Año 9, t. 11, 5a. entrega (1901) - Publicaciones Periódicas del ...

812 Anales de la Universidad
en el lugar. ¿ Por qué no podrían los jueces que esto conocen, valerse
de su ciencia y experiencia, encomendándoles un análisis del cual
debe inferirse la existencia de un crimen, ó no tal, y por tanto la
condenación, ó la absolución de un inculpado ?
El empleo de químicos forenses puede actualmente realizartie en
Montevideo, donde, áDios gracias, cuentan las diversas ramas del saber
humano y particularmente las ciencias físico-químicas, con cultores
distinguidos y competentísimos; pero, no pasa otro tanto en los demás
departamentos, para que alguna de sus mediocridades, si kis tienen
aún, ocupe inconmoviblemente una posición de confianza en la administración
de justicia penal, la más grave y difícil de todas.
Por estas razones y otras que fuera largo exponer, preferimos que,
cuando deba hacerse un análisis químico exigido por la substanciación
de un proceso penal, el Juez de la causa, consultando las conveniencias
y las circunstancias, designe para el peritaje entre los farmacéuticos
ú otros peritos del lugar, aquel que más fe le merezca por su
saber é idoneidad; sin perjuicio de consultar sobre el punto á la autoridad
más encumbrada presuntivamente en esta materia, que es el
Consejo de Higiene. También, para controlar la operación del químico
perito, deberá asistir á la operación de la referencia y presenciarla
el Médico Forense de la localidad ó el que hubiese dado su informe ó
tuviese á su estudio las causas materiales del delito que se averigua,
como ser las verdaderas causas, lesiones internas ó externas, las alteraciones
del organismo capaces de haber producido la muerte de un
cierto individuo.
Establecemos en el artículo 86 que el reo puede por su parte tener
un perito médico encargado de presenciar también el análisis.
La misma dificultad que existe entre nosotros de hallar varios
peritos igualmente competentes en ciertos lugares, reclama que la
designación que el Juez haga, sea obligatoria, inexcusable sin causa
muy justa según el Juez. En esto como en todo, hay que tener muy
en vista el interés público, y por él, cada individuo de la sociedad
está obligado á un sacrificio de su libertad, más ó menos grande, pero
siempre impuesto por la necesidad y sin perjuicio de compensaciones
equitativas.
Estas compensaciones deben aer seguras, estar garantidas por persona
solvente, que debe ser el Estado en primer término que, en nombre
de la tutela social demanda el trabajo, una función do un hombre
que tuvo la virtud de sobrepujar intelectualmente á los demás empleando
los mejores días de su juventud y el vigor y sabia de su naturaleza
física y psicológica en el estudio de las ciencias, para dar lustre
á su patria y á su persona y en beneficio directo de la humanidad.
Es condición impuesta á las relaciones humanas que si se quiere
estar bien servido se debe pagar el servicio bien. Por eso preferimos