Año 2, tomo 6 (mar. 1902) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

Año 2, tomo 6 (mar. 1902) - Publicaciones Periódicas del Uruguay Año 2, tomo 6 (mar. 1902) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

periodicas.edu.uy
from periodicas.edu.uy More from this publisher
19.05.2014 Views

i*» tra. de qué manera comprende la misión del novelista. » Entremos 6 revistar dicha carta. Al ofrecer con toda sinceridad su opinión sobre Le doc~ iaír Pascal y, en general, sobre la serio de los Rmigon- Macqnnrt, empieza el crítico « manifestando sus escrúpulos.» « Hijo de una nación — dice — en que tantas fuerzas fueron prodigada» sin provecho, no puedo dejar de experimentar un sentimiento de respeto y emoción ante toda obra bien encaminada. Cada vez que me ha sido dado escribir la palabra fin al pie de un manuscrito, mi corazón se ha llenado de alegría. No era tanto la perspectiva, con frecuencia engañosa, del éxito,, lo quo impresionaba mi corazón, como la satisfacción, de haber terminado una tarea. No, lo que me regocijaba, era el haber cumplido una acción. » «Todo libro, en efecto, os una acción, buena ó mala. Una serie de obras dominadas por una idea madr», es la vida bien empleada, es la fiesta de la cosecha, cu que el trabajo tiene derecho í la corona y á los cánticos. Cosecha! He aquí la cosocha » « El milito del escritor no se juzga sino por el valor de su cosecha, pero su oficio es como un campo Heno de espinas cay» existencia «tí «f lejos de sospechar el lector.» «El labrador que en M granja amontona el grano tiene; por lo menos, la seguridad da que almacena trigo, cebada 6 • centeno; sus semejantes lo aprovecharán. Pero al autor, lo asaltan las dudas. > * No obstante, su buena fe, puede preguntarse si, en vez de pan, no será veneno lo que va á verter en el espíritu de los quo lo leerán. Error 6 falta, cuál de estas dos palabras se aplica á su obra? la humanidad sacará de ella algún provecho ? O bien, no hubiera sido preferible no escribir nada, no hacer nada, y vivir para siempre desconocido?» Antes de entrar á estudiar la obra de Zola hace el escritor polaco algunas reflexiones generales respecto do los antores franceses quienes se han distinguido siempre — segfin él — por una independencia de espíritu, muy rara entre los escritores de los otros países. La religión — dice — ese gran regulador que funciona por todas ¡lurtes, ha cesado de existir para ellos hace mucho tiempo. No obstante reconoce que hay excepciones, entre los que coloca ¡í Balzac que pretendía servir íí la vez i la religión y á la monarquía. Pero aún'en ese caso, cuántas contradicciones — exclama — entre la obra do un escritor y los principios de que se proclama defensor! Sea que su convicción fuera contraria a* las bases y á los vínculos sociales actuales, sen que hubiera notado simplemente como legítimas é indispensables las manifestaciones buenas ó malas de sus personajes, los novelistas creyeron tener el doreeho de decirlo todo en nombre del. análisis objetivo. « En nombre de la verdad — dice — quo tenía el deber de decirlo todo, se analizó preferentemente lo malo y lo peor, la podredumbre y la ignoininia humanas. No se supo vcv que esto análisis, llamado objetivo,. volvía poco ¡í poco á la necesidad enfermiza de la descomposición, nnccsiilad que derivaba de esta doble fuente : la depravación clel gusto, y la facilidad de producir efecto. S¿ abusó do la propiedad fisiológica de los sentidos quo consiste en conceder más fuerza y realidad á las sensaciones desagradables que á las dulces, s Termina la primera parto de su misiva crítica con estas palabras : t la verdad, cu cuyo nombro se creía obrar, fue relegada íí los antípodas. » DJ5 RSVISTAS m Entra Sienkicwicz á apreciar la Tare de Zola y lo lince no muy favorablemente al ¡nitor. Critica en Ztla ol haber presentado solo un lado do U cuestión, uno de Ion cnmponi'ntes tan solo de esa tiara. La aldea de Zola no es, según el crítico, un conjunto de chozas, árboles, tierras de Uibor, campos do trigo, flores, seros humanos, ganados, y por encima de todo, un cielo azul, sol, cai|cioues, interósea locales y trabajo. Ciertamente — dioe —• el estiércol juega un papel considerable, pero ol estiércol no es toda In aldea, hay algo unís. Y sin embargo, la aldea lie Zula no os sino mi montón du estiércol y ilo vicios. He ahí — exclama — un ouadro exagerado. Li verdad no ha sido falsificada? La relación entro el bien y el' mal no os otra en la realidad? Para demostrar quo la deducción que do esta obra do Zilasaca el lector, no encamina hacia la verdad do lo que sucedo en la villa real, hace Sienkicwicz la siguiente reflexión : « Si cualquiera se tomara el trabajo de establecer la lista do las mujeres caídas pucs- .tas en escena en las novólas francesas, encontraría un término medio de 95 por 100 pollo menos. Sin embargo, no es así, ni puedo serlo en una sociedad. Jamán esta proporción existió, ni aun en el país en que otrora se adoraba ¡í Astarté ! » Después de exponer así el estado actual ile la novela francesa, manifiesta que e felizmente el espíritu humano ostá despierto y el organismo pide vida; re!;usa absorber nulefiui.lamun- V' vi vi'in-no. * A su modo do ver el publico sin saber que es lo quo quiere rechaza esa literatura; «des-

