Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

Anales de la Universidad 841
muchos fines, y lo que es más peligroso, como sucede entre nosotros,
al servicio de la política, como quien dijera de las pasiones y de la
parcialidad.
Entonces, pues, ocurren los jueces, cuando hay ó una omisión involuntaria
6 una premeditada adulteración de las circunstancias de tiempo
ó de lugar, capaces de desorientar el recto criterio del magistrado haciendo
infructuosa su intervención.
No ha muchos años, un horrible asesinato llenó de pavor á una de
nuestras más cultas y progresistas ciudades del Uruguay. El hecho
sucedió á eso de las 11 de la noche. La policía y los vecinos más cercanos
al sitio del crimen acudieron á él; la primera tomó datos y providencias
verdaderamente deficientes; empleó largo tiempo en averiguaciones
vanas.
Entretanto, el Juez Letrado Departamental y los demás Jueces del
lugar, dormían ó ignoraban lo que pasaba, hasta que á las 10 de la
mañana siguiente, recién se dio aviso al Juez Letrado Departamental.
Hasta ese momento no se tomó medida seria alguna, y hay quien el
sumario producido y la causa toda ha visto y estudiado, y asegura que
si el Juez intervie.ne en los primeros momentos después del crimen,
los autores purgarían hoy su horrible acción, y no habrían quedado
sus nombres en las sombras del misterio.
Tenemos por evidente que las medidas de prevención que adopten
los agentes de policía judiciaria son impostergables; pero, creemos que
en cuanto sea 'oosible y ellas no se perjudiquen, deben, dichos agentes,
dar el aviso que corresponde al Juez de Instrucción más inmediato ó al
que más pronto hallaren, ó al Fiscal de la jurisdicción, que tomará á su
cargo impetrar al Juez competente su intervención, y entretanto ésta no
se verifique, reunirá los datos que le proporcione la policía judiciaria,
puesta á sus órdenes desde entonces, y los que de por sí, con sus propias
observaciones y disposiciones obtenga, así como el arresto de los
autores del delito ó falta pública, sorprendidos in fraganti; ó siendo requerido
por la parte agraviada, cuando sólo corresponde la acción privada
contra el delincuente.
Los Fiscales de lo Penal, hasta ahora han representado y representan
un papel pasivo en la instrucción de los sumarios; pero e¿ innegable
que resultarán en adelante, mediante la sanción de nuestro Proyecto,
grandes ventajas de su coparticipación á prevención, tal como la
tenemos proyectada, en la formación del sumario; su ilustración, sus
aptitudes é idoneidad puestas aunque accidentalmente al servicio auxiliar
de los jueces, son seguras garantías del más esclarecido éxito en
la averiguación del delito y sus autores, cómplices y encubridores. A
tal punto esto se tiene por verdadero, que en algunos países, como en
Italia, los funcionarios sumariantes son los representantes del Ministerio
Público, que más tarde son los acusadores. Sin embargo, en nuestro
concepto esto puede ser peligroso, porque pone en manos de un solo