19.05.2014 Views

Nº 1-2 (nov. 1953) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

Nº 1-2 (nov. 1953) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

Nº 1-2 (nov. 1953) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

India como el taoísmo chino, y, en general, con todas aquellas filosofías<br />

que han querido ser, antes que exposiciones neutrales de la realidad, vías<br />

de acceso a su entraña para situar en ella prácticamente al hombre, "caminos<br />

de salvación". No es muy hacedero establecer una separación nítida<br />

entre tales filosofías y las otras; el saber filosófico aspira siempre, si bien<br />

en grado variable, a convertirse en sabiduría, y la sabiduría nunca se<br />

queda en el mero conocimiento. Esa suprema palabra sobre lo real y lo<br />

ideal que pretende pronunciar el filósofo envuelve casi sin excepción una<br />

consigna de vida, porque una concepción cabal y definitiva de las cosas<br />

en su raíz y significación últimas solicita una adhesión que comporta una<br />

postura práctica. Sea como fuere, es evidente que unas veces prepondera<br />

y se constituye en sistema el interés cognoscitivo o teorético, aunque de él<br />

deriven después consecuencias prácticas, y ésta parece ser la inclinación<br />

predominante en el pensamiento occidental, y otras veces la finalidad religiosa<br />

o ética se plantea de antemano y subordina a ella lo demás, aunque<br />

la elaboración de la doctrina adquiera un contorno tan rigurosamente<br />

racional como en SPINOZA.<br />

A SPINOZA le ha tocado en la filosofía moderna una función de puente<br />

o de nexo vivo en la que no es frecuente reparar. DESCARTES es sin duda,<br />

por muchos de sus costados, el típico pensador "moderno", con su preocupación<br />

por la fundamentación autónoma <strong>del</strong> saber y su análisis <strong>del</strong> conocimiento,<br />

con su impresionante concepción mecanizada de la realidad<br />

física. Pero DESCARTES separó rigurosamente el campo de su filosofía <strong>del</strong><br />

de la religión admitida, y aun asintió expresamente a ésta, dejando así<br />

intacto para el pensamiento un ámbito en el cual residían importantes<br />

problemas metafísicos. Pese a toda su innegable modernidad, su aporte<br />

fué por lo tanto nulo en la faena de reconducir a una interpretación filosófica<br />

total y unitaria el conjunto de lo existente, y es indudable que en<br />

esta dirección avanzaba la especulación moderna. Con esa actitud suya,<br />

como se ha dicho, salvó en su hora la autonomía <strong>del</strong> pensamiento, cimentó<br />

la independencia de la filosofía, pero a costa de un recorte en ella que<br />

no podría ser mantenido. Ya en el Renacimiento se habían realizado<br />

intentos de una concepción total exclusivamente filosófica, pero debieron<br />

atraerse una represión que detuvo esa primera empresa <strong>del</strong> pensamiento<br />

nuevo. Baste recordar las persecuciones y condenas de GALILEO, GIOR­<br />

DANO BRUNO Y CAMPANELLA. SPINOZA se enlaza con algunos de estos<br />

filósofos renacentistas, reitera su empeño de una filosofía omnicomprensiva<br />

y trasmite el impulso a quienes, mucho después, cambiada la situación<br />

histórica, vuelven a plantearse en términos exclusivamente filosóficos las<br />

cuestiones postreras <strong>del</strong> fundamento y sentido de la realidad, de la condición<br />

y lugar <strong>del</strong> hombre en el conjunto, de la índole y vigencia de los<br />

valores. En el Romanticismo, el panteísmo espinociano, con su inmanencia<br />

42<br />

de todos los motivos últimos, cobra notable importancia; GOETHE es uno<br />

de los primeros en atreverse a manifestar públicamente su- admiración<br />

por un tipo de pensamiento cuyo influjo pasa en seguida a ser determiminante<br />

en algunas de las grandes sistematizaciones <strong>del</strong> idealismo<br />

germánico.<br />

La continuidad y entrelazamiento <strong>del</strong> pensamiento moderno se confirma<br />

cuando se comprueba cómo SPINOZA proporciona respuestas propias<br />

a problemas planteados por DESCARTES o derivados de él. Por ejemplo,<br />

la cuestión entonces candente de las relaciones e influjos entre 10 extenso<br />

y lo pensante, y la de las ideas innatas o <strong>del</strong> a priori, reciben en SPINOZA<br />

soluciones que dependen de su noción de la unicidad de la sustancia y<br />

de su concepción de lo pensante y lo extenso como atributos. Lo mismo<br />

ocurre, más o menos, con LEIBNIZ, cuya inserción en la descendencia cartesiana<br />

no puede ser discutida. La teoría leibniciana <strong>del</strong> conocimiento, la<br />

interpretación <strong>del</strong> a priori en ella, que ya está anunciando a KANT, nacen<br />

al calor de la refutación <strong>del</strong> innatismo por LOCKE, impugnación en la<br />

cual probablemente no apuntaba el filósofo inglés con exclusividad a<br />

DESCARTES, pero que hace pensar en DESCARTES ante todo, como el máximo<br />

sustentador que fué de las ideas innatas. Por este lado, el papel de LEIBNIZ<br />

consiste en defender y mejorar la herencia cartesiana, y trasmitirla al<br />

autor de la Crítica de la razón pura. Pero como metafísico también se debe<br />

contar a LEIBNIZ en la sucesión de DESCARTES, porque su teoría de las<br />

mónadas nace en parte para resolver -mediante la armonía preestablecida-<br />

las dificultades que ofrecía en DESCARTES la mutua acción entre<br />

las sustancias, dificultades que suscitaron el arbitrio teológico de los ocasionalistas,<br />

mejorado y ampliado por LEIBNIZ en una metafísica de gran<br />

estilo.<br />

Si el LEIBNIZ de los Nuevos ensayos y el de la Monadología pueden<br />

ser referidos directa o indirectamente a DESCARTES, hay en su filosofía<br />

mucha materia que sólo la debe a sí mismo o es libérrima elaboración de<br />

temas extraídos de la inagotable cantera de la filosofía griega. Y por este<br />

costado hallamos una de sus peculiaridades más dignas de ser señaladas.<br />

Mientras DESCARTES y SPINOZA pretender ser fuentes únicas de sus respectivas<br />

filosofías y se desentienden <strong>del</strong> pensamiento anterior, LEIBNIZ<br />

indica más de una vez los influjos que han obrado sobre él, y, lo que es<br />

más importante, enuncia una interpretación histórica de la filosofía, la<br />

concibe como una integración de los momentos positivos que han ido<br />

apareciendo en la meditación a lo largo <strong>del</strong> tiempo. No es ésta la ocasión<br />

de caracterizar el aporte filosófico de LEIBNIZ, pero debe decirse por lo<br />

menos que en ese aporte hay una multitud de semillas que habían de<br />

germinar poco a poco en la filosofía posterior, y aun algunas cuya virtualidad<br />

no se ha agotado todavía.<br />

43

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!