INTERPRETACION MARXISTA DE LA HISTORIA ... - Salvador Allende

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El jefe de la Aviación, Arturo Merino Benítez, encabezó las posturas más radicalizadas en favor de las libertades ciudadanas. Entre agosto y septiembre de 1932 se coordinó con oficiales del Ejército y de la Marina, logrando ciertas posiciones de fuerza. Luego, le hizo llegar a Dávila un petitorio de dos puntos: primero, que cambiara el gabinete y segundo, que no se presentara como candidato a las próximas elecciones. Dávila accedió sólo al primero, pero se negó a aceptar el segundo. En este contexto, se celebró la reunión del día 12 de septiembre, donde Merino planteó que se debía designar gobernante "al ciudadano que los gremios y los partidos eligiesen como vicepresidente" 493 . Esta moción fue rechazada por los demás jefes de la Fuerzas Armadas, quienes acordaron designar como autoridad suprema al general Blanche. Otro militar a la presidencia El 12 de septiembre de 1932, los comandantes del Ejército, la Aviación y la Marina, más el jefe de Carabineros resolvieron pedirle la renuncia a Carlos Dávila. También se acordó la designacion, como gobernante interno, del general en retiro Bartolomé Blanche, ministro del Interior de Dávila, con el voto disidente del jefe de la Aviación, Comodoro Arturo Merino Benítez, quien fue obligado a dimitir. De este modo, el alto mando militar intentaba resolver la demanda por la salida de Dávila y neutralizaba –temporalmente- el malestar de la oficialidad. Sin embargo, Merino Benítez, en su calidad de jefe de la Aviación, denunció: "los jefes militares de la guarnición de Santiago y algunos almirantes han impuesto al general Blanche como gobernante", nombramiento que obedeció a "perniciosas influencias de la reacción aligárquicas"; en la Aviación, "el pueblo entero de Chile, agobiado por una opresión irritante, ha querido cifrar sus esperanzas de redención y libertad" 494 . Bartolomé Blanche se instaló en el gobierno el 13 de septiembre en cierta forma como continuista de gobiernos militares anteriores, especialmente de Ibáñez, de cuya administración había sido Ministro de Guerra. Anunció que matendría las "conquistas ideológicas de la revolución", prometiendo la realización de próximas elecciones "con la mayor libertad de elección de la voluntad popular" 495 . Blanche ofreció el Ministerio del Interior a José Maza Fernández –principal redactor de la Constitución de 1925- con el fin de dar cierta confienza a los partidos políticos. Su rechazo obligó a nombrar como jefe de gabinete a Ernesto Barros Jarpa, ex colaborador de Dávila. Para dar mayor amplitud, se nombró Ministro de Justicia a Juan Antonio Ríos, quien fue desautorizado por su partido Radical. Antes de abandonar el poder, Dávila había firmado el decreto que relevaba a Merino de la jefatura de la Aviación, determinación que no fue cambiada por Blanche. Merino se acuarteló en la Escuela de Aviación del Bosque, donde fue atacado por efectivos militantes en la madrugada del día 13. De ahí se trasladó con una escolta de aeronaves a la base aérea de Colina, donde también tuvo que resistir un ataque armado. Finalmente, se trasladó a Ovalle donde fue reducido y hecho prisionero en la madrugada del 15 de septiembre. Estos sucesos pusieron públicamente de manifiesto que la confrontación entre militares había llegado al enfrentamiento armado. Merino, a diferencia de los sectores moderados del Ejército y de la Armada, representaba el ala más progresista y antioligárquica de las Fuerzas Armadas. El diario La Opinión, en su editorial del 15 de septiembre de 1932, señalaba que Merino Benítez tenía una orientación social similar a la de Marmaduque Grove y que ambos debían unirse "estrecha y sinceramente", pues así "lo exige la mayoría del país". Merino también abogaba por la creación de un "Ministerio del Aire", pues entonces estaban separados los Ministerios de Guerra y Marina. 496 El nombramiento de Blanche no tuvo suficiente acogida en la sociedad civil y ni siquiera en el conjunto de los militares. El día 15 de septiembre, los partidos Radical, Social Republicano, Liberal, Conservador y Socialista de Chile sacaron una declaración pública en la que propugnaban 164

