Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

902 Anales de la Universidad
El bilí de derechos del ano 1689, resolvió que no debían exigirse
fianzas excesivas, á los efectos de la excarcelación provisional; fian-
•zas excesivas apersonas aprisionadas por causas criminales, que se
exigían á fin de eludir el beneficio de las leyes hechas para la libertad
de los subditos ingleses. ,
El derecho americano ha asimilado estos principios del derecho español,
francés é inglés; y les vemos señalarse en las constituciones
y leyes sud y norteamericanas.
Un celo excesivo por el orden público y el interés de la instrucción
procesal, ha multiplicado tanto las excepciones al beneficio de la libertad
provisional en algunas leyes, que puede afirmarse que ese beneficio
es de rarísima aplicabilidad y poco menos que vana su institución
legal.
El artículo 206 del Código de Procedimiento Penal italiano, dispone
entre otras cosas, que no podrán en ningún caso ser puestos en libertad
provisoria, los ociosos, los vagabundos y los mendigos. Esto es
tratar con la severidad con que se trata el crimen mismo, ciertas condiciones
personales que deben escapar á la acción represiva social
mientras no perjudican á tercero ni aún al orden público; son acciones
privadas que generalmente las constituciones, incluso la nuestra,
reservan á Dios, y eximen, por consiguiente, de la autoridad de los
magistrados.
Sin embargo, entendemos que deben ser tenidas en cuenta por los
jueces para calificar el grado de responsabilidad posible del fiador en
los casos en que proceda la libertad bajo fianza; porque debe contraer
responsabilidad maj^^or el fiador de un procesado vagabundo, que el del
que ha tenido por costumbre el trabajo, el cuidado de una familia, el
ejercicio de alguna industria honesta. Hay más probabilidades de que
quebrante el compromiso de presentarse al Juez cuando fuere llamado,
aquel que no acostumbra una vida sedentaria y no tiene arraigo
en la sociedad por los vínculos de la moral, ni de la familia, ni del trabajo,
que aquel otro, que agravaría la situación de sus intereses y sentiría
dolor por el quebrantamiento de lazos tan poderosos.
Además, los efectos de una prisión preventiva sujeta á tanto rigorismo,
son en Italia como en los demás países del mundo donde el régimen
carcelario dista mucho de la perfección, más perniciosos á veces
que la libertad del procesado. Esa mezcla transitoria de criminales es
una fermentación de nuevos y variados crímenes, una escuela de refinamiento
del mal, donde las cárceles preventivas están más descuidadas
en su organización que las cárceles penales, como sucede entre
nosotros.
Pero, lo más grave es que á esa escuela entra ó puede entrar la inocencia
y ser manchada, contaminada por el vicio; esto es horrible, de
terribles consecuencias para el orden y la moral pública.