INTERPRETACION MARXISTA DE LA HISTORIA ... - Salvador Allende

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21.06.2014 Views

estructurando o perfeccionando el régimen (...) el parlamentarismo criollo que venía practicando desde mediados del siglo XIX aseguraba, a la clase alta, un predominio mucho más efectivo que un parlamentarismo bien reglamentado. Entre 1891 y 1914 ningún hombre público dudó de las bondades del régimen parlamentario y todos pensaban que este sistema derivaba de la Constitución de 1833" 373 . Para asegurarse una mayor representación parlamentaria, los partidos políticos realizaron el cohecho más desenfrenado. En un folleto de 1909, José A. Alfonso afirmaba: "nuestro deprimido mercado electoral, venalizándose, ha consagrado, al parecer definitivamente, el triunfo de los hombres de fortuna, hasta el punto de que, en general, el que carece de bienes de que disponer tiene muy pocas posibilidades de surgir en el comercio popular, hasta el punto de que la práctica en estas cosas ha llegado a fijar cantidades más o menos determinadas la cuota electoral del candidato, cuota que hoy día puede calcularse, como minimúm, en $ 100.000 para el senador y 10.000 para el diputado. Para el senado, especialmente, todos los partidos buscan, como condición invariable de éxito, a los Cresos de nuestra política" 374 . La desvalorización monetaria de principios de siglo hizo subir los precios en el mercado parlamentario. Feliú Cruz anotaba: "Una senaturía como en la de los casos de Daniel Feliú y Fidel Muñoz Rodríguez fue disputada en 500.000 pesos. La de Joaquín Figueroa en 100.000. Una diputación tenía un valor de 50.000 pesos" 375 . Manuel Rivas Vicuña sostenía que "el régimen electoral estaba completamente podrido. La elección no dependía de los electores, sino de las mayorías de las municipalidades que organizaban el poder electoral. La gran cuestión era obtener la mayoría en las juntas receptoras de sufragios y contar con un personal adecuado para cambiar el resultado de la elección, si no era favorable (...) Los partidarios, en especial los coalicionistas, recurrían a los hombres más ricos de sus filas para ofrecerles la representación de las provincias en el Senado. Mineros afortunados, salitreros, que habían logrado ubicar preferentemente sus títulos y que lograron venderlos con ventaja en los mercados de Nueva York y Londres, esforzados industriales, agricultores, grandes cosecheros de trigo en la región del centro o en los latifundios de la frontera, formaban lo que en el lenguaje de la época se llamaba la flota de "dreadnoughts" de combate que movilizaba la coalición y la alianza, para infundirse pavor mutuamente. Los políticos antiguos tenían que ceder sus puestos a los acaudalados hombres de negocios que se mostraban resueltos a pagar bien un asiento en el Parlamento" 376 . Con el fin de lograr una mayor representación parlamentaria, los terratenientes, lograron que se aprobara la ley sobre "Comunas Autónomas" o ley de "Organización y Atribuciones de las Municipalidades", que entregaba a los municipios el control del mecanismo electoral. Valdés Canje denunciaba en 1910: la ley estableció: "que las municipalidades debían hacer las inscripciones electorales por medio de sus alcaldes y debían nombrar las juntas receptoras de los votos para los días de elecciones. Ponía, pues, en manos de los cabildos las dos funciones electorales más importantes: la calificación de los ciudadanos electores y su identificación al emitir su voto (...) En las municipalidades rurales frecuentemente un territorio municipal ha quedado dentro del dominio de un magnate, a quien le fue muy sencillo hacer nombrar alcaldes y regidores primero, y en seguida, tesorero, secretario, comandante de policía y tasadores a sus propios empleados. Así toda la autoridad local quedo concentrada en el dueño de la tierra (...) El hacendado dueño de una municipalidad hizo tasar sus propiedades en cantidades irrisorias (...) y después hizo aprobar una contribución de uno por mil, lo que significa en buena cuenta la supresión de la mayor parte de la entradas comunales, para casi librarse él de pagar contribuciones. Los pocos dineros municipales que se reúnen se invierten en su mayor parte en el pago de empleados y de la policía, que el magnate emplea en el resguardo de su persona y de sus intereses; y el poco dinero que sobra se gasta en caminos, puentes, u otras obras que por lo general aprovechan a su hacienda únicamente" 377 . Los partidos políticos de la burguesía fueron los responsables del proceso de enajenación de las riquezas nacionales en favor del capital financiero extranjero. Tanto el Partido Conservador como el Liberal, Radical y Nacional, implementaron una política librecambista que privilegiaba el tipo tradicional de economía primaria exportadora. El frente único que habían formado para derrotar el proyecto político nacionalista de Balmaceda hizo crisis en el momento del reparto de la renta salitrera. Cada partido trató de sacar la mejor tajada aumentando la representación parlamentaria y 124

