Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

756 Anales de la Universidad
privativa del Poder Administrador. La ley, al darle tales facultades,
lo autoriza para ejercerlas según entienda que más
convenga á la comunidad; por consiguiente, sin contrariar la
voluntad expresa del legislador y sin invadir funciones esencialmente
administrativas, no podrían los jueces entrar á discutir
si lo hecho por la Administración es ó no lo conforme
al interés público, y, por lo tanto, tampoco podría pronunciarse
sobre la existencia del abuso de poder, alegada como
fundamento de la reclamación interpuesta.
Por eso dice muy bien Stein: " es contradictorio que los
tribunales sean llamados á juzgar tales actos de la Administración,
que no se fundan en una ley especial sino sobre la
apreciación de la pública utilidad ... Cuando no exista una
ley especial que regule la relación que haga necesaria la intervención
del Poder Ejecutivo, obrando éste en vista del interés
universal, á él debe estarle reservado el juicio de sus
actos, porque él solo tiene la misión de apreciar y representar
dicho interés ".
He ahi por qué, al contrario de lo que afirma Francone, interpretar
la voluntad del legislador en las cuestiones puramente
de derecho y por los medios concretos que aquél ha
indicado, es ejercer una función esencialmente judicial, por
manera que al hacerlo no se ataca en forma alguna la división
de los Poderes; pero se desconocería este principio y
los jueces invadirían las funciones administrativas si á pretexto
de interpretar la voluntad del legislador en cada caso
de poder administrativo discrecional, entrasen á averiguar si
la Administración ha procedido ó no de conformidad con lo
que el interés público reclama, conformidad que, por referirse
á las necesidades públicas y los medios de satisfacerlas,
sólo puede ser apreciada por el Poder Administrador,
pues es lógico que quien tiene á su cargo el cuidado de los
intereses generales de la comunidad, es el que debe conocer
los que ellos reclaman, y decidir sobre el mejor medio de
atenderlos, ó, como dice Meucci, quien tiene que hacer debe
saber lo que ha de hacer, siendo exacto en ese sentido que
la ley que da la acción da también la jurisdicción.