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INTERPRETACION MARXISTA DE LA HISTORIA ... - Salvador Allende

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contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, especialmente en 1928, y la huelga de las bananeras de<br />

Colombia, narrada magistralmente por García Márquez en "Cien años de Soledad".<br />

La culminación de ese proceso de regionalización del combate nacional-antiimperialista fue<br />

la revolución cubana de 1933, encabezada por Antonio Guiteras. Pues bien, en ese contexto<br />

latinoamericano se dio la "República Socialista" de Chile, que fue precedida de ciertos sucesos<br />

importantes de analizar para entender la coyuntura que condujo al golpe del 4 de junio de 1932.<br />

El efímero gobierno de Montero<br />

La caída de Ibañez abrió un período de crisis de conducción política burguesa, que no pudo<br />

superar la Junta Cívica presidida por Juan Esteban Montero.<br />

Según un testigo de la época, Domingo Melfi, los partidos "traían de nuevo los mismos y<br />

viejos rencores de asamblea y las mismas ambiciones de predominio. El candor político consistió<br />

en creer que una vez derribada la dictadura se disiparía con ella el ambiente malsano. Pero la<br />

dictadura había creado castas sumisas de derrochadores, adheridas al presupuesto, que no podrían<br />

conformarse ya nunca con la existencia de relegamiento, a que las iba a condenar el civilismo<br />

triunfante [...] El hombre de la calle había llegado a la comprensión más audaz, comprendiendo que<br />

él no había sido más que el juguete de una merienda en la que los políticos se mordían y se<br />

desgarraban por el presupuesto y la ambición de mando. No se molestaba a los que habían<br />

delinquido y se hacia tabla rasa de los honestos y de los infelices que carecían de santos en la corte<br />

(...) Entre tanto, los instrumentos de la dictadura funcionando en pleno régimen constitucional.<br />

Seguía en funcionamiento un congreso hecho en parte ex profeso por el dictador, para que sirviera<br />

en su parodia democrática; seguía en funciones el poder judicial que se había humillado ante la<br />

omnipotencia de la fuerza. La opinión había dado en tierra con el Ejecutivo. Pero la dictadura no<br />

era sólo el Ejecutivo (...) Un militarismo que gobierna siete años no emplea su fuerza para rectificar<br />

únicamente. Se erige en árbitro. El hecho es que la táctica civil de 1931 falló en esto del<br />

militarismo (...) Desde el momento en que comienza a contemporizar con los vencidos en aquellos<br />

aspectos más burdos y más visibles o con las ideologías en falencia, se desvía hacia la liquidación y<br />

el fracaso. Se disuelve lo que en Chile se denomina "la majamama", o sea, en una gelatina de<br />

componendas (...) La generación nueva había visto en ocho años un cuadro siniestro de<br />

claudicaciones y de verguenzas. Había perdido la fe y volvía la espalda a un pasado que no supo<br />

dar vida a hombres fuertes, con mentalidades capaces de sobreponerse a la prueba de tantas<br />

humillaciones" 451 .<br />

La Rebelión de la Marina<br />

Las repercusiones de la crisis mundial de 1929-30, entre ellas doscientos mil cesantes y<br />

miles de "ollas comunes", agudizaron las fricciones interburguesas, alcanzando las filas de las<br />

Fuerzas Armadas. En septiembre de 1931 estalló la rebelión de la Marina. El vicepresidente<br />

Manuel Trucco, que había reemplazado a Juan Esteban Montero, pretendió adoptar medidas anticrisis<br />

reduciendo en un 30% los sueldos del sector público y en un 10% los de las Fuerzas Armadas.<br />

Los de la Marina, especialmente los suboficiales, manifestaron públicamente su protesta.<br />

El 1º de septiembre se inició la rebelión de 5.000 marineros. Los tripulantes del acorazado<br />

Almirante Latorre, surto en la bahía de Coquimbo, se sublevaron tomando prisioneros a los<br />

oficiales. A las pocas horas, la marinería de Talcahuano, donde estaba la mayor parte de la<br />

escuadra, se plegó al movimiento. El suboficial Ernesto González Brión, dirigente de la rebelión,<br />

hizo saber al gobierno que la marinería daba un plazo de 48 horas para la derogación del decreto<br />

que rebajaba los sueldos. Asimismo, exigía la aplicación de un empréstito forzoso a la burguesía y<br />

la expansión de las obras públicas para absorber la cesantía. El comando de la marinería, a pesar de<br />

declararse expresamente no comunista, solicitó el apoyo de las organizaciones obreras. Sectores de<br />

las Fuerzas Armadas y Carabineros empezaron también a rebelarse: "Acababa de saber que se había<br />

levantado una comisaría en Valparaíso y que en el Regimiento Maipo se estaba corriendo una lista<br />

encabezada por un cabo de la Marina de adhesión a la revuelta. Lo grave era que esto se hacia con<br />

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