Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

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Anales de In Universidad
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alguno para que los particulares puedan defenderse, presentar
documentos, discutir la argumentación contraria, etc., etc.''
En el mismo sentido se expresa Loris cuando dice: "Ese
recurso se ha manifestado en la práctica notoriamente insuficiente,
no presentando para el ciudadano serias y positivas
garantías. En realidad el funcionario del orden administrativo
que debe juzgar el recurso, sea por el espíritu de cuerpo,
sea por su poca idoneidad para doiem;i3ñar funciones de
Juez, no ofrece generalmente sino una escasa garantía de imparcialidad.
A eso debemos agregar lo^ defectos del procedimiento,
faltando al juicio la publicidad, y no pudiendo el
ciudadano defenderse, presentar documentos, tutelar en suma
eficazmente sus propios intereses,''
Y precisamente por consideraciones de ese orden, para
llenar esas deficiencias del recurso puramente jerárquico instituido
por la ley del 65, fué que se dictaron las leyes precitadas
del 89 y el 91.
Sin embargo, es indudable que la ineficacia práctica observada
por los autores á que acabamos de referirnos se ba debido
SIDO total por lo menos muy principalmente á la falta de
reglamentación del recurso y no á éste en si mismo. Tan
es asi, que el propio Orlando para demostrar que el dicho
articulo 3.', no remedia ninguno de los inconvenientes quo se
atribuyen al recurso en vía jerárquica, no hace sino observar
las deficiencias de procedimiento que encierra aquel artículo.
Así, dice: ''La obligación impuesta de motivar la resolución
no tiene ninguna importancia práctica puesto que no
establece la ley que tales motivos deban responder á la defensa
del interesado. Irrisoria es también la obligación de
oir previamente á los consejos administrativos, puesto que se
agrega que eso deberá hacerse cuando sea requirido por leyes
especiales lo que en las cuestiones con particulares rara
vez sucede, además de lo cual la autoridad proveyeute no
está obligada á seguir la opinión de los referidos consejos ".
Pero subsanadas las deficiencias de procedimiento, organizado
éste de un modo conveniente á garantir la defensa de
los intereses alegados, ¿no podrían la revisión y la apelación