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Fernando Miguel Pérez Herranz | Un modelo topológico para la conciencia: las cuatro formas originarias de conciencia<br />
no acababan nunca. (Platón, Leyes, 71b).<br />
Segunda gran figura de conciencia: Ulises<br />
La Odisea, el viaje a Ítaca de Ulises, es un bellísimo canto al despertar de la conciencia helena. Tras Prometeo,<br />
Ulises es la segunda figura de aparición de la conciencia en su enfrentamiento con (auto)conciencias que se le<br />
oponen, y ante las que siempre saldrá vencedor, aunque con grandes esfuerzos (ayudado a veces por otras<br />
conciencias que las envuelven: diosas y dioses). Uno de los enfrentamientos más celebrados de Ulises es el que se<br />
produce con el Cíclope; ahora bien, en un primer momento, entendemos que es una figura que se encuentra bajo el<br />
modelo Predador / Presa, siendo las estrategias utilizadas por Ulises racionales, pero no pertenecen al<br />
enfrentamiento de conciencias. Las estrategias de Ulises se mueven entre el razonamiento y la ironía. Así, en el<br />
momento culminante del engaño por parte de Ulises al presentarse como Nadie (nadie = útis; astucia = mêtis; que<br />
fonéticamente es muy parecido a meteco, extranjero). Diremos que aquí se produce una transformación de<br />
linealización de la razón, que pertenece al nivel oral-escritural, no al morfológico-semántico, vinculado al sentido<br />
(Este episodio abre las puertas más a la Lógica que a la Topología).<br />
La aparición de la conciencia de Ulises tiene lugar con mucha más nitidez, me parece, en el episodio que lo<br />
enfrenta con Circe. La maga queda sorprendida ante la astucia de Ulises, capaz de resistirse a sus hechizos<br />
(encantos), una resistencia que le impide transformar al navegante en animal:<br />
¿Quién eres tú de los humanos? ¿Dónde están tu ciudad y tus padres? Porque hasta ahora ningún oro<br />
ha resistido estos bebedizos” (Odisea, X, 323 y ss).<br />
Ulises se niega a convertirse en Instrumento de la hechicera, una figura que pertenece a la morfología E.2, lo<br />
que incita a la aparición de la conciencia rebelde de Circe como E.1. Circe, que habita la isla Eea (en los confines<br />
orientales del mundo) y mediante filtros maléficos convierte a todos los marineros que caen por aquellas costas en<br />
animales, en Instrumentos para su provecho material y su vida afectiva. Pero Ulises se resiste a la absorción, lo que<br />
lleva como consecuencia la aparición de la conciencia de Circe en su perspectiva E.1 de vencida. Así quedan<br />
estables las dos conciencias: la de Ulises y la de Circe. De manera que han de llegar a una especie de acuerdo para<br />
no someterse ni para rebelarse; vivirán amorosamente durante un tiempo, semánticamente proyectados ya hacia<br />
morfologías cuspoides.<br />
Otro pasaje en el que se narra el despertar de la conciencia, esta vez según la morfología de expulsión H.1a, es<br />
el que enfrenta a un Ulises disfrazado de mendigo con un mendigo real al entrar en el palacio de Ítaca. Ulises, desde<br />
la morfología H.2, arroja, expulsa a Iro del palacio.<br />
Quédate ahí sentado, guardándote de los perros y los cerdos, y no quieras ser rey de extranjeros y<br />
mendigos, siendo tan mísero, no sea que te atraigas a mayor daño (Odisea, XVIII, 105).<br />
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MARZO<br />
2012