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Roche Diagnostics - Roche España

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<strong>Roche</strong> <strong>Diagnostics</strong> informa / Junio 2001<br />

Una visión de la calidad para el siglo XXI<br />

Coincidiendo con el inicio del siglo XXI, las personas que nos<br />

dedicamos a la gestión de la calidad disponemos de una nueva<br />

herramienta que intenta recoger los avances que se han<br />

producido en éste campo en los últimos años y desde una<br />

óptica distinta, la experiencia existente en la implantación de<br />

las normas de la serie 9000.<br />

Las normas de ésta serie probablemente son las más populares<br />

de entre los centenares de normas ISO existentes, habiéndose<br />

utilizado para la gestión de la calidad en muchos sectores de<br />

la actividad económica. Su aplicación inicial se produjo en la<br />

industria, donde existía desde hace mucho una cultura de<br />

control de calidad muy arraigada. Con el tiempo, las actividades<br />

del sector servicios, tanto en el ámbito público como en el<br />

privado, han ido incorporando los esquemas de gestión de la<br />

calidad, con lo que la serie de normas ISO 9000 ha mostrado<br />

también su utilidad en éste ámbito.<br />

Las normas ISO en general se revisan periódicamente para<br />

tener en cuenta los desarrollos tecnológicos y las modificaciones<br />

del entorno de cada campo específico que pretenden<br />

estandarizar. En concreto, la serie de normas ISO 9000 fue<br />

originariamente publicada en 1987 y tuvo su primera revisión<br />

en el año 1994. En ésta revisión se ajustaron tan solo pequeñas<br />

inconsistencias internas pero no se produjo ninguna<br />

modificación de importancia.<br />

Es la revisión del año 2000 la que presenta una norma<br />

sustancialmente modificada. Considera la experiencia adquirida<br />

durante los años de implantación de las revisiones anteriores<br />

y sobre todo incorpora de manera mas adecuada todos los<br />

aspectos de servicio que encajaban de manera un poco forzada<br />

en la norma original.<br />

En primer lugar, el aspecto que destaca de manera clara en la<br />

revisión 2000 es una nueva visión de la calidad. Desde un<br />

planteamiento de prevención de no conformidades que<br />

encontrábamos en la versión de 1994, pasamos a una<br />

orientación conceptual a la satisfacción del cliente.<br />

Es éste aspecto de la calidad, definida por el usuario final del<br />

producto o servicio, lo que conduce a una visión más de<br />

gestión estratégica de las compañías. La orientación anterior<br />

a la prevención de las no conformidades, normalmente llevaba<br />

a un planteamiento que muchas veces se ha calificado de<br />

burocrático, con toda la connotación negativa que tiene ese<br />

término.<br />

Muy probablemente, hay que buscar en la exigencia de<br />

procedimientos documentados que encontramos en la versión<br />

anterior de la norma el origen de la fama de burocrático que<br />

se había ganado el sistema de gestión de la calidad de muchas<br />

compañías.<br />

En éste sentido, en la nueva norma solamente se exigen seis<br />

procedimientos documentados frente a la veintena que se<br />

contemplaban en la antigua versión. La menor exigencia de<br />

documentación beneficia a las grandes organizaciones, pero<br />

sobretodo, facilita la labor a aquellas más pequeñas que<br />

disponen de una infraestructura más ajustada.<br />

Un segundo punto que cabe destacar es que la nueva norma<br />

pretende visualizar las actividades de la organización como<br />

diferentes procesos relacionados entre sí. Partiendo de los<br />

clientes que definen los requisitos del producto o servicio, los<br />

distintos procesos dentro de la organización deben garantizar<br />

que al final se consiga satisfacer las expectativas definidas por<br />

los clientes al inicio. En éste sentido, también los procesos<br />

incluyen de manera fundamental a los proveedores de<br />

productos y servicios de la organización. Esta colaboración<br />

lleva a compartir el objetivo de calidad final a lo largo de toda<br />

la cadena, tal como se da desde hace algún tiempo de manera<br />

muy clara en el sector del automóvil. La industria en éste<br />

sector, utilizando una adaptación de las normas ISO 9000, ha<br />

integrado en sus cadenas de producción a los proveedores de<br />

manera decidida en su compromiso adquirido con los clientes<br />

de proporcionar un producto final de calidad.<br />

El conjunto cliente-empresa-proveedores así definido y los<br />

conceptos de objetivos compartidos, encajan muy bien con la<br />

concepción actual de las organizaciones donde las estructuras<br />

departamentales tradicionales se van sustituyendo por<br />

responsables de procesos actuando de manera flexible en sus<br />

relaciones con responsables de otros procesos.<br />

En este contexto, las personas de la organización son claves,<br />

ya que la estructura de la organización que mejor responde a<br />

una orientación a los procesos precisa de un alto grado de<br />

trabajo en equipo y de una elevada descentralización de la<br />

toma de decisiones.<br />

Teniendo en cuenta lo anterior, el concepto de recursos que,<br />

en la norma original y en su revisión de 1994, eran<br />

C. Freixas. <strong>Roche</strong> <strong>Diagnostics</strong>. Barcelona.<br />

fundamentalmente materiales y técnicos, en la revisión del<br />

2000 se amplía de manera considerable para prestar mucha<br />

mayor atención a las personas y los medios que la organización<br />

pone a su alcance para desarrollar su trabajo.<br />

Como tercera característica destacable encontramos el<br />

requerimiento que la norma hace de un mejora continua del<br />

