Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

788 Anales de la Universidad
de su perpetración, v. gr., el de homicidio, el de heridas, el de estupro, el
de incendio, parque se ve el hombre muerto, el herido, la cosa quemada,
la mujer desflorada. Transeúnte es aquel que no deja señales en
el ofendido, como la blasfemia, la injuria de palabra, y en los de hecho,
una bofetada que no haya producido contusión.
«La base del procedimiento en materia penal es la comprobación de
la existencia de un hecho ó de una omisión, que la ley repute delito ó
falta», dice el artículo 207 del Código de Procedimiento Criminal Argentino.
*E1 cuerpo del delito, ó falta, según el artículo 133 del Código de
Instrucción Criminal de la República del Salvador, es la base y fundamento
del juicio criminal, y sin que esté comprobado no puede elevarse
á plenario la causa, excepto en el caso del artículo 197. (1)
La existencia del delito es la base de todo procedimiento criminal.
La base de todo juicio criminal es la justificación de la existencia del
hecho ú omisión que constituye el crimen ó delito, dice el artículo 137
del Código de Instrucción Criminal de la República Oriental del
Uruguay. Y en tales términos, debe ser así que, aún cuando alguien
confesare haber cometido delito, sería nulo ó vano su aserto ^i no se
comprobase legítimamente la existencia del mismo. El cuerpo del delito
es la cabeza y fundamento de todo proceso criminal; porque mientras
no consta que ha habido un delito, no se puede proceder contra
persona alguna. Antes de buscar un homicida, es necesario tener la
seguridad de que se ha cometido un homicidio, pues proceder contra el
autor de un crimen que no consta haberse realizado, es lo mismo que
buscar la causa de un fenómeno que no aparece.
Así lo dicta el buen sentido y lo establecen las legislaciones del
mundo civilizado, que no se podrá proceder contra ninguna persona
por delito, si éste no está probado ó si no existe, al menos, la semi-plena
prueba de él; para evitar el peligro de perseguir á personas inocentes
por trasgresiones imaginarias ó figuradas. Ha sucedido muchas veces
que habiendo desaparecido de repente ciertos individuos, han sido
tenidos por muertos y reaparecieron al cabo de algún tiempo después
de haber perecido en el calabozo los supuestos reos á quienes se había
acusado de su homicidio. En Dijón (Francia), refiere Escriche,
fue condenado un joven á la pena de muerte por la presunción
que se tuvo de que había quitado la vida á otro joven con quien había
cenado la víspera de un viaje que iba á emprender sin noticia de su
familia, y cuatro ó cinco meses después de la ejecución de la sentencia
(l) «Arüculo 197.—...si en el procjso hubiere suficiente mírito para elevarlo á plenario y además
obrasen iiaa ó más declaraciones á favor del reo, 6 se hubiere tachado testigos del informativo,
el juez de derecho se abstendrá de apreciar esta prueba para sobreseer, y corresponde
al jurado calificarla para decidir si están ó no comprobadas la existencia del delito y la
criminalidad del procesado».