INTERPRETACION MARXISTA DE LA HISTORIA ... - Salvador Allende

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101 EDUARDO POIRIER: Chile en 1910, Imp. Barcelona, Stgo.., 1910, p. 459. La trayectoria de un italiano en Chile,entre 1885 y 1938, contada por él mismo, ha sido rescatada por SILVA MEZZANO L.: Memorias de un inmigrante italiano en Chile, Ed. Los Libros del Arcabuz, Stgo., 1989. 102 JOAQUIN EDWARDS BELLO: Crónicas del Centenario, Ed. Zigzag, Stgo., 1968, p. 128. 103 GABRIEL SALAZAR V.: Algunos aspectos fundamentales sobre el desarrollo del capitalismo en Chile, Apunte de Calses en el Campamento “Tres Alamos”, Stgo., 1976, p. 74. 104 BALDOMERO ESTRADA: “La sociedad... op., p. 106 y 107. 105 JULIO VALDES CANJE: Sinceridad..., op. cit., 224 y 225. 106 EDUARDO BARRIOS: Camanchaca, Ed.ICIRA, Santiago, 1972, p. 29. Ver asimismo MARCELO SEGALL: Biografía de la Ficha Salario, Ediciones Revista Mapocho, T. II Nº2 de 1964. 107 BALDOMERO LILLO: Sub Terra, octava edición, Ed. Nascimento, Stgo., 1956, p. 5. 108 Ibíd., p. 16. 109 Ibíd., p. 32. 110 Ibíd., p. 47. 111 LUIS EMILIO RECABARREN: Ricos y pobres a través de un siglo de vida republicana, op. cit., p. 255. 112 Ibíd., pp. 285 a 287. 113 MANUEL ROJAS. Hijo de Ladrón, Ed. Quimantú, Stgo., 1972, p. 188. 114 BERNARDO SUBERCASEAUX: Fin de siglo, Ed. Aconcagua, Stgo., 1988, p. 330. 115 El Faro, Stgo., septiembre de 1902. 116 El Siglo XX, 18 de mayo de 1901. 117 FERNANDO ORTIZ LETELIER: El movimiento Obrero en Chile, 1891-1919, Ed. Libros del Meridión, Madrid, 1985, p. 191 y 192. 118 CRISOSTOMO PIZARRO: La huelga obrera en Chile, Ed. Sur, Stgo., 1986, p. 27. 119 Carta de LUIS EMILIO RECABARREN, publicadas en “El Trabajo” Iquique, 23 de febrero de 1902. 120 Ibíd. 121 “El Trabajo”, Iquique, 23-02-1902. 122 HUMBERTO VALENZUELA M.: Historia del Movimiento Obrero Chileno, ISP Verlag, Frankfurt, 1978, p. 16. Ver, asimismo, XIMENA CRUZAT: El Movimiento Mancomunal en el Norte Salitrero: 1901-1903, CLASICO, Santiago, 1989 y EDUARDO DEVÉS: El movimiento mancomunal en el Norte Salitrero, 1902-1907, Tomo II, CLACSO, Stgo., 1989. 123 “El Trabajo”, Iquique , 28 de marzo de 1904. 124 Ibíd. 125 “La Voz del Obrero”, Taltal, 13-11-1906, reproducido por F. ORTIZ L.: El movimiento obrero..., op. cit., p. 193. 126 JULIO CESAR JOBET: Recabarren y los orígenes del movimiento obrero y del socialismo chileno, Ed. OLA, Stgo., 1956. 127 LUIS EMILIO RECABARREN: La huelga de Iquique y la teoría de la Igualdad, en Obras selectas, Ed. Quimantú, Stgo., 1971, pp., 68 y 69. 128 CARLOS VICUÑA FUENTES: La tiranía en Chile, Stgo., 1938, Tomo I, p. 42. 129 HUMBERTO VALENZUELA M.: Historia del movimiento obrero chileno, op. cit., p.20. 130 Reproducido por L.E.RECABARREN: La huelga de Iquique..., op. cit., pp. 72-76. 131 Citado por J.JOBET: El pensamiento político de Recabarren, en Obras selectas de Recabarren, Ed. Quimantú, Stgo., 1971, p. 26. 132 Ibíd., p. 25. 133 HUMBERTO VALENZUELA M.: op. cit., p. 17. 134 Sociedad Nacional de Agricultura: Boletín, enero de 1908, pp. 8 y 9. 135 El Despertar, 11 de junio de 1912. 136 La Batalla, 10-11-1913. 137 Ibíd., 13 de Noviembre de 1913. 138 Publicado en el periódico El Despertar de los Trabajadores, 27 de mayo de 1913. 139 Gonzalo Vial: op. cit., tomo 10, p. 1.544. 140 MAXIMILIANO SALINAS: Historia del pueblo de Dios en Chile, Ed. Rehue, Santiago, 1987, pág. 202. Ver, asimismo, ERNESTO MORENO: Historia del Movimiento Sindical Chileno (Una visión cistiana). Documentos, Instituto Chileno de Estudios Humanísticos, Stgo., 1986. 141 Publicado por el periódico Adelante Talcahuano, Nº 536, del 29-01-1920, reproducido por JORGE BARRIA: Los movimientos sociales en Chile desde 1919 a 1926, Ed. Universitaria, Stgo. 1960. 142 CRISOSTOMO PIZARRO: La Huelga Obrera en Chile 1890-1970, Ed. Sur, Stgo. 1986, pp. 89-90. 143 LUIS EMILIO RECABARREN: “Nuestro Mayo de Hoy”, El Socialista, Antofagasta, 1-5-1919, reproducido por Miguel Silva en Recabarren y el Socialismo, Apus, Santiago, 1992, p. 117. 144 CRISOSTOMO PIZARRO: op. cit., p. 79 y 80. 174

