Año 19, t. 24, nº 91 (1914) - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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l4:4 Anales de la Universidad suceder que el civilmente responsable falte, y luego, ó el argumento que se consiente es bueno y es contradictorio el regatear el valor con el pretexto de su poca importancia en la práctica, ó no lo es y se le deja. Tanto más donde se piense que aceptándolo, y diciendo al mismo tiempo que, en realidad, en el mayor número de los casos existe el civilmente responsable del daño causado por persona que por defecto de inteligencia no se asegura de la imputabilidad, se debería llegar á la consecuencia de que, faltando el civilmente responsable, el resarcimiento debería hacerse sobre los bienes del agente, aunque privado de la inteligencia necesaria para podérsele imputar la injuria. Cuya consecuencia, si puede considerarse como exorbitante frente á la estricta aplicación de los principios, no lo es frente á la equidad, según atestiguan las legislaciones que lo sancionaron. «Y esto demuestra que la resolución descrita no parece aceptable hasta que sea obra de la jurisprudencia: el legislador solamento podría fijarla como norma; no el razonamiento apoyado sobre principios estrictamente jurídicos, sino la equidad podría aconsejar fuese acogida por la ley dejando el juez la libertad de aplicarla según el estado de desahogo del agente y del estado de pobreza, ó casi tal, del que ha sufrido la injuria y de la gravedad que ésta tenga. «Y el proveimiento que se podría ordenar en vía subsidiaria, esto es, cuando faltase la responsabilidad de quien fuese civilmente responsable, serviría para hacer menos graves las consecuencias del principio jurídico puesto con toda la rigidez, porque si es justo que de la ofensa causada por defecto de inteligencia no se deba responder, es muy equitativo que en la comparación entre el estado de fortuna del ofensor y del ofendido y por las consideraciones de los defectos de la injuria, el patrimonio del causante deba resarcir en todo, ó en parte, el daño causado, aunque sin culpa, á quien queda en triste condición por el perjuicio sufrido. Y se tendría también aquí un*
Anales de la Universidad l4o proveimiento legal extraño á la responsabilidad propiamente dicha, y referente á la otra figura de la garantía. « Cuyo concepto, declarante de la imputabilidad viene fijado, aun faltando el hecho material de la ofensa bas* tante á constituir la injuria, por considerarse la injuria imputable, como fuente de responsabilidad. «La ley Romana da amplia prueba: el infans y el furiosiis eran declarados exentos de responsabilidad, porque no estando sana mentís no podían ser capaces de culpa, y el daño que hubieran causado, era considerado, jurídicamente igual á aquel que hubiera habido 5//¿?^«/rt sesiderit, esto es, como caso que el perjudicado debía, soportar. Cuya presunción concerniente á la división de la edad fijada por la jurisprudencia romana se limitaba respecto al impúber ¡nibertati proximus^ donde no asumía más su carácter absoluto, y se ordenaba la responsabilidad cuando constase la inteligencia y la libre voluntad del agente. Si después un menor se hubiese hecho autor de un delito, él era el responsable, demostrándose por el hecho mismo la existencia de la mala voluntad, y haciendo suponer, por otra parte la edad misma, la inteligencia tan desarrollada para poder comprender la injusticia del hacer voluntariamente daño á un tercero; en cambio en el caso de injuria causada por sola negligencia podía corresponder al menor la restitución in integnin. Ahora bien, es lícito inferior comparando el diverso modo en que la responsabilidad estaba reglamentada según la edad, que en el segundo de los dos casos antes expuestos fuese limitada á la sola figura de la injuria causada con culpa (en su significado especial) el principio descripto sobre la indagación de la imputabilidad, lo que confirmaría lo que se ha dicho sobre el diferente medio en que deben moverse las pesquisas respecto á la imputabilidad en el delito y en el cuasi delito. «Esto es: se puede tener inteligencia bastante para entender que no se debe causar injuria, y no suficiente para prever y apreciar las consecuencias de un hecho cuando con ese no se tenga intención de injuriar». 10.
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proveimiento legal extraño á la responsabilidad propiamente<br />
dicha, y referente á la otra figura de la garantía.<br />
« Cuyo concepto, declarante de la imputabilidad viene<br />
fijado, aun faltando el hecho material de la ofensa bas*<br />
tante á constituir la injuria, por considerarse la injuria<br />
imputable, como fuente de responsabilidad.<br />
«La ley Romana da amplia prueba: el infans y el furiosiis<br />
eran declarados exentos de responsabilidad, porque<br />
no estando sana mentís no podían ser capaces de culpa, y<br />
el daño que hubieran causado, era considerado, jurídicamente<br />
igual á aquel que hubiera habido 5//¿?^«/rt sesiderit,<br />
esto es, como caso que el perjudicado debía, soportar. Cuya<br />
presunción concerniente á la división de la edad fijada por<br />
la jurisprudencia romana se limitaba respecto al impúber<br />
¡nibertati proximus^ donde no asumía más su carácter absoluto,<br />
y se ordenaba la responsabilidad cuando constase<br />
la inteligencia y la libre voluntad <strong>del</strong> agente. Si después<br />
un menor se hubiese hecho autor de un <strong>del</strong>ito, él era el<br />
responsable, demostrándose por el hecho mismo la existencia<br />
de la mala voluntad, y haciendo suponer, por otra<br />
parte la edad misma, la inteligencia tan desarrollada para<br />
poder comprender la injusticia <strong>del</strong> hacer voluntariamente<br />
daño á un tercero; en cambio en el caso de injuria causada<br />
por sola negligencia podía corresponder al menor la<br />
restitución in integnin. Ahora bien, es lícito inferior comparando<br />
el diverso modo en que la responsabilidad estaba<br />
reglamentada según la edad, que en el segundo de<br />
los dos casos antes expuestos fuese limitada á la sola<br />
figura de la injuria causada con culpa (en su significado<br />
especial) el principio descripto sobre la indagación de la<br />
imputabilidad, lo que confirmaría lo que se ha dicho sobre<br />
el diferente medio en que deben moverse las pesquisas<br />
respecto á la imputabilidad en el <strong>del</strong>ito y en el cuasi<br />
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«Esto es: se puede tener inteligencia bastante para entender<br />
que no se debe causar injuria, y no suficiente para<br />
prever y apreciar las consecuencias de un hecho cuando<br />
con ese no se tenga intención de injuriar».<br />
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