Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

Anales de la Universidad 751
El interés que dé mérito á la acción debe ser personal y
directo. Entre los muchos casos en que ha tenido aplicación
este principio citaremos uno de los más interesantes no sólo
por referirse á una eminencia científica sino también por ser
enteramente análogo a algunos que se han presentado entre
nosotros. Cuando Pelegrino Rossi fué nombrado catedrático
de Derecho Constitucional de la Facultad de París, los demás
profesores reclamaron porque el nombrado ni era francés
ni tenía título académico visado por las autoridades cien
tíficas francesas. No obstante el recurso fué desechado porque
los reclamantes no tenían interés personal alguno en el
reclamo, y sí tan solo el de velar por el cumplimiento de las;
leyes orgánicas del prefesorado de la citada Facultad.
La regla á que nos referimos no sólo es una consagración
del principio general según el cual sin interés no hay acción
sino que establece además la necesidad de que el reclamante
tenga en el reclamo un interés individual y propio, exista ó
no á la vez un interés general ó colectivo. Como dice Lafe
rriére, todos aquellos que hacen parte de una colectividad
pueden accionar ut sengulí en razón desús intereses particulares;
pero ellos no pueden obrar ut universi para la defensa
de los intereses generales que no tienen la misión de defender,
y cuya representación y defensa está confiada á determinados
órganos especiales ó de carácter público.
Pero si el interés debe ser personal y directo, no se sigue
de ahí que también haya de tener carácter particular ó individual
el acto que dé mérito á la acción. Precisamente son
las dis{í)osiciones reglamentarias, los reglamentos generales
que la Administración dicta en el ejercicio de sus facultades
discrecionales, son los actos de ese género los que pueden
dar más ocasión á reclamos de la índole de los qne estudiamos,
por manera que sería suprimir los principales y,más
numerosos casos de aplicación del recurso, y suprimirlos
sin beneficio alguno para nadie, exigir la individualidad del
acto administrativo reclamado.