145 MANUEL RIVAS VICUÑA: op. cit., T. II, p. 135. 146 LUIS EMILIO RECABARREN: “Vamos creciendo y afirmando”, El Socialista, Antofagasta, 17-VIII- 1919, reproducido por Miguel Siva, op. cit., pp. 121 y 122. 147 LEOPOLDO CASTEDO: Resumen de la Historia de Chile, Ed. Zig-Zag, Stgo., 1982, Tomo IV, p. 574. 148 Testimonio histórico de Guillermo Izquierdo Araya, en revista Dimensión Histórica de Chile, Nº 1, Academia Superior Pedagógicas de Santiago, 1984, p. 26. 149 Reproducido por FERNANDO ORTIZ LETELIER: El Movimiento Obrero, op. cit., p. 150. 150 JORGE GUSTAVO SILVA: Nuestra Evolución Político-Social (1900-1930). Ed. Nascimiento, Stgo., 1931. 151 DOMINGO AMUNATEGUI SOLAR: La Democracia en Chile. Teatro Político 1810-1910. U. de Chile, Stgo., 1946. 152 JOAQUIN EDWARDS BELLO: Crónicas del Centenario, Ed. Zig-Zag, Stgo. 1968. P. 48 y 49. 153 El Trabajo, 13 de junio de 1903. 154 FERNANDO PINTO LAGARRIGUE: Crónica Política del Siglo XX, Ed. Orbe, Stgo. 1972, p. 34. 155 Ibíd., p. 34. 156 Ibíd., p. 35. 157 El Mercurio, 23 de octubre de 1905. 158 CARLOS VICUÑA FUENTES: La tiranía en Chile, Tomo I, pp. 39 y 40. Stgo., 1938. 159 DOMINGO AMUNATEGUI SOLAR: op. cit., p. 327. 160 El Mercurio, 24 de octubre de 1905. 161 El Alba, segunda quincena de octubre de 1905. 162 MARCELO SEGALL: Biografía de la Ficha-Salario, op. cit., p. 30. 163 Ibíd, p. 30. 164 Uno de los primeros debates sobre el tema se dio en 1910 entre Rosa Luxemburgo y Lenin. Al destacar el espontaneísmo de las luchas socilaes de Rusia y su revolución de 1905, Rosa quería poner de manifiesto, por un lado, la incapacidad y "conservación" de la socialdemocracia europea para movilizar a los trabajadores y, por otro, el desarrollo de la conciencia de clase, que no necesariamente era producto único del accionar del partido. Lenin no minimizaba la iniciativa y el espontaneísmo de las luchas populares, como le han atribuido los actuales autodenominados luxemburguistas, sino que establecía sus insuficiencias y limitaciones. Tampoco subestima las manifestaciones de conciencia de clase que se daban en los movimientos calificados de espontaneístas, aunque seguía compartiendo en el "¿Qué hacer?" (1902) la tesis de Kautsky en el sentido de que la conciencia de clase debe ser inducida desde afuera a los trabajadores, vía partido. Por encima de cualquier discrepancia que pudiera tenerse en torno a la denominada "espontaneídad", es necesario reconocer que Rosa Luxemburgo hizo un aporte histórico al programa de la clase trabajadora pues fue la primera en desbordar los estrechos marcos partidarios para entender la necesidad de una modificación en la estrategia y táctica del movimiento obrero. 165 CARLOS VICUÑA FUENTES: op. cit., p. 51. 166 OSVALDO BAYER: Los vengadores de la pampa trágica, Ed. Galerna, Buenos Aires, 1988, p. 60. 167 GUILLERMO BAÑADOS: El crimen de Magallanes, Stgo., 1920, p. 8 y 9. 168 MANUEL LUIS RODRIGUEZ V.: Perfil histórico del movimiento obrero en Magallanes 1893-1973), Dep. de la Pastoral Obrera, Fundación para el Desarrollo de Magallenes, 1986, p. 11. Mecanografíado. 169 Ibid., p. 13. 170 GREGORIO IRIARTE: La organización obrera en Magallanes, Imp. del Pacífico, "El Trabajo", Punta Arenas, 1915. 171 Las categorías de "clase en sí" y "clase para sí" nunca fueron desarrollados por Marx y Engels, quienes por lo demás estimaron equívocadamente en el "Manifiesto Comunista" que los trabajadores se constituyen solamente en clase en la lucha contra la burguesía. A nuestro modo de entender, la categoría de "clase en sí" (de inspiración kantina) no se refiere a ninguna expresión de conciencia, sino sólo a la existencia de la clase trabajadora como tal. En cambio, "clase para sí" tiene una relación directa con la conciencia de clase. Pero es una categoría tan generalizanate que no da cuenta de los matices de las diversas manifestaciones de la conciencia. Por eso, nos permitimos distinguir entre conciencia primaria de clase, conciencia política de clase y conciencia revolucionaria de clase. 172 ENRIQUE REYES NAVARRO: "El desarrollo del ciclo salitrero y su influencia en el desenvolvimiento de la conciencia proletaria en Chile", en Boletín de la Universidad de Chile, Nº 144, Stgo. Septiembre 1971, p. 21. 173 LUIS VITALE: Historia General de América Latina, Tomo IX, p. 154, Ed. de la Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1984. 174 OSVALDO ARIAS ESCOBEDO: La prensa Obrera en Chile, Ed. PLA. Stgo., 1970. 175 MARIANO LATORRE: On Panta, onceava edición, Zig-Zag, Stgo. 1969. 176 Citado POR NICOLAS PALACIOS: Raza Chilena, p. 676, Valparaíso, 1904. 177 Ibíd., p. 688. 175

