Año 56, entrega 160 - Publicaciones Periódicas del Uruguay

ANALES DE LA UNIVERSIDAD
El Dr. Frankiin agradeció la distinción en estos términos:
"Un paréntesis filosófico que incluyó Mark Twain en una de sus obras,
dice así:
"Qué pequeña parte de la vida de una persona son sus actos y sus
palabras!... Estes son meramente la frágil .corteza de su mundo, sus
picos nevados, sus vastas extensiones de agua. Su masa está escondida.
Ella, y sus fuegos volcánicos que hierven y ebullen, y no descansan ni
de día ni de noche, éstos son su vida, y éstos no son, captados — ni pueden
jamás ser captados — en palabras".
Si bien es verdad que el Sr. Rector ha tenido la amabilidad de mencionar
ciertos actos como méritos que justifican el honor que hoy me
ofrecéis, tan/bién es verdad que aquel honor penetra la frágil corteza de
actos y palabras y llega a lo más íntimo del que lo recibe. Es una prueba
más de la generosidad uruguaya — amplia, espiritual y consciente —
una generosidad que satisface plenamente el ideal de aquel gran uruguayo,
gran pensador, gran estilista, y gran intuitivo: José Enrique Rodó;
pues si bien en este caso sobrepasa las cualidades del que la recibe, sin
embargo, por la forma que ha tomado, idealiza las íntimas realidades de
éste y deja exteriorizado y formalizado para siempre el sentimiento,
mezcla de admiración y de fraternidad académica, que le ha impulsado en
frecuentes oportunidades durante estos cuatro años que tan rápidamente
han pasado, a tratar como verdaderos colegas a todos y a cada
uno de vosotros.
El que ha llegado a conocer a los hombres y las instituciones del
Uruguay, sabe que este país, grande por su idealismo, su fe humana, y
su valentía, no sólo está llamado actualmente a ocupar lai vanguardia en
la creación de un mundo de hombres libres, sino que,, por el ejemplo de
sus genios: Artigas, Várela. Rodó, Batlle, Zorrilla; las instituciones y
los conceptos que éstos legaron a su patria; y sus dignos sucesores de
nuestros días, el Uruguay ostenta ante los ojos de un mundo cansado de
tanta locura, un camino hacia la plenitud espiritual asegurada por la comprensión
y la justicia social.
No habéis llegado a ocupar esta situación sin merecer en varias ocasiones
el apodo de Quijotes. Y de todos los arranques quijotescos de este
noble país, quizá el más comentado en el exterior es el carácter gratuito
de la enseñanza superior. Sin embargo, me atrevo a augurar, con
absoluta convicción, que es el criterio del Uruguay que prevalecerá con
el tiempo y que, al prevalecer, creará el arma contra el cual las ideologías
qife surgen de la ignorancia y se nutren del fanatismo, se encontrarán
impotentes para siempre.
Siento, pues, una profunda satisfacción al solidarizarme en esta
forma con la vida universitaria uruguaya, y. al aceptar el grado de Profesor
Honoris-Causa, no sólo agradezco profundamente les generosos
conceptos que han motivado su otorgamiento, sino también celebro la
amistad y el aprecio que unen a las instituciones académicas de nuestras
dos quei'idas patrias, y que reciben su expresión simbólica en este acto.
He dicho.'"