la cuota de poder en los gobiernos elegidos. No obstante, hubo pactos como el de la Coalición Conservadora que agrupaba a los partidos Conservador y Nacional y la Alianza Liberal formada por los partidos Liberal, Radical y Liberal Democrático (balmacedista). Uno de los artífices en formar y deshacer alianzas fue Juan Luis Sanfuentes, quizás el personaje más relevante de la política chilena de aquel período. El accionar de los Partidos Políticos lo hemos visto a través de los procesos políticos analizados en capítulos anteriores porque entendemos que una historia de los partidos no debe basarse en sus declaraciones sino en su praxis concreta. Aquí sólo nos resta señalar algunos rasgos para complementar su desempleño. El Partido Conservador, que en la época portaliana había sido partidario ferviente del régimen presidencialista, en este período fue el propulsor de leyes, como las"Comunas Autónomas", que tendían a delibitar las atribuciones del poder ejecutivo. Por otra parte, mantuvo su tradición de partido confesional, exigiendo como condición la fe católica para ser afiliado o militante. Los conservadores, junto a la Iglesia, continuaron los intentos de penetración en los sectores más retrasados del pueblo "fundando las llamadas uniones o círculos católicos y las famosas hermandades de San José". 378 Los conservadores no solamente ampliaron su propiedad territorial sino que también invadieron los directorios de los bancos. En la sesión de la Cámara de Diputados de enero de 1900, Jorge Huneeus sostuvo: "¿No revela nada, señor Presidente, el que hayan sido conservadores teñidos la gran mayoría, casi la unanimidad de los directores, de todas esas instituciones que se llaman Banco de Santiago, Banco de Crédito Unido y Banco de Ahorros y Préstamos?" 379 . El poderío electoral del Partido Conservador comenzó a debilitarse en la década de 1920, aunque sus miembros más connotados siguieron ejerciendo poder en el control de los negocios del país. El Partido Liberal siguió representando los intereses de la burguesía minera, comercial y financiera. A sus filas también se incorporaron importantes sectores de la burguesía agraria y de la naciente burguesía industrial. La hegemonía política que impuso el Partido Liberal en los gobiernos de la llamada "República Parlamentaria" hizo crisis durante la campaña presidencial de Arturo Alessandri, quien logró arrastrar a sectores liberales no oficialistas, haciéndoles comprender que para canalizar el descontento de los trabajadores era necesario levantar una política "populista", que contrastaba con la línea del Partido Liberal, que por lo demás habia perdido el tradicional filo anticlerical. El Partido Radical, calificado en el siglo pasado de "rojo" por su ataques a los curas ultramontanos, creció como un respetable partido de centro, integrado no solamente por miembros de la burguesía minera y comerciante sino también por sectores de la burguesía industrial incipiente y de la burguesía agraria que emergía en la colonizada zona de la Frontera. El Partido Radical, inspirado por la masonería, logró también captar un número apreciable de profesores, artesanos, técnicos, profesionales y otros miembros de las modernas capas medias. A pesar de que su programa anticlerical se había agotado a fines del siglo pasado, persistió en sus campañas contra los curas. Trató de sacar partido de la movilización crítica a la jerarquía eclesiástica dirigida por el ex sacerdote conocido con el nombre de Pope Julio en 1905. El Partido Radical respaldó también las movilizaciones anticlericales realizadas en Santiago en 1913 con ocasión de la llegada del delegado del Papa. El periódico El Despertar señalaba el 29 de mayo de 1913: "Continúan las agitaciones anticlericales (...) El Centro Doctrinario considera conveniente que se suprima la representación del Papado, porque no es necesaria en el país" 380 . La raigambre del PR se puso en evidencia en la discusión sobre la "cuestión social". No obstante, los radicales fueron lo suficientemente perspicaces y oportunistas para darse cuenta, años más tarde, de que era necesario apoyar la candidatura de Arturo Alessandri para capitalizar electoralmente a los trabajadores descontentos. Es interesante destacar que en 1918 se fundó el Partido Nacionalista; aunque de corta duración, su programa fue uno de los pocos en plantear el fortalecimiento del Poder Ejecutivo en 125

la cuota de poder en los gobiernos elegidos. No obstante, hubo pactos como el de la Coalición<br />