145 MANUEL RIVAS VICUÑA: op. cit., T. II, p. 135.<br />

146 LUIS EMILIO RECABARREN: “Vamos creciendo y afirmando”, El Socialista, Antofagasta, 17-VIII-<br />

1919, reproducido por Miguel Siva, op. cit., pp. 121 y 122.<br />

147 LEOPOLDO CASTEDO: Resumen de la Historia de Chile, Ed. Zig-Zag, Stgo., 1982, Tomo IV, p. 574.<br />

148 Testimonio histórico de Guillermo Izquierdo Araya, en revista Dimensión Histórica de Chile, Nº 1,<br />

Academia Superior Pedagógicas de Santiago, 1984, p. 26.<br />

149 Reproducido por FERNANDO ORTIZ LETELIER: El Movimiento Obrero, op. cit., p. 150.<br />

150 JORGE GUSTAVO SILVA: Nuestra Evolución Político-Social (1900-1930). Ed. Nascimiento, Stgo.,<br />

1931.<br />

151 DOMINGO AMUNATEGUI SO<strong>LA</strong>R: La Democracia en Chile. Teatro Político 1810-1910. U. de<br />

Chile, Stgo., 1946.<br />

152 JOAQUIN EDWARDS BELLO: Crónicas del Centenario, Ed. Zig-Zag, Stgo. 1968. P. 48 y 49.<br />

153 El Trabajo, 13 de junio de 1903.<br />

154 FERNANDO PINTO <strong>LA</strong>GARRIGUE: Crónica Política del Siglo XX, Ed. Orbe, Stgo. 1972, p. 34.<br />

155 Ibíd., p. 34.<br />

156 Ibíd., p. 35.<br />

157 El Mercurio, 23 de octubre de 1905.<br />

158 CARLOS VICUÑA FUENTES: La tiranía en Chile, Tomo I, pp. 39 y 40. Stgo., 1938.<br />

159 DOMINGO AMUNATEGUI SO<strong>LA</strong>R: op. cit., p. 327.<br />

160 El Mercurio, 24 de octubre de 1905.<br />

161 El Alba, segunda quincena de octubre de 1905.<br />

162 MARCELO SEGALL: Biografía de la Ficha-Salario, op. cit., p. 30.<br />

163 Ibíd, p. 30.<br />

164 Uno de los primeros debates sobre el tema se dio en 1910 entre Rosa Luxemburgo y Lenin. Al destacar el<br />

espontaneísmo de las luchas socilaes de Rusia y su revolución de 1905, Rosa quería poner de manifiesto, por<br />

