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Nº 1-2 (nov. 1953) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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sonajes, liga íntimamente la <strong>nov</strong>elística de GREENE al teatro. "The Living<br />

~oom" atestigua.este talento dramático natural, y en nada pierde su re­<br />

Iieve ese denso, mtenso mundo greeniano, bienvenido a la indigente escena<br />

actual.<br />

lIThe Living Room", apoyada en la misma temática de las últimas <strong>nov</strong>ela~<br />

<strong>del</strong> autor, con~ierta entre sus personajes igual juego de soledad irremediable,<br />

de amor insuficiente, de caridad difícil, e imprime en cada uno<br />

de ellos ese drama individual de culpa, de fracaso, de miedo, esa zozobra<br />

<strong>del</strong>, alma co~ que GREENE caracteriza la civilización cristiana, cuyas notas<br />

serian para el: "el espíritu vacilante, la conciencia inquieta, el sentimiento<br />

de fracaso personal".<br />

Las dos fuerzas que entraban en conflicto en IThe E1Zd of the Affair"<br />

vuelven a oponerse en IIThe Living Room". Por una parte la pasión carnal<br />

1 "<br />

un ~or condenano; por la otra, el sentimiento de culpa, la nostalgia de la<br />

g:acla.. Pero ,el enfoque se ha invertido. En la <strong>nov</strong>ela, la inquietud religiosa<br />

irrumpra en el tranquilo mundo hedonista de los amantes; Dios se<br />

presen~aba como el desorden, el desasosiego ético en un orden de pecado y<br />

de olvido. En el drama es la pasión la que rompe el orden de inocencia y<br />

de paz en el que ha vivido la protagonista, y aunque en un primer momento,<br />

por su ímpetu, arrase todo escrúpulo religioso o moral, la conciencia<br />

de un desorden existe y los contratiempos inevitables <strong>del</strong> amor servirán<br />

para ponerla de manifiesto. Sarah, protagonista de la <strong>nov</strong>ela, luchaba contra<br />

el p~cado para acceder a Dios. Rose, protagonista <strong>del</strong> drama, lucha<br />

contra DIOS, contra su ethos cristiano, para sobrellevar la culpa.<br />

El adulterio como una circunstancia preciosa para la revelación de un<br />

sentido trágico cristiano, por la tensión extrema padecida por un alma que<br />

es campo de batalla de dos antagonistas formidables, el amor de la criatura<br />

y el amor de Dios, no es tema nuevo en el teatro católico. Hace cincuenta<br />

años, CLAUDEL planteó en su "Partage de Midi" ese mismo drama de elección<br />

entre la felicid.ad ~nme?iata, reclamada imperativamente por el deseo, y la<br />

paz de ~a concrencia cristiana, que exige la renuncia. Pero en tanto que los<br />

per~onaJes de CLAUDEL son seres de estatura heroica, que asumen con una<br />

lucidez perfecta su condenación y la soledad <strong>del</strong> pecado, los amantes adúl­<br />

~ero.s .de .~REENE son pusilánimes, tratan de sumergir su inquietud en la<br />

justificación y en el olvido, defienden avaramente -patéticamente- su<br />

lote de felicidad de todo ataque externo o interno. Son criaturas típicas de<br />

GREENE, pequeñas en el bien y en el mal.<br />

. Rose, la protagonista, es una jovencita educada en el catolicismo, pero<br />

dispuesta a renegar de él desde que lo siente enemigo de su felicidad, encarnada,<br />

ahora, en el amor de un hombre casado. Michael, su amante, es<br />

un profesor de psicología veinte años mayor que ella, marcado por una<br />

182<br />

experiencia matrimonial desastrosa, y dispuesto a defender a. todo trance<br />

su última ilusión de felicidad. Ella tiene la urgencia y la confianza <strong>del</strong><br />

primer amor; él tiene la mayor urgencia y la desconfianza <strong>del</strong> último<br />

amor. Rose dice: "Fuí tuya la noche <strong>del</strong> velatorio de mi madre. Es un<br />

juramento, ¿verdad?, como mezclar la sangre. Por los siglos de los siglos.<br />

Amén", y él responde: "Los minutos corren. ¿Qué pasa mañana?"<br />

Ese amor poco cauteloso va a chocar prontamente con la familia de<br />

Rose, constituída por unos viejos tíos -dos ancianas beatas y un sacerdote<br />

inválido -que se proponen de inmediato combatirlo y salvar a Rose.<br />

Combaten el pecado, combaten el posible casamiento que apartaría totalmente<br />

a Rose de la Iglesia, y oscuramente combaten también ese pulso de<br />

vida, de tiempo, que Rose ha traído a la casa, una casa donde han ido<br />

clausurando, una tras otra, las habitaciones en que ha muerto alguien, y<br />

en cuyo último piso viven confinados (el "living room" es el viejo cuarto<br />

de los niños), una casa habitada por el miedo a la muerte, por la paradojal<br />

desconfianza <strong>del</strong> justo en la misericordia de Dios. En esa atmósfera helada<br />

y sofocante, el amor de Rose no puede vivir. Proyecta escapar, pero la<br />

estratagema de una de las tías la retiene. Luego, atormentada por las circunstancias<br />

<strong>del</strong> adulterio -la mentira, el miedo, el encuentro furtivo en<br />

el refugio sórdido- le será cada día más difícil disimularse las dos voces<br />

de su naturaleza cristiana (y greeniana): la conciencia de culpa y el sentimiento<br />

de fracaso. Y frente a ese drama, GREENE va diseñando otro: el<br />

<strong>del</strong> tío sacerdote, su propia conciencia de culpa y fracaso, su incapacidad<br />

para auxiliar a Rose con caridad y no con fórmulas. Las escenas fundamentales<br />

de la obra tienen lugar entre esos dos personajes y sus vanos<br />

intentos de comunicación; Rose pidiendo ayuda y el sacerdote queriendo<br />

prestarla, y ambos desesperando en su soledad. Porque mientras Rose ha<br />

conservado la fe en su amor, ha estado defendida, sobrestimando sus fuerzas,<br />

pero cuando presencia una pequeña escena conyugal entre su amante<br />

y la esposa de éste y se le revela con una luz implacable la realidad<br />

<strong>del</strong> vínculo sacramental, esa experiencia no sólo aviva la conciencia cristiana<br />

<strong>del</strong> pecado, sino que determina un sentimiento más poderoso de desesperación.<br />

Rose es la criatura que se siente, de repente, en la imposibilidad<br />

de consumar el amor que la avasalla, abandonada por el hombre y<br />

por Dios, burlada por los dos, sola. Michael la ha estafado en su amor.<br />

¿Y a qué juego cruel la ha sometido Dios? Todo se le aparece irreconciliable:<br />

la vocación de la felicidad y el fracaso, la necesidad de esperanza<br />

y la imposibilidad de esperar, la misericordia de Dios y el dolor que experimenta.<br />

Y cuando todo aparece irreconciliable al creyente, cuando se siente<br />

solo, con privación <strong>del</strong> ser amado y privación de Dios, es el tiempo de<br />

la blasfemia.<br />

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