Año 56, entrega 160 - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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ANALES DE LA UNIVERSIDAD 25<br />
Y por encima de todo y de todos: el ciclo de los ciclos, entre<br />
fases destructivas y constructivas; la vida fluye como una corriente;<br />
ciclo celular, vital y material; crecimiento, adultez, senectud; la<br />
vida es la¡ muerte y la muerte es la vida.<br />
No hay vallas que detengan al biólogo en su audacia: todo lo<br />
ha removido y continúa removiéndolo, sin pudores ni fatigas: la<br />
superficie de los seis continentes: montañas y hondonadas, campiñas<br />
y vergeles, espacios abiertos y reconditeces; estanques y océanos:<br />
su limo y el sedimento de sus profundidades que procura con<br />
las redes y los largos brazos de los sondeadores; grutas y cavernas,<br />
florestas y arenales, el verdor de los trópicos y la blancura de los<br />
glaciares; el agua, la tierra y los aires, lo erguido y lo hundido, lo<br />
que flota y lo que se hunde, lo abismal, lo abisal, lo pelágico, lo<br />
subterráneo.<br />
Escasos rincones azoicos existen en el planeta, pululan ciertos<br />
dípteros hasta en las lagunas petrolíferas de California.<br />
Ni siquiera el firmamento puede apartarse de su interés: el<br />
coloso solar motoriza la extraordinaria fotosíntesis clorofiliana, eje<br />
<strong>del</strong> ciclo vital: y el satélite lunar preside más de una periodicidad<br />
orgánica.<br />
Oyentes de esta tarde!<br />
Lejos estamos de los griegos, profetas anticipadores de la doctrina<br />
transformista: de Anaximandro, Xenofanes, Empédocles, Demócrito<br />
y Aristóteles. Distantes, también, de la alborada y <strong>del</strong><br />
ocaso <strong>del</strong> medioevo con las interpretaciones heterodoxas de Agustín<br />
y Tomás de Aquino.<br />
Más cerca de Linneo y su «Syslema Naturae», <strong>del</strong> Conde de<br />
Buffon y <strong>del</strong> Caballero de Lamarck, y de Geoffroy Saint-Hilaire<br />
cuyos argumentos aplaudiera el anciano Goethe desde el fondo de<br />
la Germania, <strong>del</strong> Barón de Cuvier y <strong>del</strong> genial navegante <strong>del</strong><br />
«Beagle» que bautizara el Darwinismo, de Wallace. . . No olvidemos<br />
que, en trance de explicaciones, los paleontólogos oficiando<br />
de juglares, barajan los años por eones. . . y nos cuentan, fríamente,<br />
que han sido necesarios 1.000.000 de años para transformar el más<br />
antiguo equino tetradactilo en tridáctilo.<br />
No hemos llegado al final; ni sabemos cuándo, ni córneo llegaremos<br />
a conocer su mecanismo íntimo. Pero la pretendida crisis <strong>del</strong><br />
transformismo es sólo paradoja.<br />
Los postulados de la espiral o <strong>del</strong> árbol evolucionista, siguen<br />
siendo nuestro pan de cada día. La evolución es, para el biólogo,<br />
lo que la doctrina de la conservación de la energía para el físicoquímico:<br />
un preliminar sine qua non para proseguir actuando.<br />
Las ideas evolutivas son la base de todo el pensamiento moderno,<br />
tanto científico como filosófico. La evolución bien com-