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Pérez Herranz, Fernando-M.: «Lenguaje e intuición espacial»<br />

infantilismo comenzar haciendo una reflexión sobre los cuatro elementos de<br />

Empédocles, por más que la química del siglo XIX ampliase los elementos químicos<br />

básicos a un <strong>número</strong> superior a cien; los presocráticos realizan la primera labor racional<br />

en la «canalización» de lo que está ahí, de lo que nos rodea y contiene.<br />

Cuando el agua se canaliza, por sucesivas transformaciones -líquido, sólido, gas,<br />

es vida (Tales). Cuando el aire se canaliza, a través de las operaciones de rarefacción y<br />

de condensación, es vida (Anaxímenes); cuando el fuego se canaliza, por mediación de<br />

un logos universal que conserva las proporciones del mundo, es vida (Heráclito). Así lo<br />

aprendió Aristóteles: cuando la tierra se canaliza mediante la forma, es vida.<br />

La expresión genuina de la catástrofe pliegue tiene dos sentidos: Cómo nacen las<br />

cosas para tomar forma, para crear sus propios límites, sus bordes, para iniciarse en la<br />

vida, y cómo mueren y desaparen agotados, una vez perdida su energía.<br />

El soneto unamuniano se sirve de la metáfora del agua para sentir la vida de los<br />

hombres y repite la historia que recorrió Tales. Es un canto a la muerte -desnacerás- y<br />

no hay ni un solo verbo de acción, de vida. Poema tremendamente plano, en el que<br />

únicamente importa la canalización de la vida camino de la muerte. Sumergido en un<br />

paisaje infinito, sin bordes, el caminante ha de fijar una vía -a modo del lecho de un ríopara<br />

contemplar su vida, que igual que se vino se irá (v. 6), y ha de trazar sobre él, una<br />

dirección con sus dos sentidos:<br />

i) El «hacia atrás» de la vida: se vuelve la vista atrás y sólo se ve un camino que<br />

se recorre mediante los verbos pliegues: ir y volver.<br />

ii) El «hacia adelante»: donde, repentinamente, la muerte aparece.<br />

Hasta ese momento, la vida del Sujeto M 1 se va tensando (canalizando) y sólo<br />

espera que algún parámetro -«resolverse», «avivarse»-, conduzca al sistema hasta un<br />

punto límite, crítico -«desnacerás un día de repente»-, a partir del cual ya no habrá nada<br />

que vivir [Fig. 7.6]<br />

366 <strong>Eikasia</strong>. Revista de Filosofía, año VI, 36 (enero 2011). http://www.revistadefilosofia.com

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