Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

840 Anales de la Universidad
competente después de reducir á prisión á los presuntos autores. El
artículo 39 del Reglamento é instrucciones para las clases subalternas
del personal de la Policía del Departamento de la Capital, aprobado
por la Jefatura el 20 de Mayo de 1889, establece que en el acto de tener
conocimiento de la muerte violenta de una persona, ó en caso de
heridas, el agente policial procederá inmediatamente á asegurar al malhechor
y sus cómplices y dar cuenta á su superior más inmediato, anotando
el nombre y domicilio de las personas conocedoras del hecho; el
artículo 40 dice que también, ese agente, procederá á dar cuenta al superior
más inmediato, cuando tuviere dudas acerca de la causa de la
muerte de un individuo, ya se encuentre el cadáver en la vía pública
ó en el interior de una casa, cuidando en cada caso, que no sea removido,
y anotando, según el artículo 41, la posición en que se hallaba
el cadáver en el momento de su intervención, la situación de los objetos
más cercanos, y las personas que se encontraban en el paraje, así
como las que requirieron su intervención. El artículo 70 de la Guía
Policial de J883, prescribe, que, cuando la Policía arreste ó aprisione
á alguien, elevará en el mismo día el parte del delito cometido al Juez
coiTespondiente, poniendo al arrestado á su disposición; en dicho parte
se designarán detalladamente las circunstancias que se relacionen con
el delito ó crimen, así como las que se refieran á la persona del presunto
delincuente y á sus antecedentes conocidos. La acción policial, dice el
artículo 8.0 siguiente, se reduce á conseguir los datos necesarios por
medio de la declaración voluntaria de los presuntos delincuentes y de
los testigos, consignando en el parte en cualquier caso, el nombre y
domicilio de estos últimos, á fin de que el Juez pueda ordenar su presentación
para interrogarlos en la forma que ordene la ley.
De manera, que la Policía ha instruido, puede inferirse, todo un proceso,
á raíz de un hecho criminal, ó que se presume tal; lo que conceptuamos
procedente, y deseamos en nuestro Proyecto que asuma mayor
amplitud y significación probatoria; pero, el Juez competente es quizás
el último vecino que llega á saber lo ocurrido, al menos por oficio
de la autoridad policial, porque ésta no está obligada á comunicarle
nada al respecto sino al tiempo de poner á su disposición al preso ó
inculpado por el delito ó falta, que bien puede suceder sea en el día
del suceso, ó que sea varios, ó un mes, ó un año ó varios después.
Es fácil prever las graves consecuencias que pueden derivarse de la
remota intervención judicial en el esclarecimiento sumario de la verdad
en estos acaecimientos, sobre todo cuando las leyes y reglamentos
vigentes no dan á las atestaciones del parte policial ninguna fuerza
probatoria, quedando tan sólo relegadas á servir de base á la iniciación
del proceso por los jueces instructores. Y más graves, deben ser esos
resultados, funestos para la sociedad, para el reo y los derechos individuales
amenazados, si esa Policía, en vez de ser una institución especialista,
es un conjunto de individuos ineptos, puestos al servicio de