INTERPRETACION MARXISTA DE LA HISTORIA ... - Salvador Allende

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21.06.2014 Views

activamente en definir su mejor orientación y en consolidar sus esfuerzos. Al lado de estos 21 sindicatos está la Federación Obrera de Chile, con sus magníficas secciones en Chuquicamata, Calama, Unión, Boquete, Yungay y Antofagasta, el consejo federal de Mejillones y la 1º de Mayo. Tres organizaciones femeninas; una en Mejillones, otra en Unión y otra recién organizada en Antofagasta (...) Todo este hermoso conjunto de fuerzas, que aspiran al más potente progreso, se encuentran reunidas y fraternizadas bajo el nombre de la Asamblea de la Alimentación de Antofagasta (...) Así va marchando la fuerza, así va creciendo. Así va orientándose el pensamiento del pueblo trabajador. Mas tarde, cuando esta potencia adquiera la madurez necesaria, sus frutos nos darán el triunfo y bienestar que todos deseamos" 146 . El gobierno de Sanfuentes reemplazó en el Ministerio del Interior a Eliodoro Yáñez por el radical Armando Quezada Acharán con el fin de llegar a ciertos acuerdos con los dirigentes de la Asamblea de la Alimentación, pero las declaraciones del Ministro de Hacienda, Luis Claro Solar, en contra de las peticiones populares agravaron el conflicto. Entonces la FOCH llamó a solidarizar con los cerveceros que estaban paralizados desde el 14 de Agosto. A este movimiento se sumaron los ferroviarios, los obreros de los tranvías, los panaderos, los suplementemos, los trabajadores de la Casa Gath y Chávez y la FECH. La lucha alcanzó su apogeo con el estallido de la huelga general de Santiago entre el 3 y 6 de septiembre. El Ejército se acuarteló, tomando a su cargo la conducción de los tranvías. El gobierno contratacó decretando la Ley de Residencia contra "los subversivos". En opinión de Ricardo Donoso "que nadie se atrevería a clasificar en postura extremista, el término de subversivo –cita Leopoldo Castedo- se acuñó para designar cuantos promovían el mejoramiento de las condiciones de las clases trabajadoras o miraban con simpatía su causa" 147 . Años más tarde, Guillermo Izquierdo Araya recordaba que las movilizaciones de la Asamblea Obrera de la Alimentación ocuparon varias veces "la Alameda, entre Estado y San Martín, trecho en que instalaban hasta 7 pequeños estrados, desde los que hablaba un orador, alrededor del cual se apilaba la gente" 148 . La Asamblea Obrera de la Alimentación dejó de funcionar en 1920; sin embargo, puede considerarse no sólo el primer frente único del proletariado chileno sino también la primera experiencia de encuentro y coordinación de los movimientos sociales, donde actuaron los trabajadores organizados y no organizados, asociaciones gremiales y mutualistas, arrendatarios pobres, mujeres e intelectuales, profesores y estudiantes. Quizá no haya sido por azar que las movilizaciones de la Asamblea Obrera de la Alimentación coincidieran con las luchas de los trabajadores de la Argentina, especialmente los metalúrgicos de Vasena, que culminaron en la denominada "Semana Trágica" de Buenos Aires en enero de 1919. Rebeliones y embriones de poder popular Los principales levantamientos populares fueron los de Valparaíso en 1903, de Santiago en 1905 y de Puerto Natales en 1919. La rebelión porteña (1903) Esta rebelión fue el resultado de un proceso de organización y lucha que venía gastándose desde la segunda mitad del siglo XIX. Al compás del desarrollo capitalista y de sus necesidades agro-mineras exportadoras, Valparaíso -que desde la independencia debió haber sido la capital de la república- se había convertido en la década de 1880-90 en la principal ciudad del país desde el punto de vista económico, aunque tuviera menos habitantes que Santiago. El censo de 1907 dio 190.950 habitantes para la ciudad de Valparaíso (sin los pueblos aledaños y después del terremoto de 1906) y 403.775 para Santiago. Principal puerto del Pacífico, desde las guerras de 1837 y 1879 con Perú y Bolivia, Valparaíso -todavía no afectado a principios del siglo XX por la apertura del canal de Panamá- vivía 58

