Año 2, tomo 6 (mar. 1902) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

SO
VIDA MOBBBNA
leí»3 bnffts. En el primer caso el nido consiste en na montón
cínico de lodo reunido con ayuda do las pata-í, y quizá 1 argamasado
con plantos acuáticas, y tan alto que la cuenca viene sí hallarse
A medio metro de altura, »
c Cuando anida en las islas, escarba una cuenca en el suelo y
la acolchona con algunas algas y hojas de canas, según me aseguran
los árabes. >
En los lagos y lagunas de Rocha, donde he podido observar
el flamenco con frecuencia, pero solo 6 en pequeños grupos, no
he encontrado ni oído hablar do los indos-torres, no obstante
ser las costas lacustres de las aguas mencionadas, bastante visitadas;
y las islas en ellas existentes á menudo recorridas por
los pescadores.
No nos extraña, por lo mismo, que el feiiicoptero, misántropo
como es, huya de estos parajes hoy poblados y transitados, máxime
tratándose de un ave emigradora.
Los bañados y esteros son indudablemente verdaderos viveros
de aves acuáticas.
El abundante lodo y limo de aquellos lugares constituyen
un depósito inagotable de vívete? para la aves del agua; las
innumerables algas y plantas vivaces de mil especies que
pueblan á Aquellos mares lacustres, son guaridas incomparables
para los más huraños de los volátiles.
Por eso la caza ha sido, es y será abundantísima, rica y
fácil en esas zonas privilegiadas del territorio nacional.
Por eso el aborigen construyo 1 sus diques y planta sus
aduares en dichos bañado?, y sentó allí sus reales, con preferencia
á cualquier otro punto del terruño. — Allí el indio
cazaba rf flecha la volatería : y ¡í bala, á garrote, cí á mano los
que son hoy ricos productos de manguitería (nutrias).
L'is sitios imís impenetrables y eiiiuirauaJos de nuestros esterales
son escondite y asiento du infinidad di aves que tienen
e.i ellas sus nidos 6 viveros permanentes.
1* original'— lo que ée ciertamente peculiar, es U. comunidají
y tómbtóo la proximidad de los nidos de aves muy diferentes-
En un mismo solar, en un tramado intrincado de espada,
fias v otras hierbas, que flota en las aguas y forma parte del
tremadal, en él anidan millares de aves, que hacen vida comunista
y por lo mismo bullanguera.
Los habitantes que predominan en esas colonias promiscuas
y heterogéneas, son las garxas. Los cazadores de esta3
valiosas ardeídeas, como todos los campesinos en general, llaman
& los mencionados viveros, rodeos ó nidales de garzas.
Nada más difícil que llegar hasta uno de esos enjambres que
viven suspendidos y oscilantes sobre el precipicio desconocido
que constituyen nuestros esterales á tembladerales.
Una vez allí está uno en presencia de la congregación más
bulliciosa que darse puede. Una circunstancia especial caracteriza
á los nidales de garzas: — constituyen un verdadero hospicio;
en él iodos los polluelos (sean do la raza que fueren)
son tenidos por miembros legítimos de la comunidad; y las
nodrizas, las provedoras, que son las ardeídeas todas, alimentan
sin distinción y abundantemente & Í03 hijos del solar.
Hay en los sotos solitarios de Ia3 principales ríos del
país (y seguramente también en los de otros estados americanos)
un pajarillo notable por el nido que teje.
Boyero se le llama, técnicamente (agnlaius thiiius), y es
tan poco conocido quo el publicista doctor Daniel Granada Jo
describe de una manera del todo errónea. (')
El sabio doctor Carlos Berg ( ! ) que ha estudiado con la
erudición que le es reconocida la ornitología platease n