sistema de gestión de la calidad. Este requerimiento es la<br />

consecuencia inmediata de una definición de la calidad que<br />

considera que los clientes son los que evalúan todo el proceso.<br />

La superación de las expectativas de los mismos es lo que debe<br />

conducir las acciones de las compañías.<br />

De manera consustancial con la evolución del pensamiento<br />

humano, el inconformismo ha generado siempre nuevas<br />

soluciones a viejos problemas. Esto se ha hecho más evidente<br />

en los últimos años, donde la innovación en productos y<br />

servicios ha tenido un crecimiento exponencial debido, sobre<br />

todo, a la influencia de las tecnologías de la información. Por<br />

estas circunstancias, el crecimiento de las expectativas de los<br />

clientes de las distintas organizaciones que les proveen de<br />

productos y servicios obliga a una mejora continua que<br />

permita superar de nuevo esas expectativas crecientes. En éste<br />

sentido la nueva revisión ofrece una herramienta muy útil<br />

para orientar a las compañías hacia la Calidad Total.<br />

Finalmente, la compatibilidad de la nueva serie de normas<br />

con la ISO 14001 de gestión medioambiental, representará<br />

una economía de esfuerzos para aquellas organizaciones que<br />

se orienten a certificar también ese aspecto de la gestión.<br />

Constatadas las oportunidades que la nueva revisión de las<br />

normas ofrece para la gestión de una empresa intensiva en<br />

servicio, hay que mencionar algunas lecturas interesantes que<br />

proporcionan información sobre los conceptos de cadena de<br />

valor y satisfacción de clientes que pueden complementar una<br />

aproximación óptima a la calidad en éste nuevo milenio.<br />

Heskett, Sasser y Schelsinger en su libro The service Profit<br />

Chain (1) describen de manera muy efectiva los distintos<br />

aspectos que deben tenerse en cuenta en la definición del<br />

proceso de prestación de servicio. Las ideas que están<br />

relacionadas con el valor percibido por el cliente se expresan<br />

muy claramente, destacando los conceptos sobre procesos<br />

diseñados a medida del usuario del servicio como un factor<br />

que favorece la percepción de la calidad. Llama también la<br />

atención el sorprendente título de unos de los capítulos: “Hacer<br />

las cosas bien a la segunda”, que contrasta con la máxima de<br />

la calidad que siempre ha sido evitar los errores, o lo que es<br />

lo mismo, hacer las cosas bien a la primera. Una lectura atenta<br />

del mencionado capítulo muestra inmediatamente que se trata<br />

de entender cuan efectivo puede ser todo el proceso de<br />

seguimiento de reclamaciones en la recuperación de la<br />

satisfacción de clientes. En el concepto tradicional de ISO se<br />

consideraba solamente la recogida de reclamaciones y quejas<br />

de clientes y su tratamiento posterior. Del libro de Hesket et<br />

al. se pueden obtener muy buenos ejemplos que permiten ir<br />

mas allá y aprovechar las reclamaciones de los clientes para<br />

proporcionar una experiencia agradable, en base a la correcta<br />

atención de las quejas expresadas. La clave de todo ese proceso<br />

es dar respuesta honesta e inmediata ante cualquier<br />

reclamación.<br />

Cabe destacar el análisis que los autores realizan de la relación<br />

que existe entre la satisfacción de los clientes y la de los<br />

empleados. Mediante ejemplos muy claros consiguen demostrar<br />

la relación mutuamente beneficiosa que se establece entre<br />

empresas y clientes por medio de las personas que están en<br />

contacto con los mismos. Destacan como la satisfacción de<br />

los clientes contribuye a la de los empleados y viceversa,<br />

generándose el círculo virtuoso que Luis Mª Huete detalla en<br />

su libro Servicios & Beneficios (2). La lectura de Servicios &<br />

Beneficios nos muestra como los aspectos intangibles de la<br />

relación empresa cliente finalmente contribuyen a la mejor<br />

percepción de la calidad de servicio. Claramente las personas<br />

son el eslabón que relaciona empresa y clientes. Una gestión<br />

adecuada de los recursos humanos de las organizaciones es<br />

una herramienta segura de mejora de ese círculo virtuoso.<br />

Adicionalmente cabe destacar, como Huete plantea, la necesidad<br />

de evitar la rigidez que los procedimientos escritos comportan<br />

a la hora de prestar servicio. Establecer marcos de actuación<br />

y dar margen de maniobra a los empleados resulta la mejor<br />

receta en la persecución de una percepción de la calidad. De<br />

nuevo la revisión 2000 de la norma ISO 9000 está en línea ya<br />

que, en vez de procedimientos muy detallados, solicita<br />

diagramas de flujo donde los detalles quedan abiertos a la<br />

interpretación de las personas que deben realizar las actividades.<br />

Está bien estandarizar lo que debe hacerse, pero debe permitirse<br />

un correcto grado de flexibilidad en el cómo.<br />

Finalmente, Berry en su libro Discovering the soul of service<br />

(3) presenta de manera concluyente como la calidad de servicio<br />

se construye sobre los valores humanos y no con un conjunto<br />

de sistemas y procesos que no consideran a las personas que<br />

los deben implantar. En el libro de Berry se pueden encontrar<br />

también referencias a otros aspectos que contribuyen a la<br />

percepción de calidad, entre los que destacan: las relaciones<br />

basadas en la confianza, mantener el nivel de decisión lo mas<br />

cerca posible del cliente y sobre todo un claro enfoque<br />

estratégico a la calidad del servicio.<br />

La principal lección que podemos aprender de los múltiples<br />

ejemplos de empresas que se pueden encontrar en los tres<br />

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