un boom económico y un período de expansión de las obras de infraestructura, nuevas viviendas y edificios monumentales al estilo francés y británico, algunos de los cuales aún conservan. Las actividades de la construcción, sumadas a las de la banca pesca, transporte, servicios públicos, industrias como las de la Refinería de Azúcar de Viña del Mar, textil, fundiciones y metalúrgicas habían generado uno de los segmentos más numerosos y pujantes de la clase trabajadora incluyendo en ésta a las capas medias asalariadas que fundamentalmente trabajaban en los Bancos y grandes casas comerciales importadoras y exportadoras, más poderosas que las de Santiago. Sus núcleos más importantes eran los portuarios, lancheros, fleteros, trabajadores de la Marina Mercante, obreros de la construcción, ferroviarios, textileros, metalúrgicos, gráficos, además de miles de artesanos, vendedores ambulantes y pequeños comerciantes. La clase trabajadora porteña había dado ya pruebas de su combatividad desde la revolución de 1851 apoderándose por una semana de los cerros con el franciscano José María Pascual a la cabeza. En la revolución de 1859, donde los fleteros, jornaleros y artesanos, liderados por Horacio Manterola y Bartolomé Riobó se apoderaron por un día de la aduana y prendieron fuego a la Intendencia. Los obreros del puerto mostraron de nuevo su fuerza al doblarle la mano a "El Mercurio" durante la huelga de julio 1888 y, sobre todo, al participar activamente en la huelga general nacional de 1890, la primera huelga general de América Latina; los trabajadores de la Compañía Sudamericana de Vapores desencadenaron durante tres días una lucha callejera que por momentos ocupó el centro de la ciudad, no sólo con obreros sino también con miles de pobres que se descolgaron de los cerros y conventillos del plano. Esta práctica social, en cierto modo espontaneísta -aunque desde 1873 existía la Sociedad Republicana "Francisco Bilbao" y el movimiento mutualista, orientado por Fermín Vivaceta, quien había publicado en Valparaíso varios de sus folletos, entre ellos "Unión y Fraternidad de los Traba adores" (1877)- estimuló la creación de nuevas organizaciones sociales y políticas, inclusive femeninas, como veremos en páginas más adelante. Asimismo, ya se había afianzado el Partido Demócrata en el puerto, donde había nacido y formado como obrero tipógrafo Luis Emilio Recabarren, quien fue secretario general de ese partido en Valparaíso en 1897, a los 21 años, y director de su periódico "Democracia" de 1899 a 1901. En mayo de 1903, el Partido Demócrata obtiene en las elecciones municipales una de las más altas mayorías, pero su triunfo es desconocido por el Tribunal Calificador de elecciones; cabe destacar que Angel Guarello había sido uno de los primeros diputados demócrata elegido en 1894 y reelecto en 1903, lo que indica una cierta influencia política de dicho partido en los sectores populares. Estos fueron básicamente los sujetos sociales y los factores subjetivos que, combinados con una lucha coyuntural por aumento de salarios y otras reivindicaciones, impulsaron la rebelión de mayo de 1903, donde cerca de 10.000 trabajadores enfrentaron a los militares y policías en las calles. El 15 de abril los estibadores y chateros de la compañía inglesa de Valparaíso presentaron un pliego exigiendo aumentos salariales y reducción de la jornada de trabajo, como lo señalaban en un manifiesto: "Lo que ganamos trabajando de 6 A.M. a 6 P.M. son tres pesos veinte por descarga de mercaderías, y por descarga de carbón cuatro pesos cincuenta, salario este último que hace tiempo ganan otros (... ) ¿Cuál es entonces la abundancia de salarios que tenemos para que usted no encuentre justo que pidamos un aumento del precio para un trabajo abrumador y mal remunerado que apenas nos alcanza para las más premiosas necesidades? (... ) Las horas que empleamos en el trabajo son tantas que por más robustos que seamos no podemos soportarlas, porque al fin nos rinde, pues no nos da el tiempo suficiente para el descanso y recuperar las fuerzas perdidas" 149 . El gerente de la compañía Inglesa de Vapores amenazó a los trabajadores con el despido si persistían en sus demandas. Esta situación provocó un movimiento de solidaridad que se extendió a todo el puerto. Los gremios de estibadores y lancheros se adhirieron con reivindicaciones propias, relacionadas con tarifas de descarga. A medida que los barcos arribaban al puerto, sus tripulantes se sumaban a las movilizaciones. 59

un boom económico y un período de expansión de las obras de infraestructura, nuevas viviendas y<br />

edificios monumentales al estilo francés y británico, algunos de los cuales aún conservan. Las<br />

actividades de la construcción, sumadas a las de la banca pesca, transporte, servicios públicos,<br />

industrias como las de la Refinería de Azúcar de Viña del Mar, textil, fundiciones y metalúrgicas<br />

habían generado uno de los segmentos más numerosos y pujantes de la clase trabajadora incluyendo<br />

en ésta a las capas medias asalariadas que fundamentalmente trabajaban en los Bancos y grandes<br />

casas comerciales importadoras y exportadoras, más poderosas que las de Santiago.<br />

