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mayo 1967 - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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LIBROS Y AUTORES<br />

83<br />

fueron otras. «La agresión efectiva o la agresividad<br />

constante <strong>del</strong> Occidente capitalista frente a la<br />

URSS, provocando la militarización a ultranza <strong>del</strong><br />

joven y débil Estado obrero, fue precisamente una<br />

de las causas principales que abonaron el terreno<br />

para la victoria absoluta <strong>del</strong> stalinismo.» A mí se<br />

me antoja infinitamente más pertinente la explicación<br />

que ofreció Trotski en su libro La revolución<br />

traicionada: «La desmovilización de un ejército de<br />

cinco millones de hombres desempeñó en la formación<br />

de la burocracia un papel considerable. Los<br />

comandantes victoriosos tomaron los puestos importantes<br />

en los soviets locales, en la producción,<br />

en las escuelas, para llevar a todas partes, obstinadamente,<br />

el régimen que les había hecho ganar la<br />

guerra civil. Las masas fueron en todas partes eliminadas<br />

poco a poco de la participación activa<br />

en el poder.» Se me dirá que sin la guerra civil<br />

y la intervención extranjera el proceso hubiese sido<br />

otro. Tal vez. Pero lo que no cabe duda es que,<br />

como aseguraba Rosa Luxemburgo -y prescindo<br />

a priori, para que mi aserto no sea sospechoso,<br />

de lo vaticinado por Martov y otros teóricos mencheviques-,<br />

la burocracia soviética, base <strong>del</strong> stalinismo,<br />

se hubiera impuesto al no existir la pluralidad<br />

política en la URSS,<br />

Lo indiscutible es que el jacobinismo leninista,<br />

con su centralismo rígido, su núcleo dirigente formado<br />

por revolucionarios profesionales, demostró<br />

su ventaja sobre las otras formaciones políticas<br />

en la lucha clandestina y en la insurrecci6n triunfante<br />

de octubre. Pero fracasó en la fase posterior<br />

de la revolución, al ser incapaz de facilitar el establecimiento<br />

de la democracia socialista. No cabe<br />

duda de que existe un hiato inconmensurable entre<br />

lo que el marxismo entendi6 siempre por socialismo<br />

y la interpretación que dieron los comunistas<br />

y que todavía dan hoy día algunos «marxistas», los<br />

cuales llegan hasta catalogar como socialismo el<br />

proceso de descolonización que ha conducido a la<br />

formación de los nuevos Estados que integran el<br />

llamado Tercer Mundo. Nomina perdimus rerum; sí,<br />

hasta hemos perdido el nombre de las cosas Puro<br />

babelismo. ¿Habrá que recordar a todos esos escolásticos<br />

<strong>del</strong> marxismo que Marx consideró siempre<br />

que la nacionalización por sí sola no garantizaba<br />

el establecimiento <strong>del</strong> socialismo? Nada tiene que<br />

ver con éste una sociedad de seres regimentados,<br />

automatizados, en la que el individuo está subordinado<br />

al Estado y el Estado supeditado al partido<br />

único, independientemente incluso de que exista la<br />

más perfecta igualdad de los ingresos.<br />

«En principio, no existe en la URSS ningún obstáculo<br />

estructural grave que se oponga a este desarrollo<br />

rápido y profundo de la democracia socialista»,<br />

escribe Fernández Santos. Y acto seguido<br />

añade: «La sociedad soviética ha alcanzado un<br />

nivel de desarrollo económico, técnico y cultural<br />

que objetivamente permite y abona ese desarrollo.»<br />

Esta es, si no recuerdo mal, la versión optimista de<br />

Isaac Deutscher: la elevación <strong>del</strong> nivel de vida,<br />

como consecuencia <strong>del</strong> desarrollo industrial, conduce<br />

a una liberalización <strong>del</strong> régimen soviético. Sin<br />

embargo la historia reciente nos muestra que no<br />

siempre ocurrió así. Un régimen totalitario puede<br />

conciliarse con una sociedad industrial desarrollada,<br />

elevar el nivel de vida de la población y continuar<br />

siendo ajeno a todo proceso ineluctable de<br />

liberalización. Habrá, eso sí, cambios más o menos<br />

notorios en el régimen, pero no <strong>del</strong> régimen. Esta<br />

cuestión fue minuciosamente estudiada por Raymond<br />

Aron en su libro Démocratie et totaJitarisme<br />

(1965), por lo que no vale la pena extenderse más.<br />

Diré sólo que ligar la liberalización de un régimen<br />

al desarrollo industrial me parece ser fruto de un<br />

simple determinismo económico que no rechazaría<br />

Bernstein, que pasa por ser el padre <strong>del</strong> revisionismo<br />

marxista.<br />

Renovación <strong>del</strong> marxismo<br />

Quéjase el autor <strong>del</strong> libro que nos ocupa de que<br />

todavía hoy día «el marxismo es objeto de interpretaciones<br />

radicalmente erróneas, que a menudo<br />

le atribuyen precisamente lo contrario de lo que<br />

han afirmado sus fundadores y sus verdaderos continuadores».<br />

¿Y qué es lo que debemos entender<br />

por marxismo? Lo cierto es que la semántica conoce<br />

pocos términos que hayan cambiado tanto<br />

de sentido en la sucesión de los años. En efecto,<br />

la expresión fue sinónima sucesivamente de materialismo<br />

histórico, de materialismo dialéctico, de<br />

determinismo económico, de socialismo científico,<br />

etc. Hubo y hay dentro <strong>del</strong> marxismo una corriente<br />

evolucionista basada en ios análisis económicos,<br />

junto con una tendencia revolucionaria inspirada<br />

exclusivamente en la lucha de clases. Unas veces<br />

fue considerado por sus propios partidarios como<br />

una doctrina económica y social, otras como una<br />

filosofía de la historia y, finalmente, como una concepción<br />

de la naturaleza y de la condición humana,<br />

es decir, como una doctrina total. Algunos consideraron<br />

el marxismo como una hipótesis de trabajo<br />

y otros como una ciencia, como la ciencia social<br />

por antonomasia.<br />

Engels insisti6 en que la concepción marxista<br />

de la historia es ante todo una norma<br />

para el estudio de los fenómenc)s sloci,ales¡<br />

bio Lenin proclamó que la<br />

ll'laterií.í:Ili.i§ra<br />

de la historia, después de<br />

pital, no era una mera hip6teisis

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