INTERPRETACION MARXISTA DE LA HISTORIA ... - Salvador Allende
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El ascenso de Ibáñez al poder fortaleció la alianza entre las capas mayoritarias de la<br />
burguesía y el imperialismo yanqui, que ya había desplazado a su competidor inglés del control de<br />
las principales áreas de la economía chilena. El embajador norteamericano en Chile, Claude<br />
Bowers, señalaba que "durante el gohierno de Ibáñez los banqueros norteamericanos recomendaron<br />
a medio mundo que invirtiera dinero en Chile" 434 . Con ocasión de la visita a Chile, Herbert Hoover,<br />
le manifestó a Ibáñez el 12 de diciembre de 1928: "el éxito económico que ha alcanzado el gobierno<br />
de los Estados Unidos se debe a una actitud similar a la que Chile realiza al buscar préstamos en el<br />
extranjero" 435 . Bajo el gobierno de Ibáñez se dieron amplias facilidades al capital monopólico<br />
norteamericano, especialmente a la empresa Guggenheirn, para que se apoderara de importantes<br />
yacimientos salitreros, a través de los convenios de la COSACH (Corporación del Salitre Chileno).<br />
Hugo Zemelman sostiene que Ibáñez" apoyándose en el imperialismo norteamericano,<br />
pretende superar la crisis mediante una ruptura del control que los ingleses ejercen sobre los precios<br />
a través de la Asociación de Productores del Salitre, instaurando el sistema de ventas libres que<br />
favorecía directamente los intereses norteamericanos en la lucha por controlar esa riqueza. La<br />
Banca Norteamericana, por su parte, otorga empréstitos que destinan a obras públicas. Los ingleses<br />
mantienen algunas posiciones menores, como ser el Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia. Los<br />
intereses norteamericanos fortalecidos por el sistema de ventas libres (mayor potencialidad<br />
financiera y exclusividad del método Guggenheim), entran a controlar toda la actividad salitrera por<br />
intermedio de la COSACH, a la cual el gobierno entrega todos los terrenos salitreros del Estado, a<br />
cambio de la participación en sus beneficios, eximiéndolas del pago de todos los derechos de<br />
exportación (...). Las inversiones directas de Estados Unidos durante 1930 ascienden a 440 millones<br />
de dólares, de los cuales 330 millones están en empresas mineras, 66 millones en comunicaciones y<br />
transporte, mientras que los títulos chilenos colocados en Estados Unidos ascendían aproximadamente<br />
a 260 millones, lo que hacía un total de inversiones igual a 708 millones de dólares" 436 .<br />
Esta política pro-yanqui de Ibáñez era la continuación de la iniciada por Alessandri en el<br />
nuevo contexto de las relaciones de dependencia. No resulta extraño que Arturo Alessandri<br />
manifestara años más tarde en una entrevista realizada por René Montero: "Claro pues hombre,<br />
prescindiendo de las arbitrariedades cometidas por Ibáñez, su programa y su obra no fueron sino el<br />
complemento de los míos" 437 .<br />
Deuda externa<br />
Esta política se expresó muy claramente en el endeudamiento externo. Ibáñez contrató<br />
empréstitos norteamericanos por la cantidad de 59.698.050 dólares, de los cuales sólo se recibieron<br />
53.959.259. También se contrataron empréstitos de la banca europea por valor de 4.920.712 libras<br />
esterlinas y 85 millones de Francos Suizos 438 . Considerando un presupuesto anual de gastos de sólo<br />
1.000 millones de pesos "estos ríos de dinero extranjero que se recibían y no se pagaban, dieron la<br />
ilusión de que teníamos un gobierno en extremo progresista y que las Obras Públicas podían<br />
multiplicarse" 439 . Según las Memorias de Hacienda, estos préstamos fueron invertidos en Obras<br />
Públicas, especialmente en Ferrocarriles y en la construcción del camino Longitudinal Sur. Durante<br />
el gobierno de Ibañéz, el 41% de los préstamos extranjeros se invirtió en Obras Públicas y un 35%<br />
en amortizaciones e intereses de la deuda externa. Diez días después de declararse la moratoria de<br />
pago, renunció Ibañez. El modelo de crecimiento, vía endeudamiento, había terminado en la<br />
bancarrota. En síntesis, el saldo de la Deuda Externa por pagar en 1930 era de 62.070.705 libras<br />
esterlinas (incluido los préstamos en dólares), es decir, se duplicó en una década. Traducido a pesos,<br />
en 1930 se debían dos mil quinientos millones. Como dato comparativo de este salto cuantitativo de<br />
la deuda externa puede señalarse que en 1890 se adeudaban 93.267.954 pesos. Mas del 50% de esta<br />
deuda externa se debía a Estados Unidos y el resto a Gran Bretaña, Suiza y Alemania. Paul Drake<br />
anota: "El total de los préstamos externos contratados con EE.UU representaba cerca de los dos<br />
tercios del total otorgado públicamente a los gobiernos latinoamericanos por los Estados Unidos en<br />
1929" 440 . Haciendo un balance del período 1905-1931, Andrés Sanfuentes señala que se pueden<br />
distinguir tres fases 1) 1905-1914 en que "se recurrió masivamente al endeudamiento externo, tanto<br />
para financiar obras públicas y ferrocarriles como para gastos de defensa, en especial las<br />
adquisiciones de buques y la mejoría de los puertos; 2) la fase 1914-1920, en la cual se interrumpe<br />
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