Nº 2 - El borde del mar / Miguel Angel Klappenbach, Víctor Scarabino

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19.05.2014 Views

hubieran correspondido. Su M emoría Geológica sobre la reciente formación. del Ría de la Plata, deducida de sus conchas fósíles contiene datos de interés y se lee con agrado. Otro jalón, y muy importante, está· constituido por el viajero francés Alcide d'Orbigny. Entre los años 1826 a 1833 recorre Argentina, Paraguay, Chile, Bolivia, Perú y parte de. Brasil. Durante su visita a nuestro paÍ$, en los primeros años de vida independiente, colecta especies marinas en la bahía de Maldonado. . D'Orbigny publica los resultados de su viaje en varios volúmenes y atlas que muestran la seriedad de sus trabajos de naturalista. Abordó con igual competencia no sólo la zoología, sino también la' geología, la paleontología, la etnografía y la antropología. Su célebre V oyage dans l'Amérique M e"idionale. " resulta indispensable para el estudio de la naturaleza de la parte sur del contin~nte~ Otro célebre viajero, de mayor resonancia mundial aunque de menor importancia local, visitó y efectuó investigaciones en las costas de MaIdonado. Charles Darwin, joven de 22 años, que integraba como naturalista la dotación del "Beagle"', vivió en aquella zona durante diez semanas. Diversos especialista$ trabajaron el material colectado por Darwin en Maldonado, que pasó a ser conocida como zona característica de un buen número de nuevas especies. El primer navío dedicado exclusivamente a estudios oceanográficos, H. M. S. "Challenger", efectuó en 1876 varias estaciones en nuestra costa. La N9 321, localizada a 8 millas de Punta Negr:l" • dio como resultado (sin contar los protozoarios) el ,registro de 150 ejemplares entre invertebrados y peces, pertenecientes a 29 especies, de las cuales 9 eran nuevas para la ciencia. Pocos años después, en 1878, el buque estadounidense "Albatross" realiza también algunas estaciones frente a nuestra costa. Los resultados de ese viaje fueron publica- dos por el Museo de Zoología .Comparada de Harvard; el estudio hace también referencia. a numerOsas especies de procedencia uruguaya. A NIVEL NACIONAL En 1900 se publica en Montevideo, en los Anales del entonces Museo Nacional, el primer trabajo de zoología nacional, el cual contiene referencias a animales de nuestra costa oceánica. Se trata de Meiuscos de la República Oriental del Uruguay, por A. Formica Como Estaohra, a pesar de algunos errores manifiestos, fruto·· de la escasa bibliografía entonces disponible, representó en su época un esfuerzo ponderable y continúa siendo la base de cualquier estudio sobre moluscos del .país. En la segunda década de este siglo inicia Devincenzi su labor ictiológica, concretada en varios trabajos importantes sobre peces del Uruguay, una buena parte de los cuales está dedicada a los peces marinos. Más recientemente, Barattini se ocupa·de los invertebrados marinos de nuestro país, principalmente de los moluscos. Su obra culmina con un libro escrito en ~olaboración con Ureta, titulado La Fauno;. de las Co~tas Uruguayas del Este (1nvertebrado'S). También algy.nos naturalistas argentinos (DoeIlo..Jurado, CarceIIes, Parodiz)· estudiaron en forma esporádica los moluscos de nuestra costa oceánica. Actualmente, núcleos de investigadores, centrados en el Museo Nacional de Historia Natural, en la Facultad de Humanidades y Ciencias, en el Instituto' de Investigaciones Pesqueras de la Facultad de Veterinaria y en el S.O.Y.P., se aplican con entusiasmo y tesón al estudio de nuestro borde de mar. También merece mención hi labor que desarrolla la .Sociedad Malacológica del Uruguay. El resultado de todo este trabajo se publica en revistas científicas nacionales o extran- . jeras. .EL HOMBRE COMO MODI· . IRI I LOS MONUMENTOS NATURALES Nuestra costa oceánica ha sufrido profundas modificaciones, particularmente acentuadas en los últimos cincuenta años. Entre la costa que vieron Salís y. sus hombres y la que puede ver cualquier persona que llegue a nuestro país por vía marítima, existen tales diferencias ·que podría creerse .se trata de dos áreas distintas. Aunque la corteza terrestre _y consecuentemente el borde del mar- ex~rimentan cambios por la acción de diversos agentes naturales, éstos trabajan tan léntamente que en el breve lapso que va del descubrimiento a la fecha dichos cambios no pOdrían· ser prácticamente registrados. Es aquí.que interviene el hombrecQmo modificador acelerado del paisaje. Nuestra costa marítima se caracteriza por la sucesión de playas, sin mayores accidentes de relieve. Entre estos últimos merecen destacarse dos. Uno, la sierra de La Ball~na, que se interna en el mar, en la punta del mismo nombre con sus pequeñas grutas. El ptro, las dunas de Cabo Polonia. Son éstos los únicos puntos de riuestra costa que podrían ser considerados Monumentos Naturales. Ambos han sufrido, o están a punto de sufrir" modificaciones de importancia por la mano del hombre. En Punta Ballena se amplió artificialmente la gruta, se cons.­ truyó una piscina y se adosaron plataformas e instalaciones de cemento, todo ello de un interés turístico discutible. tural entendemos aquellos que por su significación com sión .paisajística, como manifestación de la naturaleza,' deben ser conservados en su estado más puro. En cuanto a las dunas de Cabo Polonio, constituyen otro lugar que, por sus características muy especiales, deber'Iamos mantener intocado en lo posible. Un intento de ti·ar las dunas, hacer .desaparecer las atracciones turísticas de la tar en marcha.

