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Un modelo topológico para la conciencia: las cuatro formas originarias de conciencia | Fernando Miguel Pérez Herranz<br />
de Dios, y andabas en medio de piedras de fuego. Fuiste perfecto en tus caminos desde que fuiste creado<br />
hasta el día en que fue hallada en ti la iniquidad. Por la muchedumbre de tus contrataciones, se llenaron tus<br />
estancias de rapiñas, y pecaste, y te arrojé del monte santo y te eché de en medio de las piedras de fuego, ¡oh<br />
querube protector!<br />
Ensoberbecióse tu corazón de tu hermosura y se corrompió tu sabiduría por tu esplendor; por tierra te<br />
he derribado, ante los reyes te he colocado, y te entregué en espectáculo a los reyes por la muchedumbre de<br />
tus iniquidades; en la injusticia de tu comercio, profanaste tus santuarios, y yo haré salir de en medio de ti un<br />
fuego devorador y te reduciré a cenizas sobre la tierra a los ojos de cuantos te miran (Ezequiel, 28:11-18).<br />
Y el otro, en la gran batalla del Apocalipsis:<br />
Se paró el dragón delante de la mujer, que estaba a punto de parir, para tragarse a su hijo en cuanto le<br />
pariese. Parió un varón, que ha de apacentar a todas las naciones con vara de hierro, pero el Hijo fue<br />
arrebatado a Dios a y a su trono (…) Hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles peleaban con<br />
el dragón, y peleó el dragón y sus ángeles, y no pudieron triunfar ni fue hallado su lugar en el cielo. Fue<br />
arrojado el dragón grande, la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás, que extravía a toda la redondez<br />
de la tierra, y fue precipitado en la tierra, y sus ángeles fueron con él precipitados. (Apocalipsis 12:7-9).<br />
(Fig. 9).<br />
Fig. 9. Las cuatro formas originarias de conciencia hebrea<br />
Variaciones<br />
190<br />
Y si la conciencia surge de la confrontación de dos figuras, esa misma conciencia desaparece cuando una de<br />
ellas no le opone resistencia y se deja absorber por la otra convirtiéndose en Instrumento. Así ocurre en el episodio<br />
de Abraham y su hijo Isaac en el monte Moriah. Abraham, que ha formado su conciencia enfrentada a la conciencia<br />
de Yavé —por ejemplo, al pedirle cuentas por su decisión de destruir Sodoma (Génesis, 18, 23ss), deja de tener<br />
conciencia cuando recibe la orden de sacrificar al único hijo que le queda. Abandona la conciencia y se convierte<br />
en Instrumento absoluto (Génesis, 22). Diríamos que las morfologías de tipo umbílico se transforman en cuspoides<br />
y entonces un actante puede absorber a todos los demás, provocando acontecimientos de identidad, no de<br />
conciencia.<br />
También pueden darse situaciones interesantes al incorporar terceras conciencias, que pueden llegar a ser<br />
incluso imaginarias, como en el episodio del centurión. Al convertir Dios al mundo en un puro Instrumento de su<br />
fuerza, el Sujeto estimulado como conciencia admite su papel de Instrumento. La conciencia del vencedor (en el<br />
psicoanálisis correspondería al amo) es asumida por la conciencia del vencido, aquí, la conciencia del centurión:<br />
MARZO<br />
2012