un lado, la incapacidad y "conservación" de la socialdemocracia europea para movilizar a los trabajadores y,<br />

por otro, el desarrollo de la conciencia de clase, que no necesariamente era producto único del accionar del<br />

partido. Lenin no minimizaba la iniciativa y el espontaneísmo de las luchas populares, como le han atribuido<br />

los actuales autodenominados luxemburguistas, sino que establecía sus insuficiencias y limitaciones.<br />

Tampoco subestima las manifestaciones de conciencia de clase que se daban en los movimientos calificados<br />

de espontaneístas, aunque seguía compartiendo en el "¿Qué hacer?" (1902) la tesis de Kautsky en el sentido<br />

de que la conciencia de clase debe ser inducida desde afuera a los trabajadores, vía partido. Por encima de<br />

cualquier discrepancia que pudiera tenerse en torno a la denominada "espontaneídad", es necesario reconocer<br />

que Rosa Luxemburgo hizo un aporte histórico al programa de la clase trabajadora pues fue la primera en<br />

desbordar los estrechos marcos partidarios para entender la necesidad de una modificación en la estrategia y<br />

táctica del movimiento obrero.<br />

165 CARLOS VICUÑA FUENTES: op. cit., p. 51.<br />

166<br />

OSVALDO BAYER: Los vengadores de la pampa trágica, Ed. Galerna, Buenos Aires, 1988, p. 60.<br />

167<br />

GUILLERMO BAÑADOS: El crimen de Magallanes, Stgo., 1920, p. 8 y 9.<br />

168 MANUEL LUIS RODRIGUEZ V.: Perfil histórico del movimiento obrero en Magallanes 1893-1973),<br />

Dep. de la Pastoral Obrera, Fundación para el Desarrollo de Magallenes, 1986, p. 11. Mecanografíado.<br />

169 Ibid., p. 13.<br />

170 GREGORIO IRIARTE: La organización obrera en Magallanes, Imp. del Pacífico, "El Trabajo", Punta<br />

Arenas, 1915.<br />

171 Las categorías de "clase en sí" y "clase para sí" nunca fueron desarrollados por Marx y Engels, quienes por<br />

lo demás estimaron equívocadamente en el "Manifiesto Comunista" que los trabajadores se constituyen<br />

solamente en clase en la lucha contra la burguesía. A nuestro modo de entender, la categoría de "clase en sí"<br />

(de inspiración kantina) no se refiere a ninguna expresión de conciencia, sino sólo a la existencia de la clase<br />

trabajadora como tal. En cambio, "clase para sí" tiene una relación directa con la conciencia de clase. Pero es<br />

una categoría tan generalizanate que no da cuenta de los matices de las diversas manifestaciones de la<br />

conciencia. Por eso, nos permitimos distinguir entre conciencia primaria de clase, conciencia política de clase<br />

y conciencia revolucionaria de clase.<br />

172 ENRIQUE REYES NAVARRO: "El desarrollo del ciclo salitrero y su influencia en el desenvolvimiento<br />

de la conciencia proletaria en Chile", en Boletín de la Universidad de Chile, Nº 144, Stgo. Septiembre 1971,<br />

p. 21.<br />

173 LUIS VITALE: Historia General de América Latina, Tomo IX, p. 154, Ed. de la Universidad Central de<br />

Venezuela, Caracas, 1984.<br />

174 OSVALDO ARIAS ESCOBEDO: La prensa Obrera en Chile, Ed. P<strong>LA</strong>. Stgo., 1970.<br />

175 MARIANO <strong>LA</strong>TORRE: On Panta, onceava edición, Zig-Zag, Stgo. 1969.<br />

176 Citado POR NICO<strong>LA</strong>S PA<strong>LA</strong>CIOS: Raza Chilena, p. 676, Valparaíso, 1904.<br />

177 Ibíd., p. 688.<br />

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