mayo 1967 - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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LEWIS, KAROL y FUENTES<br />
mación, un exorcismo de la cultura de la pobreza.<br />
Esto es una visión muy general y no sé si Lewis<br />
estará de acuerdo conmigo. Después de leer sus<br />
libros veo cada vez más claramente la cualidad<br />
de, digamos, independencia que la vida cultural<br />
más elevada tiene en los Estados Unidos y en<br />
Europa, y que en América Latina es imposible. La<br />
cultura de lasclasell.rn(ls.al.tªs en nuestra América<br />
está determinada por una reacción, por una ll()llPI3~<br />
cha, por ese monstruo que yace a la puerta de<br />
nuestras casas y que tiene su propia visión de la<br />
cultura y también sus propias soluciones culturales<br />
y que va más allá de los moldes económicos y sociales.<br />
Me parece, por eso, que el problema <strong>del</strong> cambio<br />
en América Latina es un problema cultural ante<br />
todo. El caso de México demuestra hasta qué punto,<br />
a pesar de las sucesivas máscaras económicas y<br />
políticas que se han impuesto sobre el rostro <strong>del</strong><br />
país, hay algo que peligrosamente no ha cambiado<br />
porque no ha habido allí un cambio cultural equivalente<br />
a los cambios económicos y políticos. Es el<br />
oambio de las estructuras mentales y espirituales<br />
que están en la raíz de la cultura de la pobreza.<br />
Hay allí una sumisión total al poder, y esto en<br />
América Latina y particularmente en México resulta<br />
muy claro. Hubo un matrimonio entre la autocracia<br />
indígena y la autocracia española que ha tenido<br />
corno consecuencia la organización vertical de la<br />
sociedad, una organización de raíz religiosa. El<br />
cambio verdaderamente cultural consistiría en transformarla<br />
en una organización horizontal que es la<br />
organización verdaderamente democrática.<br />
aL: No sé exactamente qué contestar a esto.<br />
Creo que has planteado un problema verdaderamente<br />
enorme. Es decir, tú señalas que lo que da<br />
cierta unidad a la cultura de la élite en América<br />
Latina es la persistencia de la cultura de la pobreza.<br />
Yo no he pensado el problema desde este<br />
punto de vista. He señalado, eso sí, que se advierten<br />
notables semejanzas entre los dos niveles extremos<br />
de la sociedad, pero esto es otro problema.<br />
Es decir, hay notables semejanzas entre la gente<br />
que está abajo <strong>del</strong> todo y la gente que está en la<br />
cumbre, el llamado jet-sel. Pero yo veía esto como<br />
resultado de su misma posición dentro de la estructura<br />
social. Por ejemplo, la gente de los últimos<br />
escalones sociales en la cultura de la pobreza<br />
no tiene <strong>mayo</strong>r esperanza de progresar o de ascender.<br />
La gente que tienen millones tampoco tiene<br />
<strong>mayo</strong>res preocupaciones en cuanto a la posibilidad<br />
de ascenso. La gente que está abajo tiene costumbres<br />
sexuales muy libres, no está constreñida por el<br />
puritanismo de las clases medias. La gente que<br />
está arriba, de manera similar, tiene muchas uniones<br />
libres, aunque lo hace de una manera distinta.<br />
Pero esencialmente hay una gran semejanza entre<br />
las dos. Creo que tú estás pensando en algo distinto.<br />
CF: Sí; lo que tú dices ahora forma parte de<br />
ello. Y puesto que lo mencionas, yo diría que la<br />
cultura básica de la élite y la cultura de la pobreza<br />
en México tienen algo en común. Tienen una<br />
manera muy similar de acercarse a ciertos problemas:<br />
por ejemplo, con respecto al paternalismo<br />
qué aparece en forma tan evidente en tus libros<br />
sobre México y que es un rasgo de la cultura de<br />
la pobreza, pero que es también al mismo tiempo<br />
un rasgo de la estructura vertical y radical <strong>del</strong> poder<br />
político. Es lo que se llama en política el auto·<br />
ritarismo, la expectación <strong>del</strong> favor o la ayuda de<br />
un jefe providencial. que resuelve todos los problemas<br />
de uno, ya se llame Jesús Sánchez o el<br />
señor Presidente de la República. También el machismo,<br />
que vive en el magma mismo de la cultura<br />
de la pobreza pero que es un factor nacional<br />
de primordial impórtanéia' en la relaciÓn con el<br />
poder político, etc., etc.<br />
aL: Pero dime Carlos, ¿qué pasa con el supuesto<br />
cosmopolitismo de las élites en contraposición <strong>del</strong><br />
provincialismo de los pobres, con su concepción<br />
tan estrecha <strong>del</strong> mundo debida a su falta de educación?<br />
Eso serviría para diferenciarlos, me parece<br />
a mí. En el caso de Puerto Rico hay un factor<br />
accidental que los diferencia de los mexicanos pobres:<br />
he señalado que uno de los rasgos de la cultura<br />
de la pobreza en México es ese localismo, el<br />
sentido primitivo de la territorialidad que está determinado<br />
por los bajos alquileres de los suburbios.<br />
Ellos no se<br />
Pero<br />
un avión<br />
que esta<br />
parte de la gente que vive en su-<br />
"',.,""";;:':::.,-_......_- no tiene coche. pero por el solo<br />
poder tomar un .~~i,é~~~I!~~g~~serie<br />
de etapas en su evolución dentro de la sociedad<br />
m()9I3EDª'':'c:¡)rnprendl3s? Además, se acostumbran<br />
a viajar de ida y vuelta a Nueva York como si fueran<br />
gitanos.Hay sólo un millón y medio de habitantes<br />
en Puerto Rico y sólo un millón en todos los<br />
Estados Unidos. y sin embargo cada año los portorriqueños<br />
hacen un millón de viajes de ida y vuelta.<br />
Esta movilidad los distingue de la gente que vive<br />
en las vecindades mexicanas, gente que casi nunca<br />
ha salido de sus alrededores y ni siquiera conoce<br />
el resto de la ciudad.<br />
También en la India y en China<br />
KSK: Sin embargo, hay alguna movilidad en las familias<br />
que tú presentas en uno de tus primeros