Conservadora que agrupaba a los partidos Conservador y Nacional y la Alianza Liberal formada por<br />

los partidos Liberal, Radical y Liberal Democrático (balmacedista). Uno de los artífices en formar y<br />

deshacer alianzas fue Juan Luis Sanfuentes, quizás el personaje más relevante de la política chilena<br />

de aquel período.<br />

El accionar de los Partidos Políticos lo hemos visto a través de los procesos políticos<br />

analizados en capítulos anteriores porque entendemos que una historia de los partidos no debe<br />

basarse en sus declaraciones sino en su praxis concreta. Aquí sólo nos resta señalar algunos rasgos<br />

para complementar su desempleño.<br />

El Partido Conservador, que en la época portaliana había sido partidario ferviente del<br />

régimen presidencialista, en este período fue el propulsor de leyes, como las"Comunas Autónomas",<br />

que tendían a delibitar las atribuciones del poder ejecutivo. Por otra parte, mantuvo su tradición de<br />

partido confesional, exigiendo como condición la fe católica para ser afiliado o militante. Los<br />

conservadores, junto a la Iglesia, continuaron los intentos de penetración en los sectores más<br />

retrasados del pueblo "fundando las llamadas uniones o círculos católicos y las famosas<br />

hermandades de San José". 378 Los conservadores no solamente ampliaron su propiedad territorial<br />

sino que también invadieron los directorios de los bancos. En la sesión de la Cámara de Diputados<br />

de enero de 1900, Jorge Huneeus sostuvo: "¿No revela nada, señor Presidente, el que hayan sido<br />

conservadores teñidos la gran mayoría, casi la unanimidad de los directores, de todas esas<br />

instituciones que se llaman Banco de Santiago, Banco de Crédito Unido y Banco de Ahorros y<br />

Préstamos?" 379 . El poderío electoral del Partido Conservador comenzó a debilitarse en la década de<br />

1920, aunque sus miembros más connotados siguieron ejerciendo poder en el control de los<br />

negocios del país.<br />

El Partido Liberal siguió representando los intereses de la burguesía minera, comercial y<br />

financiera. A sus filas también se incorporaron importantes sectores de la burguesía agraria y de la<br />

naciente burguesía industrial. La hegemonía política que impuso el Partido Liberal en los gobiernos<br />

de la llamada "República Parlamentaria" hizo crisis durante la campaña presidencial de Arturo<br />

Alessandri, quien logró arrastrar a sectores liberales no oficialistas, haciéndoles comprender que<br />

para canalizar el descontento de los trabajadores era necesario levantar una política "populista", que<br />

contrastaba con la línea del Partido Liberal, que por lo demás habia perdido el tradicional filo<br />

anticlerical.<br />

El Partido Radical, calificado en el siglo pasado de "rojo" por su ataques a los curas<br />

ultramontanos, creció como un respetable partido de centro, integrado no solamente por miembros<br />

de la burguesía minera y comerciante sino también por sectores de la burguesía industrial incipiente<br />

y de la burguesía agraria que emergía en la colonizada zona de la Frontera. El Partido Radical,<br />

inspirado por la masonería, logró también captar un número apreciable de profesores, artesanos,<br />

técnicos, profesionales y otros miembros de las modernas capas medias. A pesar de que su<br />

programa anticlerical se había agotado a fines del siglo pasado, persistió en sus campañas contra los<br />

curas. Trató de sacar partido de la movilización crítica a la jerarquía eclesiástica dirigida por el ex<br />

sacerdote conocido con el nombre de Pope Julio en 1905.<br />

El Partido Radical respaldó también las movilizaciones anticlericales realizadas en Santiago<br />

en 1913 con ocasión de la llegada del delegado del Papa. El periódico El Despertar señalaba el 29<br />

de mayo de 1913: "Continúan las agitaciones anticlericales (...) El Centro Doctrinario considera<br />

conveniente que se suprima la representación del Papado, porque no es necesaria en el país" 380 . La<br />

raigambre del PR se puso en evidencia en la discusión sobre la "cuestión social". No obstante, los<br />

radicales fueron lo suficientemente perspicaces y oportunistas para darse cuenta, años más tarde, de<br />

que era necesario apoyar la candidatura de Arturo Alessandri para capitalizar electoralmente a los<br />

trabajadores descontentos.<br />

Es interesante destacar que en 1918 se fundó el Partido Nacionalista; aunque de corta<br />

duración, su programa fue uno de los pocos en plantear el fortalecimiento del Poder Ejecutivo en<br />

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