Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

Anales de la Universidad 799
Cuando el sumario se instruya por causa de muerte violenta, es deciry
por homicidio, 6 infanticidio, ó sea por acto del hombre criminal, ó
se sospeche este origen, deberá siempre practicarse autopsia del cadáver,
ya antes del enterramiento, ya después si lo permitiera su estado.
Ante todo, debe proceder la más perfecta comprobación de la muerte.
Esperar á que transcurran 24 horas desde el fallecimiento, para practicar
las autopsias, como está dispuesto en la ley de la materia en España,
puede ser altamente perjudicial á los fines del sumario. La autopsia
debe darnos un dato inequívoco sobre la verdadera causa de la
muerte; ella nos revelará si se trata ó no de un crimen en los casos
dudosos. De manera que esto urge para que los jueces den curso al
sumario y preparen el juicio penal con base suficiente y segura.
Ha coincidido á veces la ruptura de una aneurisma, ó un fenómeno
de congestión cerebral, con la perforación producida por un arma de
fuego. Examinada esta herida se ha visto que no ha lesionado ningún
órgano de cuya lesión pueda provenir la muerte que, por otra parte,
sólo ha sido causada por aquella congestión ó por la ruptura de la
aneurisma.
Sin embargo, sería injusto atribuir los efectos de todo un homicidio
al sujeto que hubiese tan sólo herido á otro víctima á la vez de un fenómeno
patológico como los expviestos.
Más de una ocasión se ha discutido la verdadera causa de una
muerte en el caso de violencia.
En nuestro foro, sin ir muy lejos, el doctor Luis Melián Lafmur, def
insor de Avelino Arredondo acusado por el homicidio del Presidente
de Lx República don Juan Idiarte Borda, hizo un capítulo de excepciones
á favor de su defendido, de la circunstancia de no haberse hecho
la autopsia del cadáver del malogrado Presidente, pues que alegó
que éste, bien pudo haber muerto por una causa extraña á la herida de
bala del revólver de su presunto matador. Y así se vio que dos miembros
del jurado de primera instancia en la causa, firmaron discordes el
veredicto condenatorio, manifestando que no estaba probado CIENTÍFI­
CAMENTE que la muerte de Idiarte Borda haya sido jyroducida por el
tiro del procesado.
Aún cuando de la inspección de un órgano resulte comprobada la
causa de la muerte, sin embargo, dice Yáñez, deben continuarla los médicos
peritos para evitar que el abogado defensor diga que como no
han inspeccionado, por ejemplo, más que el cerebro ó los pulmones, si
hubiesen seguido investigando sería distinto, es decir, arribarían á conclusiones
diversas sobre el mismo hecho.
Las autopsias judiciales comprenden dos actos importantes:
1.0 Estudio del hábito exterior del cadáver.
2.'' Abertura del cadáver para apreciar las lesiones que afecten los
órganos.