10.06.2014 Views

Descargar número completo (4,15 MB) - Eikasia

Descargar número completo (4,15 MB) - Eikasia

Descargar número completo (4,15 MB) - Eikasia

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Alfredo Marcos | Biología sistémica y filosofía de la naturaleza<br />

que los filósofos podríamos decir algo sobre algunas tendencias inherentes a la SB. Recordaré tres de ellas que a mi<br />

modo de ver comportan un cierto riesgo. En primer lugar, como ya se ha sugerido más arriba, la caracterización que<br />

Noble hace de la causalidad middle-up introduce una cierta tendencia relativista. El realismo de las funciones y de<br />

los sistemas podría así diluirse en un relativismo incluso subjetivista, conforme al cual los biosistemas, más que<br />

realidades objetivas, serían configuraciones que el biólogo selecciona convencionalmente. Creo que, si cediese a<br />

esta tendencia, la SB habría perdido una buena parte de su atractivo intelectual.<br />

En segundo lugar, existe en la SB una cierta tendencia hacia la búsqueda de explicaciones mecanicistas,<br />

muchas de ellas instrumentadas a través de modelos computacionales. La idea que subyace es que si sabemos cómo<br />

producir un comportamiento sistémico, aunque sea en un modelo in silico, entonces hemos explicado tal<br />

comportamiento. Sé que la idea tiene tras de sí una antigua tradición filosófica. Se supone que si sabemos producir<br />

o simular un fenómeno, entonces entendemos el fenómeno y sus causas. En cierto modo es así. Pero cuando nos<br />

encontramos con sistemas muy complejos, como los sistemas vivos, y con réplicas también complejísimas in silico,<br />

las cosas cambian. Se da cada vez con mayor frecuencia que sabemos hacer algo, pero no sabemos cómo lo hemos<br />

hecho. Quiero decir, no entendemos profundamente las relaciones causales. Por ello, la posibilidad de reproducir un<br />

comportamiento celular complejo mediante un modelo in silico no siempre es garantía de que hayamos<br />

comprendido las conexiones causales.<br />

Soy consciente de lo intrincado del tema y de lo lejos que nos llevaría seguir este hilo. Por ello lo dejo<br />

sencillamente anotado y paso a la tercera tendencia de la SB que a mi modo debería ser evitada. El rechazo de los<br />

excesos del reduccionismo debe ser bienvenido. Pero podría generar un movimiento pendular que nos lleve a un<br />

holismo excesivamente radical, como se ha señalado más arriba. El riesgo es mayor habida cuenta de que el<br />

holismo constituye hoy día una moda social que va desde el arte hasta la política. Cualquiera que haya visto la<br />

hermosa película Avatar, de James Cameron, sabe a qué me refiero. Y en el terreno de la política se habla con<br />

frecuencia de contrato con la Naturaleza o de los derechos de la Tierra, que incluso son recogidos como tales en el<br />

último texto constitucional de Ecuador. Entre las ciencias biológicas, es natural que la ecología adopte una<br />

perspectiva holista. La SB, por su parte, presta más atención al nivel de los organismos, incluidos los unicelulares.<br />

Pero no se puede descartar que, impulsada por la inercia anti-reduccionista y por la moda social, acabe en<br />

posiciones más holistas, con el riesgo consiguiente de devaluación de los organismos. No sería un caso único.<br />

También la llamada Evo-Devo, que nace con idea de integrar el evolucionismo con la biología del desarrollo, ha<br />

derivado en los últimos años hacia lo que ya se conoce como Eco-Evo-Devo.<br />

Como sucedía con el reduccionismo, el riesgo respecto al holismo no reside en el plano metodológico, donde<br />

la pluralidad ha de ser bienvenida, sino en la conversión de una metodología concreta en una ontología exclusiva.<br />

Por supuesto, tiene sentido estudiar la influencia del medio en la expresión fenotípica de los genes durante el<br />

desarrollo. Lo que no resulta tan adecuado es degradar el organismo ontológicamente, esta vez a favor del<br />

ecosistema egoísta. El diálogo entre biólogos y filósofos, en suma, resulta imprescindible para aprovechar a fondo<br />

las oportunidades que abre la SB y para evitar los riesgos que comporta.<br />

109<br />

MARZO<br />

2012

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!