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EDICIÓN DOMINICAL EDICIÓN DOMINICAL - Prensa Libre

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Foto <strong>Prensa</strong> <strong>Libre</strong>: HUGO NAVARRO<br />

6<br />

<strong>DOMINICAL</strong><br />

R E P O R TAJ E<br />

Recuperan historias de telegrafistas<br />

Memorias en clave<br />

PRENSA LIBRE : Guatemala, 27 de junio de 2010<br />

POR CAROLINA GAMAZO<br />

Objetos telegráficos<br />

La Dirección General de Correos y Telégrafos recopilará<br />

en un libro la evolución de estos medios<br />

TESTIMONIO<br />

Confidencialidad<br />

“<br />

Las órdenes de fusilamiento en los departamentos<br />

eran información clasificada<br />

en el telégrafo; era un código de honor<br />

guardar en secreto la confidencialidad de<br />

las comunicaciones”, recuerda Delio Noé<br />

Anzueto, telefrafista desde 1958 y director<br />

general de Correos de 1983 a 1985.<br />

“Señor Don Gervasio<br />

Cuestas. Amatitlán.<br />

Hoy mando su galápago<br />

al hotel Amistad.<br />

Recójalo. Felicidades.<br />

A. Bertholin”.<br />

El 15 de marzo de 1873, el<br />

sonido del telégrafo irrumpió<br />

por primera vez en Guatemala<br />

inaugurando la línea que conectaba<br />

la capital con Amatitlán.<br />

Nadie imaginaba en<br />

aquel entonces que una sucesión<br />

de rayas ylíneas se convertiría<br />

en el instrumento más<br />

utilizado para comunicar el<br />

país por varias décadas<br />

Los telegrafistas se convirtieron<br />

así en testigos de más<br />

de cien años de historia, hasta<br />

que en 1998 el presidente Álvaro<br />

Arzú concesionó el servicio.<br />

“Ungranperíodo de la historia<br />

se iba aperder cuando<br />

mueran los jubilados del telégrafo,<br />

ya no existiría quien nos<br />

cuente esa historia”, afirma<br />

Joaquín Flores España, director<br />

general de Correos y Telégrafos,<br />

quien impulsó un proyecto<br />

para recopilar esos<br />

testimonios y datos, en tres<br />

tomos que relatarán la historia<br />

del correo, lafilatelia yel<br />

telégrafo en Guatemala.<br />

Esta edición, que por ahora<br />

no cuenta con ninguna subvención,<br />

será terminada afinales<br />

de este año y se enviará<br />

una copia acadagobernación,<br />

municipalidad, biblioteca e<br />

instituto público del país.<br />

Para elaborar este documento,<br />

la dirección de Correos<br />

ha recibido la colaboración<br />

de historiadores, tres<br />

comisiones ypersonal que laboró<br />

en esas instituciones, como<br />

antiguos directores, operadores<br />

de telégrafo y<br />

jubilados del<br />

gremio.<br />

Los telegrafistas<br />

empezaron a trabajar<br />

desde muy jóvenes —habitualmente<br />

entre 14 y 16 años—<br />

y por lo regular eran descendientes<br />

de quien ejercía el<br />

mismo oficio. Por ello, sus<br />

anécdotas a menudo son anteriores<br />

a sus propias vidas.<br />

Por ejemplo, las historias<br />

de Delio Noel Anzueto, director<br />

general de Correos de 1983<br />

a1985, olas de Delio NoéAnzueto,<br />

aquien su padre le contaba<br />

cómo en tiempos de Jorge<br />

Ubico (1931-1944) los<br />

telegrafistas se convertían directamente<br />

en oficiales del<br />

Ejército.<br />

“Se vestían como cadetes,<br />

estaban trabajando y hacían<br />

carrera militar”, relata en declaraciones<br />

recogidas por Delia<br />

Monroe, actual vocera de<br />

esa institución.<br />

Carlos Contreras, telegrafista<br />

de 1971 a1996, refiere cómo<br />

su padre le hablaba de un<br />

código que ordenaba ultimar<br />

apresos en tiempos de aquel<br />

dictador.<br />

“Me contaba que cuando<br />

existía la ley fuga, los telegramas<br />

decían así: traslade reo fulano<br />

de tal. siente un precedente.<br />

firma Ubico, Siente un<br />

precedente era el código que<br />

quería decir que había que<br />

aplicar la leyfuga —ultimar al<br />

preso en el traslado de una cárcel<br />

a otra—”, relata Contreras.<br />

La Revolución de 1944 restauró<br />

la figura civil del telegrafista<br />

y se constituyó la<br />

Asociación de Telegrafistas y<br />

