En defensa del libro, Ernesto de la Torre Villar l ... - Revista EL BUHO
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Maximino Ávi<strong>la</strong> Camacho), es por eso que po<strong>de</strong>mos<br />
participar no sólo como lectores sino también<br />
como personajes: somos testigos. El narrador<br />
<strong>de</strong>sea involucrarnos y quizá aspira a que seamos<br />
el lector mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o que todo texto espera. Hacemos<br />
esta afirmación, porque estamos <strong>de</strong> acuerdo, con<br />
Umberto Eco, respecto a que no es posible que:<br />
“sobre un texto se pueda formu<strong>la</strong>r una y sólo<br />
una conjetura interpretativa. <strong>En</strong> principio se pue<strong>de</strong>n<br />
formu<strong>la</strong>r infinitas. Pero, al final, <strong>la</strong>s conjeturas<br />
<strong>de</strong>berán ser probadas sobre <strong>la</strong> coherencia <strong><strong>de</strong>l</strong> texto,<br />
y <strong>la</strong> coherencia textual no podrá sino <strong>de</strong>saprobar<br />
algunas conjeturas aventuradas”. (Eco, 1991: 41).<br />
Dice también Eco, que:<br />
“un texto es un artificio cuya finalidad es <strong>la</strong><br />
construcción <strong>de</strong> su propio lector mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o…. El texto<br />
es un objeto que <strong>la</strong> interpretación construye en el<br />
intento circu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> convalidarse a través <strong>de</strong> lo que<br />
<strong>la</strong> constituye”. (Eco, 1991: 42).<br />
Consi<strong>de</strong>raciones Finales<br />
La trama <strong><strong>de</strong>l</strong> cuento se mantiene en suspenso<br />
gracias a esta or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> los acontecimientos<br />
que no es cronológica porque están alterados el<br />
tiempo y el espacio. Es una historia trágica, pero<br />
nos rescata el humor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su título: “Tenga para<br />
que se entretenga”. Un texto semiótico, un universo<br />
literario pleno <strong>de</strong> símbolos y enigmas don<strong>de</strong> no está<br />
excluida también <strong>la</strong> crítica social. Su e<strong>la</strong>boración<br />
pue<strong>de</strong> haber sido <strong>de</strong> lo más compleja <strong>de</strong> lo que<br />
imaginamos, y más bien se trata <strong>de</strong> un espécimen<br />
raro entre ciencia ficción y literatura fantástica,<br />
aunque tiene también ciertas características que lo<br />
hermanan con el realismo mágico.<br />
Otro aspecto es <strong>la</strong> verosimilitud, don<strong>de</strong> <strong>la</strong> ficción<br />
se convierte en creíble, ya que sin este ingrediente,<br />
cualquier narración <strong>de</strong>sinteresa al receptor, es<br />
<strong>de</strong>cir al lector. <strong>En</strong> “Tenga para que se entretenga”,<br />
los rasgos <strong>de</strong> verosimilitud son, por ejemplo: que<br />
el <strong>de</strong>tective escriba el cuento, así como el espacio<br />
real, <strong>la</strong> ciudad <strong>de</strong> México, en <strong>la</strong> que se mueven los<br />
personajes; el tiempo histórico que nos remonta<br />
a una época; <strong>la</strong> crítica implícita que se hace a <strong>la</strong><br />
prensa y su <strong>de</strong>formado manejo <strong>de</strong> información.<br />
Por otra parte, no es un cuento lineal narrado sólo<br />
en primera persona, empieza así, pero <strong>de</strong>spués hay<br />
otro narrador que ve <strong>la</strong>s cosas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera, como<br />
el narrador en tercera persona, es un narrador<br />
implícito pero se evi<strong>de</strong>ncia en <strong>la</strong>s <strong>de</strong>scripción y el<br />
paso <strong><strong>de</strong>l</strong> estilo directo al indirecto.<br />
La ambigüedad lo hace más interesante y<br />
precisamente es lo que va a permitir varios tipos <strong>de</strong><br />
lectura y <strong>de</strong> interpretación. Al lector poco avezado,<br />
podría parecerle un cuento simple, pero si profundiza<br />
en su lectura, podrá observar que <strong>la</strong> versión final<br />
<strong>de</strong>be haber sido <strong>de</strong> compleja e<strong>la</strong>boración. No es<br />
un cuento más en <strong>la</strong> narrativa actual <strong>de</strong> México,<br />
es como dice <strong>la</strong> <strong>de</strong>dicatoria <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>libro</strong> don<strong>de</strong> se ubica:<br />
El principio <strong><strong>de</strong>l</strong> p<strong>la</strong>cer, un “mínimo homenaje a Juan<br />
Rulfo”, o más bien, diríamos, un extraordinario<br />
homenaje a Juan Rulfo y uno <strong>de</strong> los mejores cuentos<br />
mexicanos <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XX. Un cuento que ha tenido<br />
transformaciones, todas acertadas, a nuestro<br />
parecer, aunque reconocemos <strong>la</strong> maravillosa versión<br />
final. Por eso su autor ha dicho: “Nunca me cansaré<br />
<strong>de</strong> corregirme”. Por eso, José Emilio Pacheco es hoy<br />
por hoy, el escritor más completo <strong><strong>de</strong>l</strong> México actual,<br />
porque su obra abarca varios géneros, entre ellos, el<br />
ensayo, <strong>la</strong> narrativa y <strong>la</strong> poesía, y en todos, sobresale<br />
su perfeccionado estilo y <strong>la</strong> calidad literaria.<br />
<strong>de</strong> nuestra portada 17