Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

Anales de la Universidad 805
Art. 82—Mientras no exista un local público aparente
j especialmente destinado á las autopsias, éstiss se harán en
el local que el Juez indique.
Conc. : art 363 de la Ley de Enj. Crim. Española.
Art. 83—Si los Jueces no pudieran asistir á las autopsias,
delegarán en un funcionario de Policía judicial, dando
fe de su asistencia como del hecho de aquella operación, el
Actuario de la causa.
Conc. : art. 353 de la ley de Enj. Crim. Española.
La institución de Médicos Forenses no existe entre nosotros tal
como debe ser. Existen los Médicos de Policía Sanitaria, llamados, los
de la capital, Médicos Forenses en el Reglamento de Policía Sanitaria
aprobado por decreto de 8 de Agosto de 1883; los cuales hacen sus
veces; y los supernumerarios de la misma especie, es decir, todos al
servicio de sanidad y de las policías de los Departamentos; dependiendo
confusamente de las Jefaturas Políticas y del Consejo de Higiene;
en fin, del Poder Ejecutivo, que ha reglamentado la forma y el tiempo
de sus servicios.
La institución de Médicos Forenses debe ser formal, independiente
de ese Poder, porque debe estar al servicio exclusivo de la Administración
de Justicia. Sus miembros deben ser nombraidos entre los médicos
cirujanos más competentes de la matrícula nacional, prefiriéndose
los orientales en igualdad de preparación científica.
Los Médicos de Policía, por la variada índole de sus ocupaciones,
por su escasa remuneración y por su dependencia del Ejecutivo, dejan
mucho que desear en el desempeño de encargos judiciales, especialmente
en los Departamentos de campaña.
Muchos han sido los conflictos que entre la autoridad judicial y la
policial se han sucedido entre nosotros, en perjuicio de la administración
pública, con respecto á las funciones de esos facultativos.
Mientras los Médicos Forenses, expone el doctor Mata, no formen
un cuerpo facultativo; mientras no constituyan una carrera análoga á
la de Sanidad Militar (en España ), que asegure el porvenir de los que
áella se dediquen, que no se espere jamás ver empeñada en ella á la
flor de las escuelas; los jóvenes de talento y de aplicación huirán
siempre de una práctica que no les da ninguna garantía. Cuando se
vean con un carácter profesional fijo y considerado; cuando tenga estabilidad
su destino; cuando cuenten con un sueldo previamente asignado
y decoroso; cuando so determinen sus funciones, sus deberes,
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