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Año 19, t. 24, nº 91 (1914) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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Anales de la Universidad 151<br />

aumenta la probabilidad) que el hecho deba atribuirse á<br />

la mala custodia ó á la negligencia de alguien: entonces<br />

estos otros negligentes habrán de resarcir el daño causado.<br />

«¿Pero, y en el caso de que la locura estalle de repente<br />

y de que un rico señor, por ejemplo en un ataque de<br />

enagenación mentnl empuñe un bastón y haga pedazos<br />

los cacharros de un pobre vendedor ambulante?<br />

«A los que presentan esta hipótesis para sostener que<br />

también el loco puede ser obligado al resarcimiento, Ferrini<br />

contrapone la hipótesis de un pobre padre de familia<br />

que vuelto loco de improviso rompa los cristales de<br />

un palacio señorial. Al dolor, al daño material que experimenta<br />

la familia, ¿querrá añadirse, escribe él, la<br />

obligación al resarcimiento ? Pero, como vé cualquiera,<br />

Ferrini y sus contradictores, haciendo un llamamiento al<br />

corazón con ejemplos compasivos, no discuten la cuestión<br />

razonablemente.<br />

« Hemos sostenido la obligación <strong>del</strong> resarcimiento en<br />

caso de temibilidad mayor ó menor, porque el <strong>del</strong>incuente<br />

puede comprender el alcance de su hecho, porque la inteligencia<br />

<strong>del</strong> hombre medio ha de discernir cuál es su<br />

misión, en fin, porque experimentando los daños <strong>del</strong> obrar<br />

imprudentemente, recibe á continuación un impulso á obrar,<br />

con mayor prudencia y diligencia; pero nada de todo esto<br />

puede lograrse en el caso <strong>del</strong> loco que no concibe, en general,<br />

el alcance de sus acciones, de sus deberes, y por<br />

consiguiente, nos inclinaríamos á opinar que, tomadas naturalmente<br />

respecto de él las medidas de defensa que exige<br />

la tutela social, no se puede con una acción coactiva<br />

obligar al loco al resarcimiento <strong>del</strong> daño, que difícilmente<br />

podrá su mente enferma concebir como un producto de<br />

su obra.<br />

« Si la investigación de la causa material vá á parar á<br />

una individualidad enferma, aún no pudiendo negarse que<br />

se han de tomar las medidas oportunas contra esta individualidad<br />

enferma, que puede resultar dañosa, convendrá<br />

reconocer que estas medidas habrán de ser comple-

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