obras-completas-de-sigmund-freud-volumen-xxi
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haber <strong>de</strong>scubierto una nueva vía marítima hacia las Indias.<br />
Es por <strong>de</strong>más evi<strong>de</strong>nte la participación <strong>de</strong> su <strong>de</strong>seo en ese<br />
error. Pue<strong>de</strong> calificarse <strong>de</strong> ilusión la tesis <strong>de</strong> ciertos nacionalistas,<br />
para quienes los indogermanos serían la única raza<br />
apta para la cultura, así como la creencia —sólo <strong>de</strong>struida<br />
por el psicoanálisis— <strong>de</strong> que el niño carecería <strong>de</strong> sexualidad.<br />
Lo característico <strong>de</strong> la ilusión es que siempre <strong>de</strong>riva<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>seos humanos; en este aspecto se aproxima a la i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong>lirante <strong>de</strong> la psiquiatría, si bien tampoco se i<strong>de</strong>ntifica<br />
con ella, aun si prescindimos <strong>de</strong>l complejo edificio <strong>de</strong> la<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>lirante. Destacamos como lo esencial en esta última<br />
su contradicción con la realidad efectiva; en cambio, la<br />
ilusión no necesariamente es falsa, vale <strong>de</strong>cir, irrealizable<br />
o contradictoria con la realidad. Por ejemplo, una muchacha<br />
<strong>de</strong> clase media pue<strong>de</strong> hacerse la ilusión <strong>de</strong> que un príncipe<br />
vendrá a casarse con ella. Y es posible que haya sucedido<br />
en algunos casos. Mucho menos probable es Ja venida <strong>de</strong>l<br />
Mesías para fundar una nueva Edad <strong>de</strong> Oro; esta creencia<br />
se clasificará como ilusión o como análoga a una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>lirante,<br />
según sea la actitud personal <strong>de</strong> quien la juzgue. No<br />
es fácil hallar ejemplos <strong>de</strong> ilusiones cumplidas; pero la <strong>de</strong><br />
los alquimistas, <strong>de</strong> trasformar todos los metales en oro,<br />
podría ser una <strong>de</strong> ellas. El <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> tener mucho oro, todo<br />
el oro <strong>de</strong>l mundo, está muy amortiguado por nuestra actual<br />
intelección <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> la riqueza; empero, la química<br />
ya no consi<strong>de</strong>ra imposible una trasmutación <strong>de</strong> los metales<br />
en oro. Por lo tanto, llamamos ilusión a una creencia<br />
cuando en su motivación esfuerza sobre todo el cumplimiento<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>seo; y en esto prescindimos <strong>de</strong> su nexo con la<br />
realidad efectiva, tal como la ilusión misma renuncia a sus<br />
testimonios.<br />
Tras esta orientación que hemos tomado, volvamos a las<br />
doctrinas religiosas. Nos es lícito, entonces, repetir; todas<br />
ellas son ilusiones, son in<strong>de</strong>mostrables, nadie pue<strong>de</strong> ser<br />
obligado a tenerlas por ciertas, a creer en ellas. Algunas son<br />
tan inverosímiles, contradicen tanto lo que trabajosamente<br />
hemos podido averiguar sobre la realidad <strong>de</strong>l mundo, que se<br />
las pue<strong>de</strong> comparar —bajo la <strong>de</strong>bida reserva <strong>de</strong> las diferencias<br />
psicológicas— con las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>lirantes. Acerca <strong>de</strong>l<br />
valor <strong>de</strong> realidad <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> ellas ni siquiera pue<strong>de</strong><br />
formularse un juicio. Así como son in<strong>de</strong>mostrables, son<br />
también irrefutables. Todavía sabemos muy poco para ensayar<br />
una aproximación crítica. Los enigmas <strong>de</strong>l mundo se<br />
revelan a nuestra investigación sólo lentamente; son muchas<br />
las preguntas que la ciencia no pue<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r aún.<br />
No obstante, el trabajo científico es el único camino que<br />
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