oct.-dic. 1967 - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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cuanto al sonido, éste parece registrado<br />
en los lugares de filmación (que no son<br />
estudios) y con una precisión pasmosa.<br />
No hay lucimiento de actores, menos<br />
aún que en el cine tra<strong>dic</strong>ional; pero tamo<br />
poco hay personajes de riqueza excep·<br />
cional, lastre que el cine cargó durante<br />
mucho tiempo y que viene de la novela<br />
tra<strong>dic</strong>ional y también <strong>del</strong> teatro al que<br />
tantas veces (equivocadamente) quiso<br />
imitar.<br />
En cuanto a la objeción de que el film<br />
tiene valores únicamente sociológicos<br />
[objeción que, de encontrarla, quien esto<br />
escribe sería el primero en esgrimir)<br />
puede negarse de plano. Godard, en<br />
"Masculino-Femenino" no ha realizado<br />
sociología de la juventud francesa de<br />
hoy; mediante el uso de la sociología.<br />
ha realizado una obra de arte.<br />
•<br />
N<br />
o<br />
T<br />
A<br />
El ARBOL DE RILKE<br />
ESTEBAN OTERO<br />
s<br />
Al concluir su "Poética <strong>del</strong> espacio", y luego<br />
de repasar uno de los Poemas Franceses de<br />
Rilke, Gastan Bachelard escribe: ..."si yo pudiera<br />
alguna vez reunir en una vasta imaginería<br />
todas las imágenes <strong>del</strong> ser, todas las imágenes<br />
múltiples, mudables que, de todas maneras, gustan<br />
la permanencia <strong>del</strong> ser, el árbol rilkeano<br />
abriría un gran capítulo en mi álbum de metafísica<br />
concreta". Ese árbol, que el poeta tuvo<br />
ante los ojos al escribir el poema, sirve aBa·<br />
chelard de ejemplo final en la serie de imáge·<br />
nes con que cierra el capítulo "Fenomenología<br />
de lo redondo". También ha presentado imágenes<br />
de Jules Michelet y textos de Van Gogh y<br />
de Jaspers, de Bousquet y de La Fontaine. El<br />
tema medular de Bachelard podría resumirse<br />
así: "La vida es redonda", "Vivimos en la redondez<br />
de la vida como la nuez f'n su cáscara".<br />
El árbol de Rilke resulta para el filósofo docu.<br />
mento inmejorable de una "fenomenología <strong>del</strong><br />
ser que es estable y se desarrolla en su redon.<br />
dez".<br />
Para nosotros, el árbol de Rilke es algo más.<br />
En ese último capítulo, Bachelard especula con<br />
aquellas imágenes "fuera de todo significado<br />
realista, psicológico y psicoanalista". Antes ha<br />
declarado la necesidad de "desmadurizarnos",<br />
"desfilosofarnos", "despsicoanalisticarnos". Insólitos<br />
vocablos, capaces de sorprender más aun<br />
que todo intento de fenomenología de lo redondo.<br />
Pero no por insólitos menos necesarios. Ellos<br />
encierran una actitud ante la poesía. Dicho con<br />
lenguaje todavía realista: san el sésamo para<br />
entrar en poesía. Que es, al fin de cuentas,<br />
entrar en materia. Bachelard ha convocado al<br />
árbol de Rilke y Con él no sólo al poema sino<br />
a un modo indispensable de enfrentarse al poe·<br />
ma. Pues, ¿qué significa esa facultad de ver<br />
en la imagen poética la figura <strong>del</strong> ser concen·<br />
trado sobre sí? ¿Qué, sino ver a la poesía mis·<br />
ma? No se piense que hay presunción: a la<br />
poesía sólo puede vérsela, nunca explicársela o<br />
descifrarla. No presunción sino necesidad. Tan·<br />
to para Bachelard, según lo expresa en su libro,<br />
como para nosotros. Más aun para nosotros, hoy.<br />
Rondándose, acechándose, recelándose, tenemos<br />
a dos palabras en trance perpetuo de fric·<br />
ción: poesía-hoy. Son inocentes (muchos las<br />
adoptarían para titular mensuales publicaciones<br />
poemáticas) y a la vez peligrosas: ¿en qué puede<br />
convertir nuestro hoya la poesía? Una plu·<br />
ralidad de actitudes fragmenta el entendimiento<br />
de lo poético. A las exigencias df'l saber sociológico<br />
y de la con<strong>dic</strong>ión histórica se le añaden<br />
los buceos esforzados <strong>del</strong> ingenio psicoanalíti.<br />
ca. Pocas realidades en torno al poema quedan<br />
por estudiar: se conocen las tensiones sociales,<br />
el contorno vital, el complejo de estructuras en<br />
que actuó el poeta; se poseen cuadros más cia·<br />
ros de la época, de la circunstancia política, de<br />
las corrientes estéticas, de los manifiestos y<br />
las teorías, que de lo que la memoria haya atesorado<br />
<strong>del</strong> poema o el fervor pedido a la lec.<br />
tura; no hay aventura (o desventura) <strong>del</strong> poeta<br />
que no tenga su razón o sinrazón en los labe·<br />
rintos de la psicosis o en el código de los como<br />
piejos mentales. Y cuando nos acercamos al<br />
poema creyendo haber suspendido, aunque fuere<br />
por instantes, el peso de IIn trabajo acumulado<br />
y el bagaje instrumental sin los cuales<br />
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