenino Progresista Nacional (1921) y el Partido Demócrata Femenino (1924).<br />

Protagonismo<br />

Andrés Sabella relata: "En los movimientos sociales, las pampinas desempeñaron actividad<br />

y heroísmo. En la masacre de "San Gregorio" se encarceló a 3 mujeres. Doña Irene Vargas, durante<br />

los días acres de la matanza de "La Coruña", recorrió la Pampa de Tarapacá para "ayudar a bien<br />

morir a los "federados", desafiando sospechas, balas y amenazas. Esta actividad solidaria le valió un<br />

título de fuerza y dulzura: la abuela de la revolución. Doña Juana Barraza y doña Lucía Zajaya<br />

procedieron con igual entereza. En la Huelga del Tarro, las mujeres de Antofagasta, en 1919,<br />

demostraron una acción directa: era menester un acto contundente; se acostaron en la línea férrea y<br />

como la policía no pudo retirarlas, el tren se detuvo y la Huelga fue ganada" 225 .<br />

La mujer también comenzó a intervenir activamente en la Federación de Estudiantes de<br />

Chile (FECH). José Santos González Vera, en un relato autobiográfico titulado Cuando era<br />

muchacho, relata la actitud de los hombres ante la primera actividad de las mujeres universitarias<br />

en la FECH de 1920: "Los estudiantes, cuando ellas expresaron su deseo de colaborar, procedieron<br />

con prudencia. Hiciéronles arreglar el Club, ordenar la biblioteca y organizar tés en beneficio de la<br />

escuálida caja estudiantil" 226 . En el mismo libro, González Vera recuerda las representaciones que<br />

se hacían en el teatro obrero del centro "Francisco Ferrer", de tendencia anarquista. A ese local,<br />

"llegó un día una mujer que habló ante nosotros. Las demás, muy pocas, que acompañaban a sus<br />

maridos, toleraban nuestras ideas más por ser cónyuges de libertarios que por nacerles. La joven<br />

habló de la emancipación femenina" 227 .<br />

Desde principios de siglo las mujeres comenzaron a trabajar en los tranvías, en calidad de<br />

conductoras. "Llevaban una canotier sujeto al moño con largo alfiler -recuerda Joaquín Edwards<br />

Bello. Cuando regresé de mi larga estada en Europa, el año 1920, presencié una escena tranviaria<br />

que me llenó de asombro; dos borrachos subieron al tranvía eléctrico entonces y encararon a la<br />

conductora, chiquita y morena, de manera ofensiva. Tomó ésta a uno por uno del brazo y los hizo<br />

bajar mediando puñetes de añadidura" 228 .<br />

La norteamericana Marie Robinson Wright, de visita en Chile, comentaba en 1904: "las<br />

mujeres andan solas", juicio corroborado por Charles Pepper en su libro De Panamá a Patagonia,<br />

publicado en 1906: "Las Chilenas son menos limitadas por sus tradicionales formalidades españolas<br />

que las mujeres de otros países de América del Sur. Ellas emprenden ocupaciones por sí mismas y<br />

muchas están empleadas en los negocios y oficinas". Con criterio similar opinaba el escritor ingiés<br />

W.H. Koebel en 1913: "En la actualidad, su educación es tan liberal que el elemento femenino llega<br />

a tener opción a exhibir sus cualidades intelectuales" 229 .<br />

Joaquín Edwards Bello subraya el papel de las mujeres en el canto: "Cada vez que se trata<br />

de canto en la vida chilena aparecen mujeres. Las “Pan de Huevo”, en 1910, como su nombre lo<br />

indica, eran mujeres. Pocos eran los hombres que cantaban tonadas en mis tiempos... Las cuecas<br />

chilenas son cantos de mujeres, llevan nombre de mujeres: La llorona, Caramba las bolivianas, etc...<br />

En la cueca la mujer con poco esfuerzo lleva al hombre de las narices. El hombre es un pelele<br />

presuntuoso y al mismo tiempo atontado, que salta, que gira y patalea como si la mujer lo hubiera<br />

embrujado. Al fin el hombre cae fulminado y de rodillas" 230 .<br />

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