Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

830 Anales de la Universidad
confesión al encausado, y á la designación de sus compañeros, cómplices
y encubridores. Lo que en todas partes le es prohibido, es emplear
amenazas, la intimidación, la violencia en fin, todo medio que
de cerca ó de lejos se semeje á una tortura física ó moral. El Código
Penal Francés condena á los Jueces, agentes de policía ó guardianes
de las prisiones que ejerzan violencia ó malos tratamientos contra
los inculpados, para arrancarles confesiones.
Engañar al presunto delincuente ó hacerle preguntas capciosas
para que declare, es inmoral é indigno por tanto, de la administración
de justicia. Tampoco debe el Juez prometer nada que no pueda conceder
dentro de sus facultades legales, por el hecho de la confesión.
Esto induciría al declarante en error ó le haría decir lo que no es
ni ha sido, por la esperanza de vana recompensa ó de su salvación.
Pero pueden los jueces, para estimular la declaración de la verdad
hacer presente á los procesados los beneficios legales que resultarán
de su franqueza y sinceridad, de la favorable influencia que ejercerán
en el ánimo de los jueces llamados á juzgarles, por los méritos
del número 11 del artículo 18 del Código Penal de la República.
Si los inculpados se negasen á declarar, ó no declarasen con claridad,
ó lo hicieran con evasivas, en forma ininteligible, es prudente que
los instructores les adviertan que de cualquier manera que declaren
ó dejen de declarar, el proceso continuará; de esto mismo se les hará
advertencia si se fingen sordos ó mudos. Tomada nota de estas circunstancias
en el acta respectiva, el Juez ordenará á la mayor brevedad,
un reconocimiento del procesado, para constatar la verdad de
su mudez, sordera, locura, ó ficción. Aquellas advertencias son útiles
para persuadir al procesado, si está en error de creer que con su silencio
ó maña burlará la acción de la justicia y obtendrá el sobreseimiento
de la causa.
Las declaraciones de los procesados serán orales, es decir, de vira
voz, salvo las excepciones que la ley establezca. Por la oralidad se
consigue la espontaneidad, menos artificio y cálculo; es una forma
que se aviene más que ninguna otra con la sinceridad con que debe
manifestarse el declarante, además de ser la más rápida.
Si sucediera que el procesado está físicamente impedido para hablar,
si sabe escribir, deberá responder por escrito á las preguntas que el
Juez le haga.
En obsequio á la mayor fidelidad y para conservar íntegramente
las declaraciones prestadas, debe labrarse acta circunstanciada. El interrogatorio
y las respuestas relativas, apenas dejarían en los jueces
impresiones fugitivas, que tampoco se transmitirían á los jueces del
plenario, si debidamente autorizadas no constasen por escrito.
Aun cuando estos jueces puedan en la estación oportuna del juicio,
llamar á declaración y confesión á los prevenidos, como debe existir
solidaridad entre todas las declaraciones y confesiones de estos