133 VIDA MODERNA pues de haber respirado largo tiempo miasmas mefíticas, siente que se sofoca. Una sorda oposición se levanta contra la literatura de'ayer. * f Muchos . autores se clan cuente de esta agitación. No hay inifs cjue ver las últimas publicaciones de los Boirrget, los Rod, los Barres, las poesías de los Raimbaud, los Verluino, Heredia, Mallarmé, y afm Mceterlinck y su escuela. Se busoan tomas nuevos, fórmulas nuevas, se nota un deseo febril do salir del estado actual, al mismo tiempo que la iucertidmnbre do la dirección i! seguirse. Donde, encontrar la salvación? exclama Síenkiewiez. En el misticismo, en la fe, ó fuera do CIIM? En el patriotismo ó en la humanidad?» De la Bébdele — dice — que no obstante sus defectos es un libro admirable bajo el punto de vista literario. Agrega que se encuentra en la serie de toí fiottgon- Jrfacquart, libros magníficos tales como Germinal y la Débticle. Reconoce, en resumen, Sienkiewicz en Zola un talento admirable, pero le reprocha la exageración do la verdad ;í posar do que ella, como se *íibc\ es su divisa, fuern de que el conjunto de la obra desmerece por la brutalidad y por la exageración del lenguaje. «Se puede — segiíu mmifiesta — pintar miserables dosgraciados, malhechores y exhibir su estado de alma, pero no es necesario citar sus juramentos 6 sus expresiones repugnantes. » « Hay on esto — agrega — como en la elección de los cuadros, un límite marcado por ei buen sentido y el buen gusto.» Sin embargo, concluyo reconociendo en las obras que acabamos de citar, del gran novelista francés « piígiuas dignas del Dante. » Estudia extensamente le docteur l'ascal que como se sab « Hasta hace poco la Moneda de París no editaba síuó medallas que presentaban un carácter histórico

