Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

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Anales de la Universidad
en vía jerárquica, ofrecer á los particulares todas las segu
ridades y toda la-eficacia deseables?
Esa otra parte de nuestra solución tiene también sus impugnadores
que han negado la posibilidad de someter la
Administración á procedimientos fijos, semejantes á los judiciales
en cuanto lo permiten las peculiaridades de la acción
administrativa.
He aquí cómo resume De Gioannis Gianquinto, los argu
mentos principales que se aducen en favor de la tesis á que
acabamos de referirnos:
"En cuanto á los negocios dejados á la competencia de
la autoridad administrativa, la naturaleza propia de los mismos
no permite someterlos á las formas del procedimiento
contencioso, porque la acción de la Administración pura e^
magis imperii quam jurisdictionis, j las reclamaciones de los
particulares estando fundadas en simples intereses y no en
verdaderos derechos, dan lugar á la jurisdicción graciosa y
no á la contenciosa, siendo discrecional la potestad que en
tales casos ejercita la Administración. En segundo lugar, el
procedimiento judicial aplicado á esa clase de cuestiones,
daría por resultado reproducir por lo menos la forma de lo
contencioso administrativo que se deseaba abolir. En tercer
lugar las ritualidades de los verdaderos juicios por sumarios
y expeditos que fuesen, serían generalmente inconciliable
con la prontitud que requieren los actos de la Ad.iiinistración
efectuados en vista de los intereses públicos. Y por
último las contieidas en esta materia racionalmente no po
drían tener lugar entre el particular y la Administración que
es precisamente á quien correspondería dictar la resolución
administrativa del caso."
Es indudable, sin embargo, que el procedimiento de que
tratamos no sólo es perfectamente posible, sino que es absolutamente
necesario como en seguida vamos á verlo.
Desde luego está fuera de toda duda que la Administración
en el desempeño de sus múltiples y variadas funciones
debe proceder de algún modo. Ahora bien; si los actos de
aquélla fuesen realmente arbitrarios ó de pura gracia, po-