la organización a la brevedad de un gobierno civil, manifestándose en contra de los "movimientos de cuartel" 497 . Así empiezan a levantarse las candidaturas presidenciales de Arturo Alessandri Palma, apoyado por radicales y democráticos; de Héctor Rodriguez de la Solta, P. Conservador; de Enrique Zañartu Prieto, respaldado por "agrarios" y liberales; de Elías Lafertte, comunista, y de Marmaduque Grove, postulado por grupos socialistas como la NAP, la Alianza Socialista Revolucionaria, la Asociación Revolucionaria de Trabajadores, el Partido Socialista Unificado, la Orden Socialista y la Izquierda Comunista. Una sexta candidatura, que no llegó a materializarse, fue la del Dr. José Santos Salas, quien había obtenido un gran respaldo popular en los comicios de 1925. Desde Argentina, Ibáñez anunció su retorno al país y su eventual reincorporación a la actividad política, inclusive al Ejército. Además se encargó de difamar la candidatura de Grove, señalando que si éste llegaba a la presidencia "con el apoyo de las izquierdas, su gobierno será derrocado por los conservadores. Grove sería una amenaza para la tranquilidad de todo el continente" 498 . Ante la posibilidad de que Ibáñez se presentara a las elecciones del 30 de octubre, Barros Jarpa se adelantó con un desmentido señalando que el General regresaba al país "únicamente por asuntos particulares" 499 . Dualidad de poderes entre militares El 27 de septiembre de 1932, la 1º División del Ejército, al mando del general Pedro Vignola, hizo un pronunciamiento militar, hecho insólito puesto que se trataba de regimientos que no eran de Santiago. Vignola exigió: renuncia de Blanche, entrega del poder a un civil, al presidente de la Corte Suprema, libertad electoral y retiro del Ejército de la política activa y del gobierno para recuperar el prestigio de la Institución. Vignola envió un telegrama al Comandante en Jefe del Ejército, general Ricardo Ludwig, reproducido por la prensa en los siguientes términos: "1) Que repudia enérgicamente toda intromisión del Ejército en la dirección del Gobierno y que, en consecuencia, no presta su apoyo moral a ninguna actividad militar en la política del país; 2) Que su anhelo más ardiente es que se restablezca, rápidamente, el orden constitucional para que un Gobierno civil dirija las próximas elecciones con amplio derecho y libertad; 3) Que la Guarnición de Santiago recobre su prestigio ante nuestros hermanos civiles prescindiendo, en absoluto, de su intromisión en la política de este pobre país que vive sobre un montón de hambrientos y cesantes desnudos, con todas sus actividades productivas paralizadas por la inestabilidad de los gobiernos revolucionarios; 4) Que el personal de la Primera División del Ejército desea intensamente la tranquilidad pública interna, la unión de todas las actividades nacionales en bien de nuestro pueblo, estableciendo, cuanto antes, la constitucionalidad que es la única salvación nacional; 5) Que con todo el amor de hermanos y de chilenos patriotas, hacemos un llamado a la Guarnición de Santiago, hacia la cordura, concordia y disciplina nacional. Lo que se comunica a ese Comando rogándole su opinión telegráfica. Firmado general Vignola. La decisión de Vignola recibió el mas amplio respaldo de parte de la comunidad de Antofagasta. Se constituyó un "Comité Civil", formado por todos los partidos políticos (de conservadores a comunistas) a los gremios y sindicatos obreros, adhiriéndose todas las guarniciones militares del norte, de Arica a Coquimbo 500 . En el Comité Civilista de Antofagasta participaron Benjamín Aguirre gerente de la Cía. de Cervecerías Unidas por los industriales; el Dr.Gonzalo Castro Toro por el Colegio Médico; Osvaldo Hiriart Corvalán por el Colegio de Abogados; el periodista Julio Asmussen Urrutia por los intelectuales; Edmundo Fuenzalida, director de El Industrial, por la prensa; Luis López, Alberto Chipoco y José Ramos representando a los sindicatos y a los pescadores. 165

la organización a la brevedad de un gobierno civil, manifestándose en contra de los "movimientos<br />

de cuartel" 497 .<br />

Así empiezan a levantarse las candidaturas presidenciales de Arturo Alessandri Palma,<br />

apoyado por radicales y democráticos; de Héctor Rodriguez de la Solta, P. Conservador; de Enrique<br />