Sus núcleos más importantes eran los portuarios, lancheros, fleteros, trabajadores de la<br />

Marina Mercante, obreros de la construcción, ferroviarios, textileros, metalúrgicos, gráficos,<br />

además de miles de artesanos, vendedores ambulantes y pequeños comerciantes.<br />

La clase trabajadora porteña había dado ya pruebas de su combatividad desde la revolución<br />

de 1851 apoderándose por una semana de los cerros con el franciscano José María Pascual a la<br />

cabeza. En la revolución de 1859, donde los fleteros, jornaleros y artesanos, liderados por Horacio<br />

Manterola y Bartolomé Riobó se apoderaron por un día de la aduana y prendieron fuego a la<br />

Intendencia. Los obreros del puerto mostraron de nuevo su fuerza al doblarle la mano a "El<br />

Mercurio" durante la huelga de julio 1888 y, sobre todo, al participar activamente en la huelga<br />

general nacional de 1890, la primera huelga general de América Latina; los trabajadores de la<br />

Compañía Sudamericana de Vapores desencadenaron durante tres días una lucha callejera que por<br />

momentos ocupó el centro de la ciudad, no sólo con obreros sino también con miles de pobres que<br />

se descolgaron de los cerros y conventillos del plano.<br />

Esta práctica social, en cierto modo espontaneísta -aunque desde 1873 existía la Sociedad<br />

Republicana "Francisco Bilbao" y el movimiento mutualista, orientado por Fermín Vivaceta, quien<br />

había publicado en Valparaíso varios de sus folletos, entre ellos "Unión y Fraternidad de los Traba<br />

adores" (1877)- estimuló la creación de nuevas organizaciones sociales y políticas, inclusive<br />

femeninas, como veremos en páginas más adelante. Asimismo, ya se había afianzado el Partido<br />

Demócrata en el puerto, donde había nacido y formado como obrero tipógrafo Luis Emilio<br />

Recabarren, quien fue secretario general de ese partido en Valparaíso en 1897, a los 21 años, y<br />

director de su periódico "Democracia" de 1899 a 1901. En mayo de 1903, el Partido Demócrata<br />

obtiene en las elecciones municipales una de las más altas mayorías, pero su triunfo es desconocido<br />

por el Tribunal Calificador de elecciones; cabe destacar que Angel Guarello había sido uno de los<br />

primeros diputados demócrata elegido en 1894 y reelecto en 1903, lo que indica una cierta<br />

influencia política de dicho partido en los sectores populares.<br />

Estos fueron básicamente los sujetos sociales y los factores subjetivos que, combinados con<br />

una lucha coyuntural por aumento de salarios y otras reivindicaciones, impulsaron la rebelión de<br />

mayo de 1903, donde cerca de 10.000 trabajadores enfrentaron a los militares y policías en las<br />

calles.<br />

El 15 de abril los estibadores y chateros de la compañía inglesa de Valparaíso presentaron<br />

un pliego exigiendo aumentos salariales y reducción de la jornada de trabajo, como lo señalaban en<br />

un manifiesto: "Lo que ganamos trabajando de 6 A.M. a 6 P.M. son tres pesos veinte por descarga<br />

de mercaderías, y por descarga de carbón cuatro pesos cincuenta, salario este último que hace<br />

tiempo ganan otros (... ) ¿Cuál es entonces la abundancia de salarios que tenemos para que usted no<br />

encuentre justo que pidamos un aumento del precio para un trabajo abrumador y mal remunerado<br />

que apenas nos alcanza para las más premiosas necesidades? (... ) Las horas que empleamos en el<br />

trabajo son tantas que por más robustos que seamos no podemos soportarlas, porque al fin nos<br />

rinde, pues no nos da el tiempo suficiente para el descanso y recuperar las fuerzas perdidas" 149 . El<br />

gerente de la compañía Inglesa de Vapores amenazó a los trabajadores con el despido si persistían<br />

en sus demandas.<br />

Esta situación provocó un movimiento de solidaridad que se extendió a todo el puerto. Los<br />

gremios de estibadores y lancheros se adhirieron con reivindicaciones propias, relacionadas con<br />

tarifas de descarga. A medida que los barcos arribaban al puerto, sus tripulantes se sumaban a las<br />

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