Radiotelegrafistas de Guatemala<br />

(ATRG), que desde entonces<br />

velaría por los derechos<br />

de los trabajadores.<br />

Javier Torres Solís, telegrafista<br />

desde 1934, fue uno de los<br />

que vivió el cambio de rumbo<br />

político. A sus 90 años, aún recuerda<br />

su participación en la<br />

Revolución.<br />

Ultimátum a Ponce Vaides<br />

“El 20 de octubre de 1944,<br />

yo trabajaba como telegrafista<br />

en la Guardia de Honor, yel<br />

mayor Arana me ordenó ponerle<br />

un ultimátum al presidente<br />

Ponce Vaides”, relató<br />

Torres.<br />

“Salí al airecon mi transistor<br />

ydije: general Ponce Vaides,<br />

le damos una hora de plazo<br />

para su rendimiento; caso<br />

contrario, tenemos camiones<br />

cargados de morteros para<br />

bombardear Palacio Nacional<br />

yCasa Presidencial. Calculo<br />

que a la hora ya se había rendido”,<br />

cuenta.<br />

Al día siguiente, Torres fue<br />

trasladado ala Casa Presidencial,<br />

puesto que ocupó hasta<br />

1964, cuando renunció para<br />

jubilarse después de haber<br />

En imágenes, la sala de telégrafos del Museo de Correos,<br />

actas laborales de antiguos empleados, un antiguo<br />

telégrafo, una bolsa de un cartero y la fotografía<br />

de Javier Torres Solís en la oficina de<br />

telégrafos de Retalhuleu, en 1944.<br />

SITUACIÓN<br />

Perseguidos<br />

“<br />

Los telegrafistas eran uno de los gremios<br />

más perseguidos durante el conflicto, porque<br />

el Ejército los acusaba de colaborar con<br />

la guerrilla, y la guerrilla los acusaba de<br />

‘orejas’”, refiere Idalia Monroe, vocera de la<br />

Dirección General de Correos y Telégrafos,<br />

quien trabajó en el documento histórico.<br />

trabajado 20 años al servicio<br />

de ocho presidentes.<br />

“No me metía en política,<br />

sólo presentaban los telegramas<br />

al presidente, para que<br />

nosotros diéramos respuesta<br />

de acuerdo con lo que ellos ordenaran”,<br />

agregó.<br />

Mensajes a Fraijanes<br />

La misión del telegrafista<br />

era simplemente enviar los<br />

mensajes, independientemente<br />

del contenido, afirma<br />

Héctor López Rustrián, quien<br />

como muchos compañeros<br />

tuvieron que llevar telegramas<br />

con órdenes de ejecución<br />

a las cárceles.<br />

“Venía el mensaje de la<br />

Corte Suprema de Justicia a la<br />

central de Telégrafos, donde<br />

se entregaba al operario que<br />

tenía el contactocon la cárcel<br />

de Fraijanes. Esa transmisión<br />

daba luz verdeala ejecución.<br />

Aesteservidor le tocó transmitir<br />

uno de estos mensajes”,<br />

relata con<br />

nostalgia.<br />

Rustrián ocupó su cargo<br />

desde 1960 hasta 1978. Ese<br />

año lideraba la Asociación de<br />

Telegrafistas de Guatemala,<br />

cuyas peticiones laborales<br />

motivaron al presidente Romeo<br />

Lucas García adisolver<br />

la entidad. “Unos 80 compañeros<br />

tuvimos que huir para<br />

salvar la vida”, recuerda.<br />

Siete mil km de cable<br />

Sin embargo,el inventode<br />

Morse no estuvo siempre al<br />

servicio de la política. Tal y<br />

como explica Miguel Álvarez,<br />

director del Museo de Historia<br />

y colaborador del proyecto,<br />

la principal función en sus<br />

primeros años fue comercial.<br />

“Fue muy importantedesde<br />

la visión del gobierno liberal,<br />

porque facilita la comunicación<br />

con los puertos y<br />

fincas, su fin primordial será<br />

el económico”, refiere.<br />

En 1945 ya existían en Guatemala<br />

seis mil 432 kilómetros<br />

de líneas. En 1968 se alcanzaron<br />

los siete mil<br />

kilómetros y conectabalos 22<br />

departamentos.<br />

A pesar de la crucial función<br />

del telégrafo en el desarrollo<br />

humano, la irrupción<br />

de las nuevas tecnologías<br />

convirtió en obsoleto el sistema,<br />

y la profesión desapareció.<br />

Los telegrafistas del país,<br />

sin embargo, todavía están a<br />

la espera de un reconocimiento<br />

por sus servicios, en<br />

una época en que eran el medio<br />

más rápido disponible.

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