INTERPRETACION MARXISTA DE LA HISTORIA ... - Salvador Allende
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Antes de la era imperialista, es decir hacia la década de 1880, la mayoría de las inversiones<br />
grandes y medianas que hacían los extranjeros se reciclaban en Chile. En tal sentido, es correcta la<br />
afirmación de Gabriel Salazar: “a los inmigrantes empresarios y comerciantes hay que considerarlos<br />
“como elementos del capital comercial chileno, y no como segmentos orgánicos del capitalmercancías<br />
europeo (...) No obstante, es claro que el funcionamiento de ese capital comercial<br />
tendía, a mediano plazo, a beneficiar los intereses de la metrópoli inglesa” 103 .<br />
Baldomero Estrada sostiene que “una característica importante que tuvo la inmigración<br />
europea en Chile fue su fuerte concentración en centros urbanos, lo cual es uno de los factores que,<br />
sumado a su escaso número, explica en parte su éxito (...) Los ensayos colonizadores, en general,<br />
no tuvieron mucho éxito o cuando menos no repercutieron al modo como ocurrió en otras ciudades.<br />
El caso de los alemanes en Llanquihue y en Valdivia constituye una notable excepción en cuanto al<br />
efecto que provocaron en el medio, pero son también estos grupos los más reacios a la integración,<br />
que por cierto es más fluida en las ciudades” 104 .<br />
De estos inmigrantes, vinieron a Chile muy pocos anarquistas y socialistas europeos. La<br />
clase trabajadora chilena, a diferencia de la brasileña y argentina, tuvo escasos inmigrantes obreros<br />
destacados que coadyuvaran al desarrollo de la conciencia de clase. A los pocos que sobresalieron,<br />
se les aplicó la Ley de Residencia (1918) para expulsarlos del país, como fue el caso del anarquista<br />
español Casimiro Barrios, el argentino Ribas, el italiano Quadri y el español Manuel Peña, dueño de<br />
una pequeña librería en Iquique.<br />
Capítulo V<br />
EL MOVIMIENTO OBRERO<br />
El proletariado chileno, surgió en el último siglo de la colonia en las explotaciones mineras<br />
y afianzado en el siglo XIX, se desarrolló a escala nacional en las primeras décadas del siglo XX.<br />
La generalización de las relaciones capitalistas de producción en casi todas las áreas de la economía<br />
determinó un crecimiento del proletariado minero, agrícola e industrial, además del que trabajaba<br />
en los tranvías, ferrocarriles, puertos y las actividades terciarias.<br />
El sector más fuerte era el proletariado minero del salitre. Su número aumentó de 13.060 en<br />
1890 a 45.000 en 1912. El régimen de explotación a que estaba sometido fue descrito en forma<br />
aguda por un testigo de la época: “Los que más ganan son los trabajan en los cachucos, sacando los<br />
residuos del caliche después de haberse extraído el líquido en que se coció, lo cual no sería penoso<br />
sí se esperara que aquello se enfriase (...) La oficina paga tanto por fondeada y los operarios<br />
trabajan por cuadrillas; desarrollando una gran actividad pueden alcanzar a despachar ocho<br />
fondadas al día, lo que da en algunas oficinas ocho pesos por cada obrero, en otras un poco menos<br />
(...) Los demás operarios, como los que conducen el caliche de las canchas a las acendradoras y de<br />
estas a los cachucos, los que sacan el salitre de las bateas, ganan jornales que varía entre cuatro y<br />
cinco pesos” 105 . El escritor Eduardo Barrios en el cuento Camanchaca puso de manifiesto las<br />
arbitrariedades que cometían los patronos y jefes con la ficha-salario, que era la forma<br />
preponderante de pago de las oficinas salitreras: “aquel compadre Daniel era mal bicho. Le<br />
observaba cierta actitud taimada desde aquel canje de fichas. Mas si la Compañía, al igual que<br />
todas las “nitrate Companys” no cambiaba las fichas por dinero a la par ¿qué culpa cabíale a él?<br />
Convertirlas con descuento de diez por ciento constituía norma en la pampa entera” 106 .<br />
El enclave salitrero fue la principal fuente de acumulación de capital de las empresas<br />
imperialista pero, al mismo tiempo, esta super-explotación generó el sector más combativo del<br />
proletariado chileno, como veremos en las próximas páginas. Esa economía de tipo enclave<br />
condicionó no sólo el crecimiento de los obreros mineros sino también de otros sectores de<br />
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