Zañartu Prieto, respaldado por "agrarios" y liberales; de Elías Lafertte, comunista, y de<br />

Marmaduque Grove, postulado por grupos socialistas como la NAP, la Alianza Socialista<br />

Revolucionaria, la Asociación Revolucionaria de Trabajadores, el Partido Socialista Unificado, la<br />

Orden Socialista y la Izquierda Comunista. Una sexta candidatura, que no llegó a materializarse, fue<br />

la del Dr. José Santos Salas, quien había obtenido un gran respaldo popular en los comicios de<br />

1925.<br />

Desde Argentina, Ibáñez anunció su retorno al país y su eventual reincorporación a la<br />

actividad política, inclusive al Ejército. Además se encargó de difamar la candidatura de Grove,<br />

señalando que si éste llegaba a la presidencia "con el apoyo de las izquierdas, su gobierno será<br />

derrocado por los conservadores. Grove sería una amenaza para la tranquilidad de todo el<br />

continente" 498 .<br />

Ante la posibilidad de que Ibáñez se presentara a las elecciones del 30 de octubre, Barros<br />

Jarpa se adelantó con un desmentido señalando que el General regresaba al país "únicamente por<br />

asuntos particulares" 499 .<br />

Dualidad de poderes entre militares<br />

El 27 de septiembre de 1932, la 1º División del Ejército, al mando del general Pedro<br />

Vignola, hizo un pronunciamiento militar, hecho insólito puesto que se trataba de regimientos que<br />

no eran de Santiago. Vignola exigió: renuncia de Blanche, entrega del poder a un civil, al<br />

presidente de la Corte Suprema, libertad electoral y retiro del Ejército de la política activa y del<br />

gobierno para recuperar el prestigio de la Institución.<br />

Vignola envió un telegrama al Comandante en Jefe del Ejército, general Ricardo Ludwig,<br />

reproducido por la prensa en los siguientes términos: "1) Que repudia enérgicamente toda<br />

intromisión del Ejército en la dirección del Gobierno y que, en consecuencia, no presta su apoyo<br />

moral a ninguna actividad militar en la política del país; 2) Que su anhelo más ardiente es que se<br />

restablezca, rápidamente, el orden constitucional para que un Gobierno civil dirija las próximas<br />

elecciones con amplio derecho y libertad; 3) Que la Guarnición de Santiago recobre su prestigio<br />

ante nuestros hermanos civiles prescindiendo, en absoluto, de su intromisión en la política de este<br />

pobre país que vive sobre un montón de hambrientos y cesantes desnudos, con todas sus actividades<br />

productivas paralizadas por la inestabilidad de los gobiernos revolucionarios; 4) Que el personal de<br />

la Primera División del Ejército desea intensamente la tranquilidad pública interna, la unión de<br />

todas las actividades nacionales en bien de nuestro pueblo, estableciendo, cuanto antes, la<br />

constitucionalidad que es la única salvación nacional; 5) Que con todo el amor de hermanos y de<br />

chilenos patriotas, hacemos un llamado a la Guarnición de Santiago, hacia la cordura, concordia y<br />

disciplina nacional. Lo que se comunica a ese Comando rogándole su opinión telegráfica. Firmado<br />

general Vignola.<br />

La decisión de Vignola recibió el mas amplio respaldo de parte de la comunidad de<br />

Antofagasta. Se constituyó un "Comité Civil", formado por todos los partidos políticos (de<br />

conservadores a comunistas) a los gremios y sindicatos obreros, adhiriéndose todas las guarniciones<br />

militares del norte, de Arica a Coquimbo 500 . En el Comité Civilista de Antofagasta participaron<br />

Benjamín Aguirre gerente de la Cía. de Cervecerías Unidas por los industriales; el Dr.Gonzalo<br />

Castro Toro por el Colegio Médico; Osvaldo Hiriart Corvalán por el Colegio de Abogados; el<br />

periodista Julio Asmussen Urrutia por los intelectuales; Edmundo Fuenzalida, director de El<br />

Industrial, por la prensa; Luis López, Alberto Chipoco y José Ramos representando a los sindicatos<br />

y a los pescadores.<br />

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