i*»<br />

tra. de qué manera comprende<br />

la misión <strong>del</strong> novelista. »<br />

Entremos 6 revistar dicha<br />

carta.<br />

Al ofrecer con toda sinceridad<br />

su opinión sobre Le doc~<br />

iaír Pascal y, en general, sobre<br />

la serio de los Rmigon-<br />

Macqnnrt, empieza el crítico<br />

« manifestando sus escrúpulos.»<br />

« Hijo de una nación — dice<br />

— en que tantas fuerzas fueron<br />

prodigada» sin provecho, no<br />

puedo dejar de experimentar<br />

un sentimiento de respeto y<br />

emoción ante toda obra bien<br />

encaminada. Cada vez que me<br />

ha sido dado escribir la palabra<br />

fin al pie de un manuscrito,<br />

mi corazón se ha llenado de<br />

alegría. No era tanto la perspectiva,<br />

con frecuencia engañosa,<br />

<strong>del</strong> éxito,, lo quo impresionaba<br />

mi corazón, como la<br />

satisfacción, de haber terminado<br />

una tarea. No, lo que me<br />

regocijaba, era el haber cumplido<br />

una acción. »<br />

«Todo libro, en efecto, os<br />

una acción, buena ó mala. Una<br />

serie de obras dominadas por<br />

una idea madr», es la vida bien<br />

empleada, es la fiesta de la<br />

cosecha, cu que el trabajo tiene<br />

derecho í la corona y á los<br />

cánticos.<br />

Cosecha! He aquí la cosocha<br />

»<br />

« El milito <strong>del</strong> escritor no<br />

se juzga sino por el valor de<br />

su cosecha, pero su oficio es<br />

como un campo Heno de espinas<br />

cay» existencia «tí «f<br />

lejos de sospechar el lector.»<br />

«El labrador que en M<br />

granja amontona el grano tiene;<br />

por lo menos, la seguridad da<br />

que almacena trigo, cebada 6<br />

• centeno; sus semejantes lo<br />

aprovecharán. Pero al autor,<br />

lo asaltan las dudas. ><br />

* No obstante, su buena fe,<br />

puede preguntarse si, en vez<br />

de pan, no será veneno lo que<br />

va á verter en el espíritu de<br />

los quo lo leerán. Error 6 falta,<br />

cuál de estas dos palabras se<br />

aplica á su obra? la humanidad<br />

sacará de ella algún provecho<br />

? O bien, no hubiera sido<br />

preferible no escribir nada, no<br />

hacer nada, y vivir para siempre<br />

desconocido?»<br />

Antes de entrar á estudiar<br />

la obra de Zola hace el escritor<br />

polaco algunas reflexiones<br />

generales respecto do los antores<br />

franceses quienes se han<br />

distinguido siempre — segfin él<br />

— por una independencia de<br />

espíritu, muy rara entre los escritores<br />

de los otros países. La<br />

religión — dice — ese gran regulador<br />

que funciona por todas<br />

¡lurtes, ha cesado de existir para<br />

ellos hace mucho tiempo. No<br />

obstante reconoce que hay excepciones,<br />

entre los que coloca<br />

¡í Balzac que pretendía servir<br />

íí la vez i la religión y á la<br />

monarquía.<br />

Pero aún'en ese caso, cuántas<br />

contradicciones — exclama<br />

— entre la obra do un escritor<br />

y los principios de que se proclama<br />

defensor! Sea que su<br />

convicción fuera contraria a*<br />

las bases y á los vínculos sociales<br />

actuales, sen que hubiera<br />

notado simplemente como<br />

legítimas é indispensables las<br />

manifestaciones buenas ó malas<br />

de sus personajes, los novelistas<br />

creyeron tener el doreeho<br />

de decirlo todo en nombre<br />

<strong>del</strong>. análisis objetivo.<br />

« En nombre de la verdad —<br />

dice — quo tenía el deber de<br />

decirlo todo, se analizó preferentemente<br />

lo malo y lo peor,<br />

la podredumbre y la ignoininia<br />

humanas. No se supo vcv que<br />

esto análisis, llamado objetivo,.<br />

volvía poco ¡í poco á la necesidad<br />

enfermiza de la descomposición,<br />

nnccsiilad que derivaba<br />

de esta doble fuente : la depravación<br />

clel gusto, y la facilidad<br />

de producir efecto. S¿<br />

abusó do la propiedad fisiológica<br />

de los sentidos quo consiste<br />

en conceder más fuerza y<br />

realidad á las sensaciones desagradables<br />

que á las dulces, s<br />

Termina la primera parto de<br />

su misiva crítica con estas palabras<br />

: t la verdad, cu cuyo<br />

nombro se creía obrar, fue relegada<br />

íí los antípodas. »<br />

DJ5 RSVISTAS<br />

m<br />

Entra Sienkicwicz á apreciar<br />

la Tare de Zola y lo lince<br />

no muy favorablemente al ¡nitor.<br />

Critica en Ztla ol haber<br />

presentado solo un lado do U<br />

cuestión, uno de Ion cnmponi'ntes<br />

tan solo de esa tiara. La<br />

aldea de Zola no es, según el<br />

crítico, un conjunto de chozas,<br />

árboles, tierras de Uibor, campos<br />

do trigo, flores, seros humanos,<br />

ganados, y por encima<br />

de todo, un cielo azul, sol, cai|cioues,<br />

interósea locales y trabajo.<br />

Ciertamente — dioe —• el<br />

estiércol juega un papel considerable,<br />

pero ol estiércol no<br />

es toda In aldea, hay algo unís.<br />

Y sin embargo, la aldea lie Zula<br />

no os sino mi montón du estiércol<br />

y ilo vicios.<br />

He ahí — exclama — un ouadro<br />

exagerado. Li verdad no<br />

ha sido falsificada? La relación<br />

entro el bien y el' mal no<br />

os otra en la realidad?<br />

Para demostrar quo la deducción<br />

que do esta obra do<br />

Zilasaca el lector, no encamina<br />

hacia la verdad do lo que<br />

sucedo en la villa real, hace<br />

Sienkicwicz la siguiente reflexión<br />

: « Si cualquiera se to<strong>mar</strong>a<br />

el trabajo de establecer la<br />

lista do las mujeres caídas pucs-<br />

.tas en escena en las novólas<br />

francesas, encontraría un término<br />

medio de 95 por 100 pollo<br />

menos. Sin embargo, no es<br />

así, ni puedo serlo en una sociedad.<br />

Jamán esta proporción<br />

existió, ni aun en el país en<br />

que otrora se adoraba ¡í Astarté<br />

! »<br />

Después de exponer así el<br />

estado actual ile la novela francesa,<br />

manifiesta que e felizmente<br />

el espíritu humano ostá despierto<br />

y el organismo pide vida;<br />

re!;usa absorber nulefiui.lamun-<br />

V' vi vi'in-no. *<br />

A su modo do ver el publico<br />

sin saber que es lo quo quiere<br />

rechaza esa literatura; «des-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!