hubieran correspondido. Su M emoría Geológica sobre<br />

la reciente formación. <strong>del</strong> Ría de la Plata, deducida<br />

de sus conchas fósíles contiene datos de<br />

interés y se lee con agrado. Otro jalón, y muy importante,<br />

está· constituido por el viajero francés<br />

Alcide d'Orbigny. Entre los años 1826 a 1833<br />

recorre Argentina, Paraguay, Chile, Bolivia, Perú<br />

y parte de. Brasil. Durante su visita a nuestro paÍ$,<br />

en los primeros años de vida independiente, colecta<br />

especies <strong>mar</strong>inas en la bahía de Maldonado.<br />

. D'Orbigny publica los resultados de su viaje en<br />

varios volúmenes y atlas que muestran la seriedad<br />

de sus trabajos de naturalista. Abordó con igual<br />

competencia no sólo la zoología, sino también la'<br />

geología, la paleontología, la etnografía y la antropología.<br />

Su célebre V oyage dans l'Amérique<br />

M e"idionale. " resulta indispensable para el estudio<br />

de la naturaleza de la parte sur <strong>del</strong> contin~nte~<br />

Otro célebre viajero, de mayor resonancia mundial<br />

aunque de menor importancia local, visitó y<br />

efectuó investigaciones en las costas de MaIdonado.<br />

Charles Darwin, joven de 22 años, que integraba<br />

como naturalista la dotación <strong>del</strong> "Beagle"',<br />

vivió en aquella zona durante diez semanas. Diversos<br />

especialista$ trabajaron el material colectado<br />

por Darwin en Maldonado, que pasó a ser conocida<br />

como zona característica de un buen número<br />

de nuevas especies.<br />

<strong>El</strong> primer navío dedicado exclusivamente a<br />

estudios oceanográficos, H. M. S. "Challenger",<br />

efectuó en 1876 varias estaciones en nuestra costa.<br />

La N9 321, localizada a 8 millas de Punta Negr:l"<br />

• dio como resultado (sin contar los protozoarios)<br />

el ,registro de 150 ejemplares entre invertebrados y<br />

peces, pertenecientes a 29 especies, de las cuales 9<br />

eran nuevas para la ciencia. Pocos años después,<br />

en 1878, el buque estadounidense "Albatross" realiza<br />

también algunas estaciones frente a nuestra<br />

costa. Los resultados de ese viaje fueron publica-<br />

dos por el Museo de Zoología .Comparada de<br />

Harvard; el estudio hace también referencia. a<br />

numerOsas especies de procedencia uruguaya.<br />

A NIVEL NACIONAL<br />

En 1900 se publica en Montevideo, en los Anales<br />

<strong>del</strong> entonces Museo Nacional, el primer trabajo<br />

de zoología nacional, el cual contiene referencias<br />

a animales de nuestra costa oceánica. Se trata de<br />

Meiuscos de la República Oriental <strong>del</strong> Uruguay,<br />

por A. Formica Como Estaohra, a pesar de algunos<br />

errores manifiestos, fruto·· de la escasa bibliografía<br />

entonces disponible, representó en su época<br />

un esfuerzo ponderable y continúa siendo la base<br />

de cualquier estudio sobre moluscos <strong>del</strong> .país. En<br />

la segunda década de este siglo inicia Devincenzi<br />

su labor ictiológica, concretada en varios trabajos<br />

importantes sobre peces <strong>del</strong> Uruguay, una buena<br />

parte de los cuales está dedicada a los peces <strong>mar</strong>inos.<br />

Más recientemente, Barattini se ocupa·de los<br />

invertebrados <strong>mar</strong>inos de nuestro país, principalmente<br />

de los moluscos. Su obra culmina con un<br />

libro escrito en ~olaboración con Ureta, titulado<br />

La Fauno;. de las Co~tas Uruguayas <strong>del</strong> Este (1nvertebrado'S).<br />

También algy.nos naturalistas argentinos<br />

(DoeIlo..Jurado, CarceIIes, Parodiz)· estudiaron<br />

en forma esporádica los moluscos de nuestra<br />

costa oceánica. Actualmente, núcleos de investigadores,<br />

centrados en el Museo Nacional de Historia<br />

Natural, en la Facultad de Humanidades y<br />

Ciencias, en el Instituto' de Investigaciones Pesqueras<br />

de la Facultad de Veterinaria y en el S.O.Y.P.,<br />

se aplican con entusiasmo y tesón al estudio de<br />

nuestro <strong>borde</strong> de <strong>mar</strong>. También merece mención<br />

hi labor que desarrolla la .Sociedad Malacológica<br />

<strong>del</strong> Uruguay. <strong>El</strong> resultado de todo este trabajo se<br />

publica en revistas científicas nacionales o extran-<br />

. jeras.<br />

.EL HOMBRE COMO MODI·<br />

. IRI I<br />

LOS MONUMENTOS NATURALES<br />

Nuestra costa oceánica ha sufrido profundas<br />

modificaciones, particularmente acentuadas en los<br />

últimos cincuenta años. Entre la costa que vieron<br />

Salís y. sus hombres y la que puede ver cualquier<br />

persona que llegue a nuestro país por vía <strong>mar</strong>ítima,<br />

existen tales diferencias ·que podría creerse .se trata<br />

de dos áreas distintas. Aunque la corteza terrestre<br />

_y consecuentemente el <strong>borde</strong> <strong>del</strong> <strong>mar</strong>- ex~rimentan<br />

cambios por la acción de diversos agentes<br />

naturales, éstos trabajan tan léntamente que en<br />

el breve lapso que va <strong>del</strong> descubrimiento a la fecha<br />

dichos cambios no pOdrían· ser prácticamente<br />

registrados. Es aquí.que interviene el hombrecQmo<br />

modificador acelerado <strong>del</strong> paisaje. Nuestra costa<br />

<strong>mar</strong>ítima se caracteriza por la sucesión de playas,<br />

sin mayores accidentes de relieve. Entre estos últimos<br />

merecen destacarse dos. Uno, la sierra de La<br />

Ball~na, que se interna en el <strong>mar</strong>, en la punta <strong>del</strong><br />

mismo nombre con sus pequeñas grutas. <strong>El</strong> ptro,<br />

las dunas de Cabo Polonia. Son éstos los únicos<br />

puntos de riuestra costa que podrían ser considerados<br />

Monumentos Naturales. Ambos han sufrido,<br />

o están a punto de sufrir" modificaciones de importancia<br />

por la mano <strong>del</strong> hombre. En Punta<br />

Ballena se amplió artificialmente la gruta, se cons.­<br />

truyó una piscina y se adosaron plataformas e instalaciones<br />

de cemento, todo ello<br />

de un<br />

interés turístico discutible.<br />

tural entendemos aquellos<br />

que por su significación com<br />

sión .paisajística, como manifestación de la naturaleza,'<br />

deben ser conservados en su estado más<br />

puro. En cuanto a las dunas de Cabo Polonio,<br />

constituyen otro lugar que, por sus características<br />

muy especiales, deber'Iamos mantener intocado en<br />

lo posible. Un intento de<br />

ti·ar las<br />

dunas, hacer .desaparecer<br />

las atracciones turísticas de la<br />

tar en <strong